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Jinyoung soltó a sus brazos aferrándose a él del cuello y enredando sus piernas alrededor de su cintura. Mark lo sostuvo con firmeza desde el trasero y recibió un beso cargado de emoción de su bebé.

Estoy tan feliz... ¿Qué se supone que deba hacer si me amas?— Jinyoung dijo colocando su cabeza en el hombro del mayor.

—¿Acaso hay algo que debas hacer solo por eso?— inquirió Mark divertido.

—¿Cómo que "sólo por eso"? La persona que yo amo me ama a mi también, ahora debí dar lo mejor de mi para que eso siga así.—Mark pegó sus narices juntas y sonrió.

—No hay mucho que debas hacer, nene. Tú sonríes y yo ya estoy todo loco por ti.—declaró el mayor.

—A veces, siento que no debemos estar juntos y hay momentos en los que tú me haces sentir eso también. Se siente que no hay futuro para nosotros si vemos el lugar en el que estamos parados ahora.— Jinyoung dijo. Mark suspiró. No le agradaban este tipo de conversaciones.

—Por supuesto que lo sé, más que nadie. Tú deberías ir y salir con chicos de tu edad, yo debería estar pasando por un segundo divorcio y no corrompiendo chicos lindos.— dijo Mark.—Pero está bien, nene. El lugar en el que estamos es aquí y ahora. Yo en mi casa y tú en mis brazos. No hay nada más correcto que lo que sentimos, el resto es mierda.—agregó.

—Si tú lo dices, entonces es lo que elijo. Me gustas...me gusta besarte y ser consentido por ti.—declaró el menor. Mark se movió hasta hacerlo reposar sobre la cama.—Y me gusta mucho cuando me follas o me haces el amor.— soltó con picardía.

—Entonces estamos perfectos juntos, bebé. No importa lo que piensen los demás.—Jinyoung se extendió en la cama y esperó a que Mark fuera a encender la luz por completo. Puesto que andaban a oscuras por el juego de Jinyoung. Mark había sentido a su chico con sus manos y sabía que llevaba poca ropa pero ahora que lo veía completamente, se sentía bendecido. Jinyoung llevaba el saco de uno de sus trajes, aquel de color vino tinto y sólo llevaba unos bóxer bajo eso. Fue directo a él con una sonrisa. Se tumbó sobre un muy entregado Jinyoung y lo miró apartando algunos cabellos de su frente.—Retiro lo dicho, tú eres perfecto incluso solo, bebé.— le susurró sobre el oído.

—No, tú haces que yo sea así.—Jinyoung dijo sintiendo con los ojos cerrados como Mark le besaba el cuello lentamente.

—No sé si eso es bueno o malo.—dijo el mayor desatando los únicos tres botones que tenía el saco.

—Eso es lo que hace que seamos el uno para el otro, supongo.—rió Jinyoung.—Y buenos en la cama.—Mark estuvo de acuerdo. El beso que iniciaron fue una mezcla entre lo necesitado, apasionado y cargado de amor porque ahora ya estaba la verdad expuesta. Jinyoung amaba a Mark. Amaba a este hombre mayor de cabello blanco, amaba cada parte de él, sin excepción. Y Mark amaba a Jinyoung desde cada rincón de su cuerpo hasta todo lo que fueran acciones y demostraciones del menor. Si era sincero, le inquietaba algo en el pecho toda la revelación pero no había nada que pudiera hacer, quería ser honesto, quería decirle a Jinyoung que lo amaba y que esto era apenas el comienzo porque Jinyoung no era un jueguito para él. Lo quería a su lado para siempre. No era una persona que se tomaría todo a la ligera y menos cuando en su cabeza ya había tomado varias decisiones.—Mgh~ Papi...—gimió el menor. Mark comenzó a chupar sus pezones, su lengua rodeándolos de foros y intercalada mientras Jinyoung se deshacía de placer. Sus manos se trasladaron al cabello de Mark acariciándolo. Mark profundizó la succión. Acarició las cosillas de Jinyoung hasta seguir su recorrido a los huesos de las caderas de éste, después se alejó de su pecho para quitar la ropa interior del menor.

—No sé de dónde sacaste la idea de colocarte mi saco y solo unos boxers pero me encantó.—declaró Mark con voz ronca. Jinyoung sonrió una vez que el mayor retiró su prenda inferior.

»Call me baby boy when we're behind the four walls«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora