CAPITULO 12

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—¡Jajajaja! ¡Era broma Charli! —dijo Lucifer mientras reia fuertemente. La cara que habia puesto su hija era invaluable.

—¡Papa! —grito Charli por que no veya fin a la risa histerica de su padre.

—Ok... Me calmo —dijo Lucifer pero de vez en cuando se le escapaba una pequeña risa. —Las armas de los angeles son especiales. Si tuvieras la lanza que le atraveso la cabeza, tal vez...

—¡La conseguire!

—Charli. Hablamos de una lanza perdida en todo el pentagono.

—¡La encontrare!

Una lanza de entre miles en todo el pentagono. Despues de hablar con su padre, lo primero que hizo fue ir con Vox. A quella informacion era valiosa. Pronto Vox movio a sus propios demonios en busca de todas la lanzas, el overlord jamas lo admitiria en voz alta pero estava en deuda con la princesa.

—¿Acaso escucho campanas en una iglesia? —canturreo Velvet.

Ella y Vox estaban en la terraza de la mansion del Vox. El overlord tenia la mirada perdida en la ciudad, las cosas parecian faciles y eso no le gustaba.

Por otro lado Angel llamaba desesperado a Cherry. No respondia y Alastor no aparecia. Un demonio no podia "morir", pero si ser devorado por otros y quedar atrapado. Temia por la existencia de su amiga.

—Charli —llamo Vaggie a su novia con calma. La rubia estava en el balcon del hotel observando la ciudad. —¿Que pasara si lo logras?

Charli tardo en responder. Pues rogaba en su interior que nada malo pasara. Alastor era impredecible en todos los sentidos. Y si llegara a recordar totalmente sus recuerdos, no se sabria que aria el.

—Todo saldra bien —dijo Charli decidida.

Sir. Pentius permanecia estatico frente a la gran ventana de su imponente nave. Su tripulacion estaba ansiosa y esperaba sus ordenes. Frente a ellos, habia una bestia compuesta por los restos de los cuerpos de otros demonios que se arrastraba hacia ellos lentamente.

—¡Desplieguen las armas y ataquen sin compasion! —grito Sir. Pentius decidido a sobrevivir a los juegos de Alastor.

Solo tenia una nave y una tripulacion que salvar a toda costa. Mientras las armas atacaban, Sir. Pentius observaba a quella vestia, queria pensar que era su imaginacion pero habia jurado ver la cabeza de Cherry en ese monton de restos mutilados. Y de ser a si ¿que habia hecho la chica para terminar a si?

Pero lo que mas atormentaba a Sir. Pentius era ¿en donde estaba? Una tetrica dimension con una densa neblina roja alrededor y un suelo para la bestia que se arrastraba lentamente.

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