Sumiso de una miko |One-shot|

One Shot I

Su vista estaba nublada por el deseo, no recordaba como fue que llego él, un gran yukai, a esa habitación. Totalmente expuesto a ese hombre de cabellera negra y ojos marrones. No tenia control alguno, solo podía temblar. Gruño como amenaza, pero se escucho un ronroneo. Decidió que si se liberaba lo mataría. El hombre se puso encima suyo y mordió uno de los pezones del yukai. 

—¿Que pasa Se sho ma ru?—  miro al hombre a los ojos, esos ojos les era muy familiar, pero no pudo recodar muy bien. Sus manos estaban atadas al cabezal de la cama, intento soltarse pero recibió una fuerte descarga de reiki. 

— ¿Ka...gome?— el hombre lo miro con picardia y mordió más fuerte su pezón izquierdo. Las manos de este llegaron hasta el miembro de su victima. La tomo entre sus manos, con su dedo anular hizo suaves círculos en su glande comprobando que estaba empezando a mojarse.

— Siempre tan inteligente Sesshomaru— Su boca estaba a centímetros de Sesshomaru, un sonrojo en el yukai que en vano trato de ocultar— Si, soy Kagome. Es una larga historia pero esta noche no podrás hablar, gemidos es lo único que quiero que salgan de tus labios—  

Sesshomaru trato de reclamar pero sus labios fueron callados, la lengua de Kagome roso los labios para que él abriera su boca, introdujo su lengua. Ambas se rosaban mientras Kagome masturbaba el miembro su yukai. 

— Ka... gome, me...  — la voz  del Lord era ronca, las caderas de este comenzaron a moverse mientras las manos gruesas apretaban más su miembro, cuando estaba apunto de llegar Kagome apretó el glande causando que todo el semen cayera sobre el vientre marcado del yukai. Con la respiración agitada trato de recuperar la compostura. 

Kagome abrió las piernas del yukai, en su mano derecha tomó el lubricante y se puso en la izquierda bastante. Luego metió dos dedos en el lord— Ah!! no!... eso... — Trato de librarse pero era imposible entre las descargas de reiki y los dedos de Kagome sentía que se vendría nuevamente.

— Tu cuerpo no miente Lord, te gusta que te meta mis dedos— 

—"Maldita humana"— Sesshomaru levanto la cadera para profundizar más el toque, no podía parar el deseo lo había consumido. Su cuerpo ya no le obedecía. 

Kagome metió el miembro a su boca y con un leve mordisco hizo que el yukai se viniera. Él trago cada gota, la imagen de tener al Lord más temido en su cama atado e indefenso era muy excitante. 

Lo dio vuelta, poniéndolo en cuatro. Sesshomaru, temiendo sus sospechas lo miro fijamente,la mirada dorada era más intensa cargada de odio y no deseo —Si lo metes, este Sesshomaru jura darte una tortura eterna— Puso un poco más de lubricante y llevo su miembro a la entrada, sujeto la cintura del lord y mordió su hombro izquierdo.

— No me importa si me torturas Sesshomaru pero esta noche, eres mío—

El interior del lord estaba cada vez más apretado, las embestidas de Kagome eran más rápidas y profundas. El lord sentía que iba a ser dividido en dos, trataba de morderse los labios para no liberar sus gemidos, los latidos de su corazón iban a un ritmo muy rápido. No podía creer que él, el yukai más temido se volviera sumiso, pero no quería creer que lo estaba disfrutando.

Kagome estaba apunto de llegar, saco su miembro y su toco para terminar a un costado. No quería que su lord se sienta más humillado pero quería llenarlo. No sabía el porque pero Sesshomaru se sentía vació. Kagome lo tomo de la barbilla y lo beso, limpio un poco el sudor con sus manos — Eres tan hermoso sonrojado mi hermoso yukai—

Despertó agitado y con un dolor entre sus piernas, se preguntaba como demonios podía soñar con un humano así. Pero lo que más le irritaba con la mujer de su hermano, la mataría apenas la encontrara en su camino.