Hacía ya 6 meses que había partido y nadie tenía noticias de ella, todos sabían que era una chica muy independiente, a veces un poco descariñada e ingrata, pero ni siquiera ella hubiese pasado tanto tiempo sin dar señales de vida. Lo único que se supo fue que había llegado bien a México y que estaba en casa de sus amigos, al parecer después de unas semanas volvió a llamar a su madre diciendo que luego comenzaría trabajar en una oficina de contabilidad, que más adelante les contaría más acerca de su nueva vida allá, en Ciudad de México.
Para ser franco todo paso muy rápido, nadie pensó que el simple hecho de conocer gente a través de Internet le cambiaría tanto la vida a Marcela. Lo primero que ocurrió fue el hecho de contactarse con personas de otros países, esto pareció ser como cualquier juguete nuevo, absorviendole mucho tiempo en un principio, para después llegar a ser casi una obsesión. No había noche en que Marcela no se conectara a cuchichear en los famosos chat, ahí conoció una gran cantidad de personas, hombres y mujeres de este país y varios extranjeros. La manera casi obsesiva con la cual compartía prácticamente toda su vida con esas personas sin rostro, la alejó totalmente de la vida normal que antes llevaba, definitivamente era su trabajo, la casa y su famoso chat. Sus amigos, entre ellos yo, la molestaban muchísimo, pero a ella no le afectaba en lo más mínimo, al contrario, más se encerró en ese mundo de pantalla liquida.
Los meses pasaron y ella ya contaba con un grupo muy selecto de amigos tanto de Chile como del extranjero, entre estos amigos había un pequeño grupo de 5 amigos y amigas de México, los que construyeron una férrea amistad con Marcela, especialmente Antonio y Rebeca, ellos junto a Frank, Celeste y Amador, comenzaron a planear un proyecto a futuro, el cual consistía en reunir dinero y juntarse para vivir en Ciudad de México, siendo el mayor problema Marcela, debido a que ella era la única que no residía en México, por lo que le dieron un plazo de unos meses para que juntara el dinero del pasaje y algo para comenzar esta nueva vida en conjunto.
El trabajo de Marcela la remuneraba lo bastante para vivir y ahorrar, pero aún así le tomaría mucho tiempo juntar los mil dólares que costaba el pasaje, debiendo buscar algún trabajo extra que le permitiese apurar el tan ansiado viaje, intento suerte de promotora e incluso estuvo trabajando en un pub los fines de semana para conseguir su objetivo lo más pronto posible, y así fue, luego de 5 meses ya tenía el dinero del pasaje y suficiente para sostenerse por un tiempo, mientras conseguía trabajo en México. Durante todo este lapso, prácticamente nadie la vio, ya que de su trabajo en la empresa de agua potable, se iba directo a sus promociones y el fin de semana al Pub Venecia, donde trabajaba hasta la madrugada. Fueron meses de mucho sacrificio para Marcela, pero según ella valió la pena, no así para nosotros, que nos desconectamos de su vida totalmente, siendo un misterio para todos, las verdaderas razones de este arriesgado viaje. Sus padres, que si bien es cierto, siempre la han apoyado en todo, también estaban algo preocupados por este insólito viaje, y más aun por lo poco clara que ella había sido al momento de comunicarle su idea de viajar a probar suerte en el extranjero. A pesar de ser mayor de edad y ser muy madura para sus 23 años, sus padres se preocuparon de inmediato, pero guardaron las apariencias al verla tan entusiasmada y con tanto ímpetu de conseguir este nuevo sueño. Sus amigos (me incluyo), también mostramos nuestras dudas a este viaje, pero como buenos amigos, la apoyamos y aconsejamos lo mejor que pudimos, además quienes éramos nosotros para coartar sus sueños, por lo demás, todo proyecto tiene su cuota de riesgo, y si se quiere lograr hay que atreverse.
El gran día llegó, fue un domingo de Junio, nublado y algo triste, sobretodo para sus padres y hermanos, también para muchos de nosotros que la extrañaríamos, pero la vida esta llena de despedidas, lo importante que siempre hay un posible reencuentro. Su madre lloró, al igual que Francisca y Paula, Don Arturo solo humedeció sus pupilas, los demás solo la abrazamos y le deseamos la mejor de las suertes, y que no se olvidara de escribir lo más seguido que pudiera. A las 10:15 AM partió en el ave de acero, dejando atrás una familia y un grupo de amigos que ya la extrañaban.