🪶CAPÍTULO 13: ADN🪶

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Axel contemplaba a Calix detrás del cristal, mientras le introducían por medio de una jeringa un suero rojizo. Confundido ante el tono de aquel líquido, miro a su padre, quien se encontraba inclinado en su silla en dirección a Calix, como si no quisiera perderse ningún detalle de lo que estaba pasando frente sus ojos.

—¿Qué es lo que le están introduciendo? —pregunta, avanzando hacia él.

—La gloria de la juventud, la inmortalidad —respondió Rosy, pegando sus manos al cristal, como si añorara tocar a Calix.

Axel dejó viajar la mirada a Calix de nuevo, confundido por las palabras de Rosy.

Mabe, saco la aguja del brazo de la chica, el cual comenzaba a ser invadido por pequeños moretones púrpuras.

Entregando la jeringa a uno de sus compañeros, contemplo su reloj de mano y retrocedió unos pasos, en espera de que el suero hiciera efecto.

Los presentes se miraron entre sí y los murmullos se elevaron, cada uno de ellos se encontraba ahí en espera de ver un nuevo poder de Calix, pero ver que la chica no era capaz de reaccionar inquietaba a todos.

Olegario se puso de pie de golpe y miro al científico, el cual le dedico una mirada, incapaz de darle una repuesta de lo que sucedía. ¿Qué diablos estaba pasando?

Mabe ordeno sus colegas una segunda dosis, los cuales se dispersaron rápidamente en busca de ella, pero quedaron inmóviles al sentir unas extrañas vibraciones. Mabe al darse cuenta de que provenían de Calix, retrocedió unos pasos, ordenándoles a sus compañeros que hicieran lo mismo.

Y de pronto, el cristal que protegía a los brujos reventó en mil pedazos. Los presentes se cubrieron. Axel apartó su brazo del rostro y contemplo a Calix con inquietud, quien estaba de pie mirando hacia ellos. El gris de sus pupilas había desaparecido y remplazado por un color negro, rodeado de una totalidad azul hielo.

—Qué has hecho padre —murmuro Axel, retrocedió al igual que los demás, ante la mirada de la chica. No sabía lo que le habían inyectado, así que podría ser peligrosa.

Calix avanzo hacia ellos, dejando huellas de sangre a su paso ante el cristal, clavándose en la piel de sus pies, mientras portaba con una sonrisa diabólica.

La chica dio un brinco, y ágilmente apareció frente a ellos. Todos le miraron con temor, debido a que desprendía un aura tan oscura, tan llega de maldad, que causaba escalofríos a todos en aquella habitación.

—Estás sangrando —dijo Calix, mirando fijamente a Axel.

El chico desvió la mirada a su brazo, el cual tenía algunos cortes que provocaba que la sangre escapara de él y se deslizara por hasta su codo, estrellándose contra el suelo en pequeñas gotas de sangre.

Calix aspirada el aroma y cierra los ojos, ante el exquisito olor.

—Huele tan bien —murmuro, al abrir los ojos.

Olegario al ver la intención de Calix, le lanzo un hechizo para inmovilizarla, ante aquello la chica soltó una risa que les robo el aliento a los presentes. Su risa era malévola, y desprendía la sensación de tener frente a ellos el mismo mal encarnado.

De repente, la sonrisa de Calix se apaga, y conecta la mirada con Olegario, introduciéndose a su mente, escarbando los recuerdos que había enterrado ya hace bastante tiempo y poniendo sus emociones de cabeza. Todos ven impresionados caer de rodillas a Olegario.

—Patético —murmuro la chica—. ¿En serio sigue creyendo que puedes igualarte conmigo?, ¿obtener lo que se me dio por derecho? —pregunta, dando pasos a él—. Creer que puedes ser el dueño del mundo, mi mundo...

Mi Secreto: Entre Luz y Tinieblas. (Libro III) ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora