La taza humeante de café le recordaba la calidez de las manos de su Alfa.
A pesar de no encontrarse en la cocina en aquellos momentos, su aroma a Vainilla y Naranjas aún podía sentirse. Era totalmente adictivo. Y debía lograr conseguir su perdón.Sus pequeños se encontraban hundidos en el programa que emitía la televisión soltando leves risas. Le fascinaba ver a sus pequeños tan felices.
Caminó hasta las escaleras y dió una rápida mirada a la sala para verlos aún allí.
Subió lo más rápido que pudo y entró primero en la habitación de sus niños.
Abrió las cortinas, acomodó las cobijas y arregló las almohadas. Buscó las ropas utilizadas durante el día anterior en el baño y luego se dirigió a su propia habitación.Realizó el mismo procedimiento. Observó atento el lugar donde descansaban los lentes de su amado esposo.
Lo tomó delicadamente y se sentó en la orilla de la cama.
Lo extrañaba. Y vaya que lo extrañaba.
Extrañaba todo de su Alfa. Pero sobretodo extrañaba su insistencia hacía él.
Aunque también comprendía el corazón de su esposo.
Él le brindaba lo que ningún otro Alfa jamás podría darle. Amor, espacio y tiempo.Desde que percibió su aroma aquella primera vez, supo que él era el indicado. Aunque durante años lo negó y lo ignoró; hasta el punto de luchar fuertemente con su lado animal, al no querer escucharlo. Pero el amor que crecía en ambos era mucho más grande de lo que cualquiera de los dos pudo llegar a calcular alguna vez.
Volvió a dejar los lentes dónde estaban y se levantó de la cama. Caminó lentamente hacía el baño y se observó en el espejo.
Seguía siendo aquel Omega de ojos oscuros y cabellos dorados que fue cortejado por aquel hermoso Alfa de melena azabache y ojos verdosos.Salió del baño con las ropas de su esposo y la juntó con la de sus pequeños. Se disponía a abandonar la habitación cuando observó de reojo la puerta del armario entreabierta. Su instinto lo guió hacia allí casi sin pensar.
Abrió la puerta observando todos los atuendos finos de su esposo. Cada uno de ellos delicadamente elegido por él; su Omega. Pero uno en particular llamó su atención.
Definitivamente no era un atuendo de su Alfa; era más bien una vestimenta propiamente de un Omega. Luego de examinarla atentamente recordó, aquella era su vestimenta; aquella con la que conoció por primera vez a su pareja destinada.
Lo tomó por sorpresa el que su esposo guardará aquella prenda con tanto recelo entre sus ropas.- Es el tesoro que más aprecio en el mundo - la voz del Alfa lo tomó desprevenido haciendo que diera un salto en el lugar colocándose frente a la puerta del armario y presionando suavemente su corazón el cual latía descontrolado - esa prenda, más tu sonrisa, tu ser, y mis hijos son lo más preciado que esté Alfa pudo conseguir - dijo sin separarse del marco de la puerta de la habitación.
No sabía cuánto tiempo había estado en la habitación, ni qué tan concentrado estaba en sus recuerdos, que no escuchó el momento en el que su esposo había regresado a la casa.
- Yo... Lo siento amor, sé que son tus cosas - el sonrojo en las mejillas de HoSeok lo dejaban completamente tierno - no debí estar revisando - su mirada se dirigió rápidamente al suelo.
Los pasos de TaeHyung se escuchaban dentro de la habitación hasta detenerse frente a él. Le encantaba ver a su pareja de aquella manera. Amaba verlo sumergido en la timidez.
Sintió como la yema de los dedos de su esposo recorrían su mejilla hasta llegar a la zona de su mandíbula. Con extremo cariño levantó el rostro de su amado para poder tenerlo frente a frente y apreciar aquellos bellos ojos profundos y oscuros.
Unió sus frentes en un gesto cargado de sentimiento y rozó con dulzura su nariz con la de su pareja. No podía estar lejos de él, no lograba hacerlo; si lo intentaba de seguro caería en la locura.- No debes pedirme perdón por nada cariño - susurró sobre los labios de su esposo - no has echo nada malo, solo tenías curiosidad y es normal - alegó conteniendo su respiración un poco ansiosa al sentir el aliento de su Omega tan cerca.
- Alfa - murmuró al sentir la calidez contraria cerca de sus labios - ya no puedo soportarlo Alfa - su voz sonaba más a una dulce súplica que a una simple charla.
- Mí Omega - la voz grave de su pareja lo hacía temblar y aceleraba fuertemente su corazón - mí dulce y tierno Omega yo tampoco soporto más - añadió con lentitud y amor - pero debemos hacerlo - sus dedos seguían paseando por la mejilla de su esposo.
Aquella era una de sus tantas ilusiones. Aunque siempre recordaba que sus niños estaban abajo mirando atentos la televisión. Le sorprendía que ninguno de los dos lo haya llamado para cambiar el canal.
Estaba preparado para entregarse por completo a su Alfa y demostrarle con hechos tanto con palabras lo mucho que lo amaba; aunque su esposo siempre le repetía que no hacía falta que lo hiciera ya que podía leerlo en sus ojos.
Aunque aún había en su mente una pregunta que le molestaba.- ¿Por qué te fuiste hoy tan temprano Alfa? - preguntó sin alejarse mientras las manos de su esposo rodeaban su cintura.
- No quiero hablar de eso - respondió acercando su nariz hacia la zona más sensible de su pareja obteniendo todo el aroma que le era posible; el cuello de su Omega era algo delicioso a sus ojos.
- Anda Alfa por favor - suplicó HoSeok mientras recibía las caricias por parte de su esposo - no lograré sobrellevar el día si no me dices - añadió formando un puchero con sus labios.
- ¿Les contaste una historia a los niños anoche? - preguntó sin apartarse.
- ¿Ese es el motivo de tu enojo? - preguntó invadido por la sorpresa - es solo una historia amor y ellos son solo niños - le recordó sintiendo un poco más el agarre de su esposo en su cintura.
- Es nuestra historia - contestó separándose solo un poco - nuestra - repitió - y si les da miedo - indagó - ¿Has pensado en como reaccionarán cuando se enteren lo que soy? - su aroma había cambiado rotundamente a uno invadido por el miedo.
- Alfa... Alfa tranquilo - la voz de HoSeok retumbaba en sus oídos - ellos son tus niños y no te juzgarán - aseguró brindándole la sonrisa más hermosa del mundo - no tienes nada de que tener mí amor - añadió acariciando su rostro.
Los ojos de TaeHyung observaban atentos los oscuros y profundos ojos de HoSeok en busca de duda o mentira, pero su corazón se llenaba de tranquilidad al no encontrar nada de aquello; solo amor y confianza.
Era tiempo de que sus niños conocieran su historia.
La historia de como se habían enamorado sus papás.
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The beast and HoSeok [Vhope Omegaverse]
RomanceUna historia basada en el bello cuento de "La bella y la bestia" adaptado al Vhope, con mucho amor de está escritora un poco loca, pero llena de ilusión. Espero y les guste tanto como a mí... Se permiten adaptaciones si antes consultaron con la auto...