Era una noche fría de invierno en París. Las calles estaban cubiertas de nieve y mucha gente paseaba por allí, sin importarles el frío que hacía. Cassandra miró la hora en su móvil. Las 21:45. No tenía nada que hacer, así que se metió en la ducha y cuando salió, se pusó un vestido azul oscuro, casi negro y se metió las cosas que necesitaba en un pequeño bolso, y salió de su habitación de hotel y se dirigió al casino.
Al llegar, se sentó en una silla del bar y pidió una copa. Mientras miraba tomaba su bebida y miraba su móvil, alguien le tocó el hombro, y al girarse vio a su amiga Lara.
-Me has asustado -dice Cassandra de mala gana.
-Hola a ti también -se burla Lara y Cassandra rueda los ojos-. ¿Qué te ha pasado? Te veo rara.
-El caso es que no sé lo que me pasa -suspira-. Taylor ha sido un capullo conmigo y me jode que aún piense en él. Han pasado meses y todavía no le supero -suspira frustada.
Lara posa su mano en su espalda y la frota suavemente, intentando reconfortarla
-Recuerda lo que te hizo -dice Lara y la cara de Cassandra se entristrece al recordarlo-. ¿Quieres jugar a algo? -le pregunta intentando cambiar de tema
-No sé jugar a nada de lo que hay aquí.
-¿Entonces para que vienes? -le pregunta Lara riéndose y Cassandra levanta los hombros como diciendo 'no sé'-. Venga vamos.
Sin darle tiempo a protestar, tira de ella y la hace caminar. Mucha gente se las queda mirando, pero rápidamente apartan la vista y vuelven a concentrarse en su juego. Lara se va parando en mesas para ver a que están jugando, pero luego se va y vuelve a arrastrar a Cassandra trás ella. Despúes de 5 minutos buscando una mesa en la que no haya mucha gente, se paran donde La Ruleta.
-Mira este juego es fácil -empieza a hablar Lara-. Lo único que tienes que hacer es poner fichas en las casillas que hay, en las que tú quieras.
Lara hablaba y hablaba, pero Cassandra no le estaba haciendo caso. Su atención estaba en un chico alto, con el pelo castaño y despeinado que llevaba un traje gris que le sentaba perfectamente bien. El chico se sintió observado, y al levantar la mirada se quedó impresionado al ver una preciosa chica como ella mirándole. A los dos les entraron ganas de hablar y conocerse, pero tenían miedo de ser rechazados y James volvió a ponerle atención a la ruletas que daba vueltas y más vueltas y Cassandra empezó a hacerle caso a Lara, la cual le decía donde tenía que poner las fichas.
-No tengo fichas -dice Cassandra, mirando otra vez a ese chico.
-¿A quién estás mirando? -le pregunta Lara y se pone a mirar en la misma dirección que Cassandra-. Ah, vale. Es James Skal -dice Lara.
-¿Le conoces? -le pregunta Cassandra.
-Que va. Es empresario y suele aparecer en los periódicos y revistas y demás... ¿Me estás escuchando? -dice Lara al ver que Cassandra seguía mirando a James como una tonta. Cassandra solo asiente -. Toma, yo te dejo fichas.
Cassandra las coje y espera a que la ruleta parase para poder poner. Volvió a mirar a James. Nunca había visto un chico tan guapo. Estaba tan concentrado que no se dio cuenta de que Cassandra estaba mirando. La ruleta paró, y por la cara que puso James, no había ganado nada. James levantó la visto y volvio a pillar a Cassandra mirándole, y le sonrió, lo que hizo que Cassandra se ruborizara.
-Esto ya me aburre -dice Cassandra suspirando frustrada. Llevaban al menos una hora jugando y James ya se había ido-. Me voy a tomar algo, ¿te vienes?
-Puede que después -le contesta su amiga mirando como giraba la ruleta. Lara estaba en racha y eso se le había subido a la cabeza.
Cassandra camina hacia la barra, se sienta y saca su teléfono de su bolso y se pone a mirar sus notificaciones. Minutos después, oye la silla que hay a su lado arrastrarse. Aparta la vista de la pantalla de su teléfono y mira a su izquierda esperando ver a Lara. Pero no. Era James, y le estaba sonriendo. Cassandra sintía latir su corazón tan rápido que tenía miedo de que James también lo oyera.
-Hola -dice él con una perfecta sonrisa-. Soy James.
-Cassandra -le contesta ella, intentando no tartamudear y sonar lo menos nerviosa posible-. Encantada.
-Igualmente -le dice y le coge la mano y la besa -. ¿Te apatece algo de beber?
-No, gracias -dice con una sonrisa.
Los does estaban en silencio mientras James esperaba su bebida. Cassandra la quería preguntar por qué le estaba hablando, pero no quería sonar borde, así que se quedó callada.
-Sé que esto te parece raro que te esté hablando así de la nada-empieza a hablar James, como si le hubiese leido la mente-, pero te vi en La Ruleta y me pareciste muy guapa y cuando te vi aquí sentada sola se me pasó por la mente hablarte. Y aquí estoy, hablándote -dijo con una sonrisa tímida, lo que hizo que Cassandra riera de ternura.
-Sí, me parece raro, pero no me importa teniendo en cuenta de que eres tú el que me habla -dijo mientras se cogía un mechón de pelo y empezaba a jugar con él. James se acerca lentamente a su oido, y a Cassandra se le corta la respiración y la piel se le pone de gallina
-¿Quieres que subamos a mi habitación para hablar y conocernos mejor? -le pregunta James suavemente.
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¡Hola! esta es mi nueva novela y espero que os guste ^^
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