KibaSaku. Familia.

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Kiba sabía perfectamente que lo que hacía es ilegal.

Se introdujo al bosque de su familia, llegando a los límites de esta. Akamaru vigila los alrededores mientras Kiba retiraba unas rocas del suelo.

Juntó sus dedos para romper el sello poco visible de la puerta del suelo. Las líneas negras desaparecen poco a poco, abriéndose automáticamente.

Antes de entrar rastreó la zona para evitar que lo siguieran, cuando volvió colocó unos senbos entintados de sellos silenciadores alrededor de la entrada. Era extraño que alguien pasara por ahí y al activarse nadie escucharía algún ruido que no fuera del bosque.

Cuando Akamaru se introdujo a pasillo, cerró las puertas para volver activar el sello. Encendió los interruptores de luz dejándole ver por el túnel.

Veinte minutos después y llegó a una cascada.

Continuó bajando por unas escaleras hasta llegar de nuevo al bosque.

Pero el olor era diferente, olía a casa.

Él huía de casa todos los fines de semana. Su pretexto era que entrenaba con Akamaru y nunca sospecharon.

Caminó junto con Akamaru durante diez minutos y una casa iluminada con un jardín de rosas le hace sonreír.

Antes de sacar sus llaves para abrir la puerta, está se abre.

—¡Lo sabía, era tu olor! —exclama una niña de cabello marrón y ojos jade. —¡Bienvenido papá!

La niña lo abraza con alegría. Kiba le corresponde y la carga.

—¿Te has portado bien Saki? —cuestiona el Inuzuka.

—¡Sí! —asiente la niña. —Sabes papá, Kasu y la tía Karin vinieron a visitarnos.

Kiba se adentra a la casa junto con su hija en brazos.

Cruza el genkan y llega a la sala.

—¿Kiba? —susurra Karin al verlo.

—Cariño... —exclama la mujer muy feliz y sorprendida.

—Estoy en casa.

—¡Mamá, papá está en casa! —grita un niño de cabello marrón y ojos jade. —¡Lo puedo oler!

Al verlo corre hacia Kiba abrazándolo.

—¡Sabía que era papá!

Detrás del niño, aparece otro de cabello rojo y ojos negros.

—Hola Satsuki. —saluda Kiba a el niño.

—Tío Kiba, es bueno verle. —saluda el niño.

—Estas más grande, la última vez que te vi estabas más enano.

—¡Ya no soy un niño tío! —exclama ofendido.

Los adultos se ríen por el gesto del niño.

Serie de mini-historias de Sakura con motivo al evento #MultiSakuMonth2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora