Capítulo 21

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Regresaba con una sonrisa que no cabía en su cara a casa. Claire había firmado los papeles sin dudarlo después de que habían hablado con sinceridad acerca de todo lo que sucedió con Carlo.

Tarareaba la canción que se reproducía en sus auriculares moviéndose al ritmo de esta al cerrar la puerta tras de ella. Colocó las llaves a la entrada y se encontró con una Bianca sonriente mirándola desde el otro lado de la sala.

— ¿Señora Gia por qué tan sonriente? — cuestionó tomando su bolso y los zapatos de tacón que justo había dejado a un lado.

— Tengo muy buenas noticias para Carlo — anunció — espero que hoy no llegue tarde de trabajar.

— La verdad es que estuvo llamando preguntando por usted porque no la consiguió en su celular ni en la oficina.

— ¿Dijo que necesitaba? — negó con la cabeza caminando tras de ella — esperaré entonces a que vuelva, estaré trabajando desde la oficina arriba.

— Le prepararé algo para que coma mientras — dijo buscando como consentir sus antojos como siempre.

— Lo que sea preparado por tus manos lo comeré entero — gritó mientras subía por las escaleras dispuesta a decantar su buen ánimo y energías empezando los proyectos que tenía atascados.

Revisó la ubicación de los muebles que había encargado para la oficina de Carlo, los que tenía allí eran provisionales y a ella le urgía que todo se viera tal y como lo había planeado. Al menos había logrado que los contratistas pintaran y colocaran el piso que correspondiente antes de que él abriera pero el mobiliario junto a la decoración debían de ser colocados antes de la gran inauguración que el castaño había previsto dentro de unos días.

Su celular sonó con insistencia luego de que lo conectara a la corriente porque se había descargado, tenia cientos de llamadas de Carlo y un par más de Fiorella. No podía elegir quien era más intenso pero dado que a Carlo lo vería en su regreso a casa decidió devolverle la llamada a su prima.

— Cuginaaaa te he estado llamando todo el día — se quejó al otro lado de la línea — no me respondiste luego de que fueras a hablar con Claire.

— Fue una larga conversación Fiorella — explicó recostándose en el espaldar de la silla — le confesé todo.

— ¡¿Qué?! — chillo histérica.

— Lo que escuchaste — respondió — le conté la verdad, ella me entendió y la convencí de que firmara los papeles.

— No lo puedo creer — se le formó una sonrisa al escuchar el dramatismo de su prima — realmente no creía que lo conseguirías cuando tuve que entrar a la oficina de Nathaniel y robar esos papeles ... el pobre hombre ni notó que se los saqué del maletín.

— Asumo que utilizaste tus encantos para mantenerlo distraído — una risita descarada fue la única respuesta que escuchó — estas loca cugina muy loca.

— Yo solo quería ayudar.

— Y te lo agradezco — soltó un suspiro al pasar sus dedos por los papeles firmados — en un rato los enviaré de vuelta para que se los des a su abogado y empiece todo el trámite.

— Está bien, le dire a Enzo que se encargue de todo — escuchó un silencio y supo que quería decir algo pero extrañamente no lo decía.

— Dime qué pasa por tu mente — tamborileó sus dedos sobre la mesa — te conozco y sé que algo pasa... ¿Está todo bien con mis padres?

Escuchar un largo suspiro de parte de Fiorella logró que se le revolviera el estómago. Estar distanciada de ellos en este momento no le gustaba, aunque tuvieran formas diferentes de pensar sabía que la amaban y que aveces ese amor se pasaba de la raya.

Regalo de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora