Capítulo 1: El sacrificio

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Unos jóvenes ninjas se encontraban ocultos entre unos árboles preparándose para atacar a sus enemigos, los cuales aún no se habían percatado de sus perseguidores.

Poco a poco se iban acercando, hasta que el líder del escuadrón dio la orden de atacar, saliendo todos ellos de sus escondites y abalanzándose hacia sus objetivos. Estos se sorprendieron por la emboscada, pero rápidamente se defendieron y se pusieron a combatir con sus atacantes.

Aunque los jóvenes ninjas eran más que sus objetivos, ello no debía confiarse ya que saben lo muy peligrosos que eran sus contrincantes y que, si bajaban un poco su guardia, pudieran quedar muy lastimados hasta podrían perder su vida.

Pero después de un largo rato los jóvenes ninjas empezaron a lograr debilitar a sus enemigos, tanto que estos últimos ya se empezaron desesperar ya que no dejarían que unos mocosos los derroten.

- ¡MALDICIÓN!, ¡USTEDES NO LOGRARAN VENCERNOS- grito uno de los sujetos, mientras atacaba con algunos kunais - Riki, Yamico usémoslo! - dijo mientras empezaba a hacer muchos movimientos de manos y esquivaba todos los ataques que le intentaban lanzar los ninjas.

- Pero jefe - dijo Riki antes de ser cayado por su jefe y sin dejarlo continuar.

-No dejare ser que me venzan unos mocosos sin haber acabado con amenos uno de ellos- después de decir eso tanto Riki como Yamico empezaron a hacer también un movimiento de manos muy rápido - ¡TOMEN ESTO MOCOSOS! - grito mientras una sonrisa sádica se formaba en su cara.

- JUSTU BOKYAKU NO TANI SHI- dijeron los tres sujetos para después de pronunciarlo todos los ninjas se quedaron inmóviles y una gran bola blanca se empezó a formar frente de ellos.

<< ¿Por qué no nos podemos mover? >> pensaron todos los ninjas mientras veían como esa bola se empezaba a agrandar.

-MUERAN- grito el jefe muy eufóricamente mientras la bola se empezaba a ir donde estaban la gran mayoría de los ninjas.

<< No, esto no pude terminar así, tengo que hacer algo>> pensaba desesperada una ninja oji perla que veía a la gran bola acercarse a sus compañeros << Tengo que ir a ayudarlos, tengo que hacer algo>> se decía mientras intentaba mover su cuerpo sin poder lograr su objetivo, hasta que después de tanto exigir lo logro y salió corriendo hacia sus compañeros poniéndose frente de ellos.

- NO HINATA - gritaron otros de sus compañeros que veían sorprendidos la espalda de la oji perla que se encontraba frente a ellos.

-HINATA SAMA, SALGA DE AHÍ- grito desesperado un castaño.

-HINATA NO SEAS ESTÚPIDA HUIR DE AHÍ- grito desesperado un peli negro que veía aterrado.

-Debo hacer algo, no me permitiré perder a mis seres queridos << No puedo sacarlos de acá, pero al menos podre evitar que ellos reciban todo el ataque>>- dijo mientras empezaba a juntar todo su chakra en sus manos- Are todo lo posible para que no se pase nada- después de decir eso unas cabezas de león de puro chakra aparecieron en sus manos y se puso en de defensa.

Cuando la gran bola llego hacia Hinata, ella lo pudo detener con sus manos, mientras intentaba que los leones absorbieran toda el chakra que tenía esa bola, aunque a ver que la bola se detuvo esos ninjas pusieron más chakra y empezó a crecer otra vez, aunque despacio ya que los leones lo absorbían, pero no era suficiente y poco a poco Hinata empezaba a retroceder.

Pero ella no se rendiría tan fácilmente e hizo que los leones crecieran y después de lanzar un gran grito logro evitar que la gran bola la siguiera mandando hacia tras.

-Ella lo está logrando- dijo el ninja rubio que veía sorprendido frente suyo.

-No puede ser posible, esto no debería ser así- dijo molesto le sujeto mientras veía como su técnica más poderosa no continuaba su camino.

A ver eso todos lo ninjas se espesaron a alegrar y leves sonrisas espesaron a aparecer en sus rostros, había posibilidad que todos ellos se salven y podrían acabar con ese enemigo. Todos juntos.

- Chicos - dijo Hinata haciendo que todos le presten más atención a ella - Los quiero mucho - dijo mientras miraba hacia atrás y le regalaba una delicada sonrisa.

Cuando dejo eso todos los ninjas se sorprendieron, ¿por qué dejo eso? se preguntaban, cuando el brillo de la de la bola empezó a crecer y envolvía todo en cuerpo de ella.

-HINATA- gritaron desesperado y aterrados todos los ninjas ya no viendo a su compañera por culpa de la bola y el brillo de esta. Pero poco a poco esta empezó a desaparecer mostrando que ya no había nadie ahí. Todos miraron impactados el lugar sin decir ninguna sola palabra, sin creer que su querida compañera ya no estaba frente a ellos, nadie dijo nada hasta que ese silencio su interrumpido por una escandalosa riza, haciendo que todos vea al dueño de esta.

- Les dije- dijo el sujeto mientras el cuerpo de Yamico caía contra el suelo - yo no sería vencido- seguido hablando como si su compañero no se hubiera estampado contra el suelo y Riki también lo hacía - no sería derrotado sin llegar a deshacerme de uno de ustedes- dijo paro luego el también caer contra el suelo ya muerto igual que sus otros dos compañeros.

Ninguno se movía ya no por el jutsu, sino que ninguno creía que lo que acababa de pasar, solo las lágrimas empezaron a caer por los rostros de los ninjas, a algunos más que a otros.

Ninguno quería creer que acababan de perder a uno de sus compañeros, solo se quedaron llorando esperando que sea un mal sueño. Pero por desgracia no lo era, Hinata Hyuga ya no estaba con ellos.

La Princesa heroínaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora