PUERTA
Devuélveme las llaves
Que abren mil y una opciones.
Deshaz todos los planes,
Me dejas, sin colores.
Esta mañana Félix ha hablado con el General Erland para que le tramite el permiso de su descanso de dos semanas al que tiene derecho para volver a Homotania. Naturalmente, es una mera excusa para justificar su partida y ayudarme con la misión que me ha impuesto Jen por territorio de Femtania.
Haremos las cosas mal, sí, nos saltaremos las normas y los Acuerdos Binacionales, que recogen que los hombres no pueden circular por Femtania a no ser que se trate de la Semana del Permiso –un periodo de siete días cada siglo- o por una situación excepcional, como frenar revoluciones masivas. Pero, al fin y al cabo, ¿qué más da? Félix y yo ya hemos roto todas las reglas.
En lo que se refiere a Jen, el mismo día que Félix pide el permiso al General, ambos volvemos a fugarnos de casa juntos a hurtadillas por la noche hacia el bosque, donde vuelvo a llamar a la mujer pelirroja.
—Buenas noches, Seven —me saluda desde el holograma con su voz profunda—. ¿A qué se debe esta llamada? ¿Ya has deliberado con calma tu decisión?
Hago un gesto afirmativo con la cabeza.
—Sí —indico—, acepto el acuerdo. Yo te doy lo que necesitas y tú me das las pruebas de que Alan y Grace son mis padres —le recuerdo.
Su rostro no muestra ninguna emoción ante mi anuncio, se mantiene indiferente. Sospecho que confiaba en que esa fuera mi respuesta definitiva desde un principio.
—Genial —puntualiza a la vez que se peina levemente el cabello rojo—, ¿cuándo empezamos?
—En un par de días estaré en un autoavión, dispuesta a dirigirme hacia donde tú me indiques —explico—. Recuerda que, en algún momento, debes decirme qué es exactamente aquello que tengo que robar. No lo sé —comento con ironía al mismo tiempo que me encojo de hombros—, estaría bien saberlo.
—Por favor, Seven —niega con la cabeza—, no lo llames «robar».
—¿Qué más da? A mí lo que verdaderamente me importa es saber la verdad sobre Alan y Grace para mí misma. No me interesa lo que vayas a hacer con lo que sea que necesitas.
—Me parece correcto —valora—. Cada una con sus intereses de manera cooperativa. Sin embargo, te lo diré en cuanto me asegure de que estás en el autoavión. Quiero estar segura de que no te echas atrás, por lo que tendrás que esperar hasta de aquí dos días.
—De acuerdo —accedo sin más—. Es justo. Nos vemos el miércoles.
—Hasta entonces, cuídate y no pienses demasiado.
La imagen de Jen se desvanece en cuanto cuelgo la llamada y la sustituye la presencia de Félix, nuevamente frente a mí, escondido detrás del holograma con el propósito de no ser visto.
—¿Estás segura? —pregunta
—Muy segura.
A la mañana siguiente, Félix les comunica a Astrid y Elsa su «partida a Homotania durante un par de semanas, porque tiene que ver a sus padres». Elsa expresa tristeza en su rostro y lamenta que deba marcharse, pero que esperará pacientemente su vuelta y su reincorporación al batallón con expectación porque ha sido como un hijo para ella.
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Seven
Science FictionDesde la División del Mundo en Femtania, donde solo habitan las mujeres, y Homotania, donde viven únicamente los hombres, nunca se había vivido una situación tan crítica: hay protestas y manifestaciones violentas en Femtania por la filtración de un...