Capítulo 18.

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Creo que mí corazón dejó de latir durante un segundo. Nunca había visto a Vlad tan enojado en el tiempo en el que lo conocía, él era tranquilo la mayor parte del tiempo; algunos de sus compañeros le decían “El rey de la calma”, Lía me lo había contado.

Respirando profundamente, me arriesgué.

—Vlad —. Me alejé un poco más de Zack cómo si estuviera prohibido tocarlo; bueno, no estaba exactamente prohibido, pero dado que Vlad nos había encontrado con mi lengua en su garganta, y sus manos encima de mí, no parecía una buena idea provocar más al hombre furioso.

Vlad en la puerta cruzó los brazos sobre su pecho —. ¿Qué creen que están haciendo? ¿Saben que están en un jodido hospital? — gruñó apretando su mandíbula — ¿Por qué están aquí?

Preguntas, preguntas, yo era la víctima aquí, víctima de los labios Zack.

—Bueno, nosotros, en realidad había una anciana obsesiva — mis manos empezaron a sudar, ¿Por qué tenía que dar explicaciones? ¿Acaso Vlad era el dueño del hospital? —. Y bueno, los labios de Zack estaban…espera, eso no es lo que quise decir.

Zack dio un paso más cerca de Vlad, y su mano me agarró de la cintura para apretarme contra su costado —. Lo que quiere decir, es que lo que has visto es lo que es — se movió llevándome con él fuera del pequeño cuarto hacía el pasillo, la cara de Vlad se puso roja —. Pido disculpas por hacerlo aquí, sé que no es el mejor lugar, pero no veo más problemas aparte de eso.

Vlad miró a Zack fijamente, y esa mirada frígida me hubiera asustado un poco, pero el hombre a mi lado ni se inmutó —. No, no es el mejor lugar para eso — sus facciones se suavizaron un poco, pero la frialdad nunca dejo sus ojos — ¿Qué hacen aquí? Aparte de tener sexo en el armario.

Mi mandíbula cayó hasta el piso.

¿De verdad había dicho eso? Ni siquiera llegamos a la parte realmente interesante dónde yo podría haber…alto ahí, vaquera.

La cosa importante aquí era el tono con el que había dicho eso, como si estuviera asqueado.

Ahora yo estaba enojada —. Lía se intoxico, así que tuvimos que traerla, Vlad — dije esto último con mi mejor tono de “Vete a la mierda”.

¿Cuál era su maldito problema?

La cara de Vlad cambio de enojo total a preocupación en un santiamén — ¿Qué? ¿Ella está bien?

—Sí — me removí incómoda en los brazos de Zack —, está en la habitación 203 sí quieres pasar a verla.

Él asintió sin mirarme realmente, parecía estar más interesado en la pared blanca del pasillo —. Pasaré por ahí más tarde, nos vemos — hizo un gesto de despedida hacía Zack y luego me miró de reojo — Elizabeth.

Y eso fue todo. Se fue caminando por el pasillo con la espalda recta y ese aire de “Estoy enojado con el mundo ahora mismo" sin ni siquiera despedirse de mí, sólo un estúpido “Elizabeth”.

—¿Qué fue eso? – inquirió Zack —, no creo que esté exactamente prohibido besarse dentro del hospital.

Negué con la cabeza mientras trataba de entender que había pasado ahí —. Yo tampoco lo sé — respondí —, y eso no hubiera pasado sí no me hubieras encerrado ahí contigo.

Él soltó una risita burlona, bajando su boca hasta mí oído su aliento me hizo cosquillas cuando habló —: No te oí quejarte mientras lo hacíamos, Stellina — su olor me golpeó en la cara, los dedos de mis pies se retorcieron por lo bien que olía —, creo que hiciste esos sonidos tan lindos cuando te besé ¿Cómo era? Algo cómo… — gimió de una forma chillona,  y sonaba como un animal atropellado —. Sí, creo que era algo así.

Bajo mi piel✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora