⊱ let go ⊰

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Min Yoongi siempre fue inexpresivo.

Quizás era eso lo que lo caracterizaba, lo que lo diferenciaba de los demás, lo que lo hacía único. Un rostro impasible mostrando nada más que indiferencia y desinterés hacia todo y todos, envuelto en su propia manta de individualidad y desprecio por los que lo rodeaban. Y quizás era eso lo que llamaba la atención de fanáticos y desconocidos. Tanto talento disfrazado detrás de esa coraza construida después de sentir lo que era la vida, después de ver cómo esta se escurría entre sus dedos cual arena fina.

Min Yoongi siempre había sido inexpresivo, hasta que llegó él.

ㅡ¿Qué voy a hacer contigo?ㅡse escuchó diciéndole al hombre que lo observaba desde el otro lado del espejo en aquel camerino improvisado debajo de un escenario de madera, ojos felinos clavándose en su alma, conociendo cada parte de sí, cada pensamiento que las dos bolsas bajo sus ojos guardaban.

No conocía a esta persona, no podía hacerse una idea de quién era, o quién fue. ¿Tenía sueños, metas, algo que lo motivara por las mañanas para seguir viviendo, para seguir respirando? Yoongi le tenía miedo a esta reflexión en el cristal impoluto de aquel camerino, y sintiendo los murmullos lejanos de algún miembro del staff avisándole que salía en veinte minutos, se preguntó, si algún día, podría adentrarse en su mente, tanto como él lo hacía en la suya.

Cerró los ojos, dejando la oscuridad invadir su mente y se quedó ahí, sumergido en la nada pero en todo a la vez, visualizando su presentación exitosa como una costumbre que cierta persona le había enseñado, años atrás, cuando sus sueños sólo eran eso, sueños divagando por cada rincón de su cabeza.

A veces se sorprendía de todo lo que estaba consiguiendo, de cuán alto había logrado escalar, cuán profundo se había clavado en el corazón de la gente. Y en esos momentos donde el miedo a caer desde miles de kilómetros de altura lo invadía, se preguntaba, ¿por qué? ¿Por qué estaba haciendo lo que hacía? ¿Por qué se esforzaba en hacer llegar un mensaje que él mismo no podía interpretar? ¿Por qué, por qué, por qué? Y comenzaba a odiar al reflejo en aquel espejo, aquel que lo perseguía en todo momento, todo lugar, atormentándolo con una sonrisa autosuficiente en el rostro, susurrándole cosas al oído.

"Un empujón, sólo un empujón y caerás."

Y en esos momentos, donde el aire abandonaba cualquier espacio en el cuerpo de Yoongi, aparecía él. Con esa sonrisa egoísta que odiaba tanto como extrañaba y le tapaba los oídos, escuchando sólo el latir de su corazón bombeando, diciéndole que estaba vivo, que no podía rendirse y que habían muchos corazones latiendo gracias a él.

Yoongi se despertó de aquel sueño que no era precisamente un sueño, sudando y con la respiración agitada, logrando ver en su hombro una mano amistosa y detrás de él, al dueño de esta.

Suspiró, recomponiéndose.

ㅡHola, hyung.

ㅡViniste.ㅡfue lo único que pronunció, su tono sonando más aliviado que agradecido, levantándose con pereza para tomar una botella de agua, de repente su garganta seca.

ㅡNo podía perderme una presentación de este tamaño, ¿no?ㅡsonrió, el pelinegro siendo incapaz de ver el gesto por estar hidratando su garganta.ㅡ¿Estás nervioso?

Yoongi sintió uno de los sofás hundirse, dando a entender que su amigo había tomado asiento.

Se giró, encarándolo.

ㅡComo la mierda.

Namjoon se rió, algo en sus hoyuelos revolviéndole el estómago al pelinegro.

Talking to the moonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora