Capítulo 5

44 5 0
                                    

N/Ella:

Desperté al darme cuenta de que no estábamos en movimiento, y eso me pareció bien, necesitaba tomar un poco de aire fresco, estaba harta de estar encerrada, y ya comenzaba a dolerme la cabeza. Miré adelante y me dí cuenta de que ambos chicos estaban dormidos, no lo pensé dos veces y abrí la puerta del auto para salir. La noche estaba hermosa, no hacía nada de frío y estaba súper estrellada, perdí la noción del tiempo y me quedé más de dos horas observando las estrellas, mientras que me apoyaba levemente en la parte delantera del auto.

-Se puede saber que hacés acá afuera sóla? -Dijo una voz que supo distinguir perfectamente-.

-Máximo... me asustaste. Qué hacés acá? -Dijo ella, ignorando completamente lo que el chico le había preguntado anteriormente-.

-Me desperté, volteé a verte y al notar que no estabas supuse que estarías afuera, y no me equivoqué.

-Ah -Le dijo ella, sin saber qué decirle-.

- ¿Estás bien? Te ves algo... pálida.

-Me duele un poco la cabeza.

-Comiste algo? Quizás sea hambre.

-No comí nada, pero no es necesario. Tenemos que aprender a no comer todo en un día, eso sería desperdiciar lo poco que tenemos y no está bien.

El chico inmediatamente volteó para volver al auto, dejándola un tanto confundida, pero ella no se preocupó y continuó con su tarea, seguir viendo las estrellas.

-Tomá -Le dijo él, luego de unos minutos al volver en donde había estado anteriormente, entregándole un pequeño sándwich-. Si bien es verdad que hay que cuidar lo poco que tenemos, no voy a dejar que te desmayes de hambre. Y no, no quiero  te quejes, no voy a moverme de acá hasta que termines de comerlo.

-Gracias -Le dijo ella, sorpredida por el gesto que había tenido-.

-No hay de qué -Le dijo él, dándole una bonita sonrisa-.

-Sabés una cosa? -Le dijo antes de darle un pequeño mordiscón al sándwich-.

-Hm? -Le indicó él, dándole a entender que continuara con lo que diría-.

-Cuando te veía en la tele, sabía que eras un gran chico, simpático, y todas esas cosas pero nunca creí que lo comprobaría por mí misma.

-Agus también lo es -Le dijo él, intentando meterlo en la conversación-.  Por qué lo tratás tan mal?

-No quiero hablar de eso.

-Vamos, podés confiar en mí, yo no le voy decir nada -Le dijo él mirándola a los ojos-.

Este chico le inspiraba tanta confianza, y aunque al principio dudó, luego se dió cuenta de que él era una buena persona, y no la dejaría mal delante de nadie.

-Esta bien -Suspiró ella, pesadamente-. Desde muy pequeña soy fan de ambos.

-De verdad? -Emocionado-. Eso es increíble... -Continuó diciendo, mientras sonreía-. pero sigo sin entender -Dijo cambiando su tono de voz, a uno confundido-.

-Sos un tonto, Agustín siempre fué el amor de mi vida, mi amor platónico, todavía lo es. Jamás pensé que lo conocería y menos en este puto apocalipsis.

-Entonces lo que me estás tratando de decir es que lo tratás mal por que tenés miedo de encariñarte con él pero enrealidad querés comerte a mí amigo? -Dijo él, con un toque de picardía en su voz-.

-Máximo! -Dijo ella, completamente avergonzada-.

-Perdón -Dijo riéndose-. Pero hablando en serio... tenés miedo de quererlo y después perderlo? -Dijo él, intentando comprender lo que aquella chica intentaba decirle-.

-Hm, algo así, además... ya me estoy acostumbrando a tratarlo mal y sé que aunque lo tratara bien, nada podría pasar entre nosotros, nunca, eso sería... Imposible.

-Me estás jodiendo? No creo que sea tan así, vos sos una chica muy linda, y hasta sabés defenderte y eso es re piola.

-Si mentís vas a ir al infierno, sabías? -Le dijo ella bromeando-.

-De verdad pensás eso? -Le contestó él sonriendo-.

-Claro que no, a caso no te parece suficiente este puto infierno que estamos viviendo acá? -Le dijo ella, y ambos estallaron en risas-.

-Te puedo hacer una última pregunta? -Le dijo él-.

-Sí -Le respondió ella dándole un último mordisco a su tan amado sándwich-.

- ¿Cuál es tu nombre?

-Luciana, mi nombre es Luciana -Finalizó ella-.

Maybe... i need you. [MYA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora