Capítulo 30 - Más pasión que nunca

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Narra Laura:

Por suerte Ross estaba un poco mejor. Tenía que esperar hasta dentro de dos semanas, o sea, cuando terminaba de grabar la película. No sé si estaba ansioso de terminarla por ver como quedo o por poner fin al juicio. Yo lo iba a apoyar en lo que sea. Siempre estaría ahí.

Hoy era sábado. Ross me invito a comer a su casa. Si, viajaremos hasta allá. Ya que hay que ver algunos papeles sobre el tema del juicio. Así que tenía que viajar y yo lo iba a acompañar.

Puse todo en un pequeño bolso, total era solo un día. Llevaba dos remeras, un pantalón largo, un short, un par de ojotas, algo de maquillaje, el celular, las llaves de casa y algo de plata por si salíamos. Listo. Viendo por última a ver si me faltaba algo. Nada. Ya tenía todo guardado. Bien. Agarre la cartera, el bolso y baje las escaleras. Ahí me estaba mi familia, Ross, Calum y Nina. También vino Raini a despedirse. No entiendo. Si solo me iba por un día. Pero igual, la iba a extrañar.

Ross: ¿Ya tenés todo? – tomando mi bolso.

Laura: Si y gracias – agradeciéndole que me saco un peso de encima - ¿Vamos?

Ross: Si, vamos.

Narra Ross:

Horas después. Llegamos a mi casa. Nina y Calum también me acompañaron. De paso, Calum tenía que hacer algo con el padre por el trabajo. Nina, como siempre, me apoyaba en todo. Y bueno, Laura, mi vida, la amo. Mis padres viajaron ayer a la noche. Por eso ya estaban en casa. Abrí la puerta, tenía las llaves. Deje pasar a Laura, Nina, Calum y luego entre yo. Salude a mis padres. Todos lo hicieron. Nos sentamos a comer. Media hora después. Nina hizo milanesas con huevo frito y papas fritas. Mi comida favorita. Estaba deliciosa. Cocinaba tan bien.

Ross: Bueno, gracias por todo, Laura – mirándola - ¿Querés dar una vuelta?

Laura: Si, me encantaría conocer la cuidad.

Ross: Bien. Vamos. Adiós a todos.

Laura: Adiós.

Nos despedimos y partimos. Como queríamos caminar. No fuimos en el auto de mi papá. Así conocía todo la cuidad. Va, hasta donde podíamos llegar.

Laura: Que linda que es.

Ross: Si, muy linda – sonriéndole – Te invito un helado, ¿Querés?

Laura: ¡Sí! – contenta.

Ross: Bien – entrelazamos nuestras manos y caminamos hasta la mejor heladería de Nueva York – Acá es – parándonos – ¿De qué gusto querés? – mirándola.

Laura: Chocolate amargo y arándanos.

Ross: Correcto. Busca un lugar, ya vengo.

Laura: Ok.

Narra Laura:

Me puse a buscar un lugar vacio. Estaba casi todo lleno. Encontré uno perfecto. Corría un viento muy lindo. Hacía calor, así que estaba bien.

En eso, volvió Ross con dos cucuruchos. Me dio el mío. Lo probé. Estaba muy rico. Tiene razón, era la mejor heladería. Ni en donde vivía hacia ricos helados. Tenía que viajar para acá si quería tomar uno.

Laura: Excelente.

Ross: Viste, te lo dije.

De repente, el lugar, se empieza a llenar de gente. Reporteros y algunos fans. Gritaban y sacaban fotos sin parar. De vuelta a la realidad. Cierto. Ross famoso. Todos vinieron porque se enteraron que estaba acá. ¡Qué rápido corre las noticias!

Un amor de famaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora