El ruido de los autos se había vuelto repetitivo y algo molesto para los habitantes que residían en una pequeña ciudad por lo cual una familia decidió tomarse unas vacaciones de su rutinaria vida a un bosque algo alejado para disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad que estos desprenden.
Charlotte de 6 años de edad estaba en su cuarto viendo dibujos animados mientras comía unas galletas, que minutos antes le había dado su madre, la pequeña bajo a la cocina para servirse un poco de jugo pues comenzaba a darle sed, se topó con sus padres quienes la veían con algo de emoción como si estuviesen ocultando algo.
-mamá, papá ¿que pasa?- preguntó la pequeña con inocencia.
-hija tu padre y yo hemos decidido tener un pequeño descanso lejos de la ciudad, encontramos un buen lugar en un bosque para quedarnos y divertirnos durante algunos días -dijo la madre mientras le enseñaba a su hija un folleto del parque donde irían a pasar sus vacaciones.
A la niña se le ilumino el rostro siempre le había gustado la idea de visitar el bosque y disfrutar de las maravillas de la naturaleza.
-¿en serio? ¡que divertido! -la niña tomo el folleto el cual tenia escrito en letras grandes: Parque Roswood
-Si, será mejor que subas ahora mismo a empacar tus juguetes y yo subiré después para empacar tu ropa.
Charlotte asintió emocionada y corrió rápidamente a su cuarto, tomando su pequeña mochila, y metió algunas hojas de papel, crayones y sus muñecas favoritas.
La madre subió horas después al cuarto de su hija con una maleta, sacó la ropa de la cajonera y comenzó a empacar.
-Mamá ¿crees que podamos ver venados y ardillas? -pregunto charlotte
-seguramente si -contestó la señora dubitativa.
-¡y muchas aves! -la niña se tumbó en la cama.
-la madre rió por la acción de la menor- si también, toma tus cosas y bajemos papá ya nos esta esperando en el coche- dijo la madre saliendo de la habitación de la niña.
La pequeña bajó las escaleras y saltó de emoción y alegría para luego subir a la parte trasera del auto junto con su pequeño zorro de peluche entre sus manos mientras su madre le cerraba la puerta del vehículo y dando vuelta para subir al asiento del copiloto, la niña oía a sus padres hablar de política y dinero cosa que ella no entendía y tampoco le generaba mucho interés por lo cual solo se limito a mirar por encima del asiento trasero viendo su casa poco a poco cada vez más pequeña hasta que se perdió de vista.
No pasado mucho rato comenzaron a adentrarse en un camino con muchos arboles alrededor, ella admiraba cada detalle del sendero, los pájaros que volaban libremente entre estos, y ardillas saltando de un árbol a otro poco a poco comenzaba a quedarse dormida no sin antes dar un ultimo vistazo a los arboles viendo entre estos una singular figura negra muy alta sin rostro y largos brazos, parecía llevar un traje negro, luego de eso ella cayó en los brazos de Morfeo.
-Hija, hemos llegado.
La pequeña Despertó debido a las sacudidas que su madre le daba avisándole que ya habían llegado a su destino, la niña se apresuró en salir y ver la cabaña en donde se iban a alojar por la iluminación tenue del sol ella dedujo que ya era tarde, bajó del auto y corrió rápidamente a la entrada de la cabaña apresurada
-Vamos papá abre quiero ver mi cuarto- gritó la niña con emoción
-No comas ansias cariño- contestó el padre insertando la llave y girando el pomo de la puerta abriendo la cabaña.