¡Tomlinson, eres un desatre! |Editando| |LT|

Prólogo

—¿Me estás diciendo que ahora te gusta mi hermana? —Pregunta mi amigo. La incredulidad en su tono de voz, y en sus facciones es obvia. No me cree, y lo entiendo, yo tampoco lo haría. Al menos no me está golpeando en este momento. —No me jodas, Tomlinson.

Suelto un suspiro, decidiéndome si contarle o no sobre qué es lo que me tiene loco por ella. No creo que sea tan malo, quizá sea algo pasajero, ¿cierto?

—¿Quieres sentarte y dejar que te explique? No puedo concentrarme si estás dando vueltas por la habitación.

Estoy consciente de que si me equivoco sobre mis sentimientos, y que si meto la pata, quizá me cargue una amistad de toda la vida. Pero vale la pena intentarlo, Scarlett lo vale todo. Y sí, también me es difícil aceptarlo, también he tenido mis dudas al respecto. Pero dime algo, ¿es amor cuando sientes tu corazón acelerarse con la simple mención de un nombre? ¿O cuando no puedes dormir por pensar en solo una persona? ¿Qué te digo sobre el revoloteo en mi estómago, o el sudor en las palmas de mis manos cuando la veo? Definitivamente esto no puede ser solo algo pasajero.

Si eso no es amor, entonces no sé qué mierda sea. Pero de algo estoy seguro, y es que no quiero dejarla ir nunca. No podría hacerlo. Tengo una necesidad incontrolable por escuchar su voz, perderme en esos ojos por horas. Y su risa, aquel sonido contagioso que...

Un golpe en mi cabeza me hace salir de mi ensoñación. James me mira expectante, y se cruza de brazos dispuesto a escuchar mi explicación.

—Deja de estar pensando estupideces y habla de una vez. —Toma asiento frente a mí, y agradezco en silencio que aún esté aquí, dispuesto a escucharme y a entender la situación. —Y más te vale que no sea una broma.

No todos los días alguien acepta que ha enamorado del enemigo. Y definitivamente no todos los días alguien le dice a su mejor amigo que está enamorado de su hermana.

—Bien, todo empezó cuando ella llegó de Suiza, aquella tarde que fuimos al aeropuerto a recogerla...

Comienzo a relatar, recordando perfectamente el momento en que estoy  seguro de que me di cuenta de lo mucho que había esperado por ella.