Capítulo IV: "Hablemos de sueños".

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Capítulo dedicado a: Grendylaidi

Oh, vamos... Eres un aburrido. —atacó Itzel mientras esperábamos juntos el bus.—

No soy aburrido, soy realista. Dime, ¿Cómo piensas conseguir que un hada te rocíe con su polvo mágico? —pregunté mientras levantaba una ceja en su dirección.—

No lo sé, pero cuando lo consiga apareceré volando sobre ti y te morirás de la envidia. Cuando llegue al País de Nunca Jamás te enviaré una postal porque la estaré pasando genial. —asintió dando pequeños saltitos, definitivamente ella era extremadamente infantil y eso me gustaba.—

Eso es ridículo, por si no sabias yo no creo en las...  —comencé a hablar pero fuí callado por los chillidos de Itzel, sus manos cubrían mi boca y negaba como si lo que yo iba a decir fuera un delito.—

Oh no, no te atrevas a decir eso. —amenazó sacando sus manos de mi boca, me sentí vacío cuando lo hizo.— Si dices la "frase" un hada se muere y no queremos que eso suceda.

Solté una carcajada pero me detuve cuando noté que ella estaba hablando en serio, al parecer era importante así que dejé de reír de golpe.

Itzel, tienes que dejar de ver o leer esa basura. En algún momento la vida real llegará a ti y te dolerá cuando te choques con la pared. No lo digo para que te sientas mal, más bien tómalo como un consejo. —la miré y noté que su ceño estaba fruncido, parecía molesta.—

Ya sé que no todo es color rosa pero querer soñar un poquito no lastima a nadie. —se encogió de hombros sin despegar sus ojos de los míos.— Así que voy a ignorar lo que dijiste y te voy a proponer otra cosa... Hablemos de sueños.

¿Sueños? Pff, paso. —negué, no le veía sentido, de todas formas nada de lo que deseara se haría realidad.—

Vamos, por favor. —suplicó haciendo un pequeño puchero y maldije, a eso no podría negarme.—

Lo haré, pero tu empiezas... —accedí y ella no tuvo problema.—

Bien, yo tengo muchos sueños así que espero tengas paciencia... —me dedicó una sonrisa antes de comenzar a hablar.—

-Quiero que un hada me rocíe con su polvo mágico.
-Conocer el mar.
-Escribir un libro de poesía que inspire a muchas personas a enamorarse.
-Cantar en público sin que me avergüence hacer el ridículo.
-Acampar en un cementerio contando historias de terror.
-Escapar de casa por un día a cualquier parte.
-Sostener una araña gigante.
-Tirarme de un paracaídas.
-Pintar un cuadro y conseguir que alguien lo compre.
-Enamorarme y tener una historia de amor épica.
-Graduarme de la universidad.
-Ir a un restaurante y hacer alguna locura para no pagar.
-Viajar a Ámsterdam y visitar el Museo de Anna Frank.
-Plantar girasoles para sorprender a mamá.

Comenzó a enumerar y yo no podía dejar de sonreír. Ella era adorable y carajo, quería estar con ella para verla cumplir sus sueños.

¿Qué hay de ti? Y no me digas que no tienes algún sueño porque algo tiene que haber escondido en esa cabecita. —se puso de puntitas y revolvió mi cabello.—

¡No hagas eso! Soy mayor que tú, no puedes tratarme como a un bebé. —le dije alejando sus manos de mi pelo.—

Haim, no evadas el tema. —me miró y tragué saliva, por supuesto que tenía sueños pero a diferencia de los de ella los míos eran realistas y a pesar de eso sabía que nunca se harían realidad.—

Yo tengo un solo sueño y dudo poder cumplirlo alguna vez. Lo mío no incluye hadas ni arañas, tampoco visitar algún lugar pero aún así siento que es imposible cumplirlo. —me encogí de hombros y solté un suspiro pesado.—

¿Qué es? —preguntó de forma curiosa, noté que tragó saliva y yo hice lo mismo pero para alejar el nudo que se había instalado en mi garganta.—

Yo... Sueño con ser feliz. —hablé y el azul de nuestros ojos chocó.—

                                      -❤️-

Mamá, ya llegué. —Grité tirando la mochila en el sillón.—

Fruncí el ceño al no recibir respuesta y comencé a buscarla, revisé el comedor e incluso las habitaciones y no había rastro de ella. Me encogí de hombros subiendo a mi habitación, coloqué un disco de The Killers y me tiré sobre la cama tarareando la melodía. Cerré mis ojos y poco a poco caí en los brazos de morfeo.

Abrí mis ojos exaltado al escuchar a mamá y bajé a ver qué necesitaba mientras soltaba un pequeño bostezo.

¿Dónde estabas? —Pregunté y sentí mi pulso acelerarse cuando noté la persona que estaba sentada en la punta de la mesa.—

Hola hijo. —Habló dedicándome una de sus asquerosas sonrisas y sentí mi estómago contraerse.—

Sabía que por la noche llegaría mi infierno.

                   —————❦—————

Hola, sip, me demoré un poquito en actualizar.
¿Cuáles son sus sueños? Justo ahora el mío es seguir luchando por mí título jaja.
El próximo capítulo va a ser un poquito triste, prepárense.
Ya somos 300 lecturas y eso es un montón considerando que Opportunité ni siquiera tiene un mes. 🥺😭❤️
Gracias por leer, votar y comentar.
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Capítulo cortito, perdón. 🥺

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⏰ Última actualización: Jul 10, 2020 ⏰

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