Desde hace poco tiempo que había tenido a mi Alisson de vuelta. Lastimosamente no había podido verla mucho, decía que estaba ocupada y yo también lo estaba un poco. La demanda con los Evans estaba en proceso, y no podía cometer ningún error. Ayer mi hermano me llamó algo alarmado. Diciendo que un tipo fue hasta su casa a dispararle, por suerte él está bien, no le hizo daño pero sí que estaba molesto, y yo también. Quiero decir, ¿por qué alguien iría hasta Nai para querer hacerle daño?
-Aaron, ¿qué tanta mierda éstas haciendo? ¡Se supone que estarías cuidando de Nai! -Aaron me había acompañado hasta nuestro abogado, para reunirnos y supervisar los movimientos de los Evans.
-Disculpame pero él debe hacerse cargo de sus propias cosas. Todavía que el imbécil va y se mete con Jeremy Evans, ¿y quiere que vaya a protegerlo? Ese maldito no sabe valorar nada. -Le di un fuerte golpe en el brazo. -¡Oye!
-¡Es de mi hermano del quien estas hablando! ¿y cómo es eso de que estuvo con él? -Caminábamos por las calles de la ciudad hasta un restaurante no muy lejos de la empresa.
-Pobre Mikaela, ese niño bonito debe estar pasándola mal igual que yo. Qué locura.
-¡¿De qué hablas?! -Volví a insistir.
-Qué tu hermano estaba con Jeremy, ¡sorda! Obviamente Mikaela se dio cuenta.
-¿Ese niño? ¡entonces él mando a alguien para lastimar a Nai! -Dije algo furiosa.
-¿Qué? ¡No! No vas a creerme pero no fue él. De eso de lo puedo asegurar, estuve hablando con varias personas...-Cruzamos la calle cuando el semáforo estaba en rojo y aceleramos el pasó. -Me dijeron qué no fue un hombre.
-¿A no? -Dije exhausta. -Y...¿entonces?
-Fue una mujer. -Hacia frío.
-¿Una mujer? Nai no conoce a ninguna mujer.
-Quien sabe. Tienes que averiguar eso con tu hermano. En cuanto a mi relación con Nai está mas que claro que ya nada hay ahí. Se veía con alguien. -Me sorprendí, ¿Nai con alguien?
-¿Sí? Dios. Ese Nai, ¿qué tanto hace a nuestras espaldas?
-No lo sé. Pero sé que no se quedara con los brazos cruzados. Quizás para mañana ya tenga una nueva excusa para volver a reunir a los Evans, Nai quiere hacerles un Fraude para que el señor Evans se pudra en la cárcel, o eso quiere lograr.
-No no puede. Apenas estamos comenzando con la demanda. Nai lo va a empeorar todo y no sólo nos iremos con palabras, hay vidas en riesgo.
-Ya te digo que Nai no piensa en eso. -Al fin llegamos al tan esperado restaurante. Adentro estaba calentito. Dijimos nuestros nombres los cuales ya tenían reservación con nuestro abogado y otro invitado más. Nos adentramos entre las mesas y las personas que conversaban felizmente. Hasta llegar a la mesa donde habíamos sido citados.
Estaba nuestro abogado familiar y el señor Collins. El mismo al que le había disparado semanas atrás Jeremy Evans.
-Hola, ¿cómo están? -Saludamos al unisono Aaron y yo y estrechamos las manos. Nos sentamos y dejamos sobre la mesa unos papeles que Aaron llevaba consigo.
-Hola Myler, hace tiempo que no te veía, te has puesto muy hermosa. -Dijo el abogado, un señor ya viejo de una voz ya opacada por los años, sus manos temblorosas y esas ojeras que se dejaban ver por debajo de sus lentes dejando a la muestra la dedicación a su trabajo.
-Muchas gracias. Me alegra verlo al fin. Señor Collins. -Saludé al señor a mi derecha. -Bueno ya sabe porque estamos aquí, ¿verdad?
Asintió con la cabeza y tomó un tragó de la taza frente a él con café negro dentro.
-Sí, penosamente Myler. La demanda no podrá ser llevada. -Habló lentamente.
-¿Por qué? -Preguntó Aaron exasperado.
-Bueno, no tenemos las suficientes razones para que se lleve como debe. Además el señor Collins teme por su seguridad y como un tercio de lo ocurrido les corresponde a ustedes, lastimosamente no puede conllevarse.
Acaricie mi rostro frustrada, ¿qué más debería hacer?
-¿Sabe quien le disparó señor Collins? -Habló Aaron nuevamente, está vez más tranquilo. -Me refiero, a qué sabemos qué fue Jeremy Evans, ¿no puede demandarlo por ello? Si le explica la situación al juez y se demuestra inocente uste-
-No Aaron -Interrumpió el abogado. -El señor Collins me contó que había otro muchacho rubio de nombre Mikaela, -Aaron y yo nos miramos sorprendidos. -Sin embargo, no será posible la demanda porque él fue el causante de la situación y los Evans saben exactamente lo que tenían planeado al llevarlo a aquél lugar.
Nuevamente me deje caer sobre el respaldo de la silla. Habíamos perdido tiempo valioso, provocando una pelea que jamas se dará, los Evans son bastante buenos. Tienen todo a su favor y si seguimos así los que marcharemos nuestro apellido seremos nosotros.
-Entonces ya no hay nada que se pueda hacer. -Me levante de mi lugar, los tres hombres que tenia a mis costados se levantaron igualmente en un acto de cortesía. -Lamento haberles arrebatado su valioso tiempo, pero ya es tiempo de que deba retirarme, gracias. -Hice una pequeña reverencia con la cabeza y salí del restaurante. Aaron me siguió. Podía sentir sus pasos tras de mí. -Deja de seguirme Aaron. Se acabó.
-No. Aun no, aun tenemos oportunidad de que los Vander se posicionen en el top uno. -Me giré hacia él.
-No Aaron, ya basta de esa rivalidad. Al menos de mi parte se acabó. Si seguimos así vamos a perderlo todo. -Comencé a caminar hacia el frente.
-¿A donde vas? -Me grito suavemente.
-Iré a ver a Nai. Quizás lo haga cambiar de opinión, es inútil. Lo merecemos, ¿no? -Sonreí triste.
-¿Por qué dices eso? -Preguntó.
-Ya tuvimos nuestro momento de fama ante los Evans. Ya es momento de que lo dejemos. Somos adultos, dejemos ya el pasado. Deberías hacer lo mismo Aaron. -Me aleje hasta la parada de taxis y tome uno. Aaron seguía observándome dos cuadras atrás. Le dije al conductor hacia dónde dirigirnos y emprendimos camino.
Alisson...el amor si que duele, ¿verdad?
ESTÁS LEYENDO
El chico de la falda Rosada. [Yaoi/Gay] [Editando]
Roman pour AdolescentsNai Vander es el hijo mayor y cabecilla de la familia Vander, rival de la familia conocida por malas razones como los Evans. Un tanto cliché: Rivalidad convirtiéndose en un amorío juvenil. Combinando la vida empresarial con la vida privada, algo dep...