Capítulo 21

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ADVERTENCIA: Este capítulo tiene contenido violento, referencias sexuales y de más

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Alpha Ikender

•Perdida•

La vida nunca es justa, a veces te exprime, te coloca en el peor de los escenarios, en una posición oscura, fría. Cerramos los ojos creyendo que todo lo demás desaparece, pero al abrirlos allí está de nuevo ese mar de problemas, porque el olvido es una gota de sangre que recorre todo tu sistema en busca de una salida, y solo termina siendo parte de ti. Adhiriéndose a tu corazón.

Miraba fijamente una baldosa en el piso, otra semana había pasado, y ya no estaba dispuesta a llevar más tiempo aquí. Quería enterrar el recuerdo de Ikender, enterrar el amor que le sentía. Miré por la pequeña ventana de la habitación a la luna, está noche brillaba, brillaba tan intensamente que opacaba a las estrellas.

Me sentía sin fuerzas, las rodillas me temblaban y la espalda escocia, causa de los castigos que ese hombre colocaba en mí cada noche. Ya ni siquiera tenía lágrimas para derramar. Si él hubiese deseado encontrarme lo hubiera hecho hace tanto. No deseaba morir, había un sentimiento extraño incrustado en mi pecho, una mezcla de rabia, de irá. Deseaba vengarme, deseaba verlo temblar de ansiedad, de miedo, de terror como yo lo había experimentado durante tantos años. Después de la primer semana me rendí, me rendí ante la idea de un amor iluso, de un amor protector, cuidadoso, me rendí ante la Eider débil.

Sus pasos resonaron en la entrada, abrió la puerta con cautela, estaba ebrio, tenía
una botella de cerveza en sus manos a casi terminar.
Tragué saliva y traté de controlar el temblor de mis piernas.

-¿Lista para tu castigo princesa?, Bueno pronto dejarás de sentir- se burló.
Levanté mi cabeza, me incorporé en la cama mirándolo fijamente.

-He aprendido mi lección, se que solo a ti te pertenezco, puedo volver a ser suya, déjeme complacerlo- se tambaleó un poco sentándose en una silla de madera.

- Sabía que recapacitarías. Aún así tendrás que ganarte mis atenciones. Ya sabes que hacer princesa. - levantó su botella bebiendo todo el contenido. Dejándola caer bruscamente a un lado, está con el impacto se rompió, pero no completamente. Levanté la pequeña comisura de mis labios, observé de nuevo a Rixton. Bajé de la cama hasta donde me permitía la cadena.

Tomé su cremallera y dejé a la vista su miembro.

-Comienza- y así lo hice.

Si suicidarse no doliera, el mundo estaría vacío. Porque hay tantas almas grises caminando sobre las calles, tantas personas con la mirada baja, solía verlo de niña, detrás de sus ojos, había dolor, y es que el silencio es el grito más doloroso. Un eco intangible.

ALPHA IKENDER +21©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora