Nuestro Juegoଓ Woosan

🅒🅐🅟🅘🅣🅤🅛🅞 17

La llovizna de hace rato, se volvió bastante intensa, pero eso no era un impedimento para el pequeño Yeosang, que amaba los días como ese. Entonces, ni bien despertó, y vio la hermosa lluvia que caía desde la ventana de su habitación, se vistió, sobre su ropa se coloco un impermeable transparente con junto de sus botas iguales, que dejaban ver sus medias coloridas, y alegres.
Cuando finalizó, salió de su habitación y corrió hacia la de San, donde SeongHwa aún dormía, cosa que no era extraña, ya que apenas eran las ocho y media de la mañana,  de un sábado.

Una vez frente de la puerta blanca, tocó tres veces sobre la madera, con su mano en forma de puño, esperando a que le permitieran el paso. iba pasando el tiempo y no conseguía una respuesta, así que decidió tocar devuelta, luego de unos segundos se escucho una voz ronca, invitándolo a pasar.
Giró el picaporte, y se asomó antes de entrar. La habitación aún estaba oscura, ni siquiera las cortinas estaban abiertas, todo estaba absolutamente oscuro.  El pelinegro estaba acostado, todavía no se había levantado, y apenas se estaba despertando, mientras miraba  al niño con una sonrisa en los ojos.

-¿Qué haces despierto a estas horas?- Le preguntó sentándose en la cama, dejando ver su torso desnudo, a los ojos del menor. Se refregó los ojos, para despabilarse un poco más. - Te dormiste como a las tres de la mañana, has dormido menos de 5 horas...- agregó entre bostezos .

-No puedo dormir más de seis horas... Así que he dormido bien, ¿Tú aún tienes sueño?- Preguntó preocupado de haber arruinado su descanso.

-No te preocupes pequeño- Dio un ultimo bostezo antes de pararse e ir hasta la silla del escritorio, donde había dejado su ropa apoyada.

Sólo  tenía puesto un bóxer, así que  su atlético cuerpo, bien trabajado, estaba expuesto a la vista del menor, quien lo miraba, escrutando cada centímetro, pero no de la misma manera que el mayor lo miraba a él. Su mirada no era nada lujuriosa, ni deseosa, era más bien de... ¿Admiración? Tal vez esa no era la palabra exacta, pero se asemejaba bastante. Le asombraba el cuerpo del pelinegro, ya que era todo lo contrarió  del suyo.

-¿Qué tanto miras? ¿Te gusto o qué?-  Preguntó entre risas, viendo como la otra mirada se posaba en él, atento a su cuerpo desde hacía un largo rato.

-U-uh... Tienes un cuerpo muy bonito Hwa- Afirmó mientra en sus mejillas aparecía un color carmesí- Por eso te miraba tanto... Eres muy diferente a mi ¿Te diste cuenta?-

¿𝐜𝐨́𝐦𝐨 𝐧𝐨 𝐥𝐨 𝐡𝐚𝐫𝐢́𝐚? 𝐬𝐢 𝐩𝐚𝐬𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐞𝐥 𝐝𝐢́𝐚 𝐦𝐢𝐫𝐚́𝐧𝐝𝐨𝐭𝐞..- Pensaba- Claro que lo he hecho, tú eres mucho más hermoso, ¿Sabes?- Lo miraba con ternura, mientras terminaba de vestirse.

-¿D-de verdad lo dices? yo no lo veo así- se  sentó en la cama, con las piernas pegadas al pecho, y las abrazó- Puede que yo sea Bonito... pero, Hwaawie, tu tipo de belleza es otro. Yo podría resultar tierno y lindo, pero no guapo. Yo no podría llamar la atención de alguien, de la manera en la que tu lo haces...-

-Claro que lo digo enserio, eres más que hermoso...- Le dio un beso en la frente,y se sentó en la cama de su mejor amigo- Puede que no seamos ni un poco parecido, pero no tengo dudas que eres lo más precioso que he visto. Bien, ahora dime ¿Qué haces a esta hora levantado?-

-Bueno... Quería ir a la lluvia contigo ¡MIRA! ¿Te gustan mis botas?-Pregunto feliz y emocionado por su nuevo regalo, estirando las piernas para que el otro lo viera mejor. El mayor observo las botas y el impermeable transparentes, con cordones negros, que dejaba ver las medias celestes a lunares.

-Son muy bonitas, se te ven bien- Le dijo sincero y se paró de la cama, le tomó la mano, para que este también se pusiera de pie, comenzó a caminar fuera de la habitación esperando ser seguido- Entonces, vamos. A mí también me encanta la lluvia, aparte, se ve, que ya estas listo-