Capitulo 58

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Lara.

Grite como una loca por el balcón. Anastasia no estaba, así que saque todas mis frustraciones.

Santiago de seguro estaba celebrando que salió ganador en la pelea de boxeo y además le tenía que pagar la pintura del carro cuando él había sido el primero en arruinar la pintura de mi moto.

Hoy me estaba saliendo todo mal definitivamente.

Estúpido Santiago, ESTUPIDO.

Llamaron a la puerta, sabía que era él. Pero no le abriría. Estuvieron un rato tocando, no saldría.

No estaba en mi mejor humor. Para volver a verlo.

Se había burlado en mi cara, me había ganado.

Esto lo tomaría para humillarme. Sabía que le debía la apuesta, pero hoy no estaba preparada para asumir.

Abrí una botella de vino y empecé a tomar sola. Quería tomar hasta olvidarme de todo, aunque me costara.

Y así fue, una copa tras otra. Era muy difícil que el alcohol me afectara, mi tolerancia a el era muy alto.

Seguía totalmente cuerda, así que abrí otra botella.

Mi única solución y compañera era la botella de vino.

El odio que sentía por Santiago me estaba llevando a hacer todo esto, me estaba llevando al borde de la locura. Al borde del desquicio. 

Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora