capítulo 20.

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Joel.

Salgo lo más rápido posible de ese lugar. Nunca había confrontado a mi padre, pensaba que si lo evitaba era mejor no quería alterarlo y en cierta forma entendía su enojo y odio hacia las motos, no quería que me pasara lo mismo que a mi hermano, pero ya me cansé, nunca le levantaría la mano a mis padres pero no puedo permitir que me trate de esta forma.

Yo no tengo porque permitir que me agreda, la culpa de la muerte de mi hermano no es de la moto sino de sus acciones. Ya no se que más hacer para comprender a mis padres, trató de ser un buen hijo no darles dolores de cabeza y entender pero ya estoy frustrado esto me sobre pasa no se si podré seguir, aveces me siento axficiado con ganas de mandar todo a la mierda.

Estoy tan centrado en mis pensamiento que no me di cuenta que alguien venía detrás de mi, me giro al escuchar unos pasos delicados pero firmes, es Alondra.

Me volteo y sigo caminando es la última persona con la que quiero hablar aunque no niego que mi corazon se acelera.

-Detente.- me dice con voz firme.

Me detengo.

-¿Que quieres?- le pregunto con desdén.

-Tu puedes con esto y más, eres una persona fuerte, evitarlo solo es retardar las cosas porque en algún momento te tocará enfrentarlas eso te lo aseguro. Se que puede ser difícil intentar lidear con todo lo que estas pasando y tal vez llegaran momentos en los que sientas que ya no tienes fuerzas, momento en los que explote pero recuerda que no lograrás nada si no luchas, debes luchar por lo que quieres.

Es increíble como hay momentos en los que las personas te dicen justo lo que necesitas escuchar, me quedo en silencio pensando en cada palabra que dijo.

Lagrimas comienzas a salir y no puedo detenerlas ni quiero hacerlo ya estoy cansado de hacerme el fuerte.

Ella se acerca pero yo doy un paso atras, veo la preocupación y el dolor en sus ojos.

-¿Que haces aquí? ¿Que vienes a buscar? Ya se que no te importo solo quires jugar conmigo.- le digo sacando toda la rabia que e contenido y tal vez no deba desquirtame así con ella, ella no tiene la culpa de que me haya enamorado yo fui el tonto que se confundió.

-Si no me importaras no estuviera aquí, si no me importaras no hubiese arriesgado mi vida para salvar la tuya.- me grita con los ojos llenos de lagrimas.

-Dijiste que no soy nadie para ti.- le recuerdo.

-Ya no importa- desvia la mirada por un momento- no te voy a dar ningún tipo de explicación, solo quería ayudarte, pero si tanto te molesta mi presencia me voy y ya.

Se da la vuelta y comienza a caminar, quisiera alejarme de ella pero no puedo y aunque no quiero la necesito.

-No te vayas, por favor- le digo casi en súplica.

Ella se detiene y se gira yo me siento en el suelo enterrando mi cabeza entre mis manos.

Siento como se acerca hasta estar sentada junto a mi.

-Mi hermano murió en un accidente de moto hace 2 años, el era una persona increíble pero tomó muchas malas decisiones, se junto con gente que no debía y comenzó a hacer cosas que solo lo destruían por dentro. Mi familia era muy unida, casi una familia perfecta lo teníamos todo no nos faltaba nada, no es como otras historia donde le falta amor, compresión o donde le rompen el corazón y por eso hace cosas malas, no, ese no fue su razón, solo diversión,- me río con ironía- solo buscaba diversión, una estúpida divercion que destruyo a mi familia, bebía y se drogaba cada vez que tenía oportunidad. No sabes lo duro que es ver como un ser que amas se destruye gracias a esa porquería y a mi no solo me a tocado ver a mi hermano sino también como mi madre se destruye- lagrimas rebeldes se deslizan por mis mejillas.- es una jodida mierda como algo que parece inofensivo puede destruir muchas vidas, no sabes lo dificil que es escuchar a mi madre decir que me quiere matar, verla como se destruye, como sus ojos parecen sin vida a pesar de que respira.

Me duele el pecho, cada palabra que digo incrementa el dolor.

-Yo no quiero ser así, pero me falta fuerzas ojiazul, no creo poder. Tengo miedo, miedo de ser como mi hermano, tengo miedo de perder a mi madre, tengo miedo de perderme.- lloro.

-Joel mírame.- me ordena.

Le canto mi mirada y mis ojos se encuentran con ese océano profundo de sus ojos que tanto me gusta, me sonríe con ternura y tan solo ese gesto me da paz.

Toma mi cara entre sus mano.

-Tu eres el hombre más increíble que conozco, tu no eres como tu hermano ni tampoco lo serás.- dice tan convencida que logra hacerme creer.

La miro por un instante, mi mirada cae en sus labios y sin pensarlo mucho uno sus labios con los míos en un beso tan delicado, ella me corresponde sus labios se mueven en sincronía suave pero firme su lengua se abre paso para acariciar la mía, no es un beso salvaje es un beso lleno de sentimientos como si tratara decirme con sus labio miles de cosas que no puede decirme con palabras.

Nos separamos por falta de oxígeno y no quedamos mirándonos el uno al otro.

No estoy seguro de lo que pasa por esa cabeza ni que es lo que está planeado con nosotros pero hay una cosa de la que si estoy seguro y es que estoy completa e irremediablemente enamorado de la castaña de ojos azules.

Maldita Contradicción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora