Y como si hubieran leído mi mente se separaron y continuamos haciendo la comida, entre risas ya que Harry no paraba de hacer bromas. Cuando terminamos pusimos a cocinar las cosas y Harry se había ido a bañar. Mientras tanto nos encontrábamos Caro y yo sentadas en la gran mesa de la cocina charlando sobre cosas de la vida, pero hizo una pregunta que realmente hubiera deseado que no lo haya hecho.
-¿Qué te pasó? Te escuché llorar hoy en tu habitación – dijo mirándome preocupada- se como eres –insistió - que nunca dices lo que te sucede, pero créeme que será lo mejor hace bien desahogarte.
-No es eso, es solo que… -dije rendida- no estoy lista ni siquiera para hablar en estos momentos.
-Esta bien, pero quiero que… -la interrumpí ya harta-
-Caro en serio, cuando este lista te lo diré pero ahora no.
Me paré y me dirigí hacia el horno ella me siguió y fue a ver las papas que por lo visto ya estaban hechas al igual que las milanesas, Harry bajó con todo el cabello mojado estaba hermoso, y puso la mesa mientras Caro y yo colocábamos la comida. Comenzamos a comer y luego de eso nos fuimos al living a mirar una película la verdad no se cual fue la que puso pero de seguro era una de terror. Y así era, en el momento en que Caro y yo nos asustábamos yo solo me tapaba con el almohadón que tenia cerca en cambio Caro tenia quien la proteja y era el chico mas soñado de cualquier chica, cansada de ver esas escenas que no me agradan y tampoco me hacen bien subí a mi habitación sin decir nada ni tampoco se dieron cuenta de mi ausencia.
Me puse mi pijama y rápidamente me acosté en mi cama, para luego apagar la luz de mi velador y por fin cerrar los ojos y poder dormirme.
Los rayos del sol entraban por mi ventana, me desperté poco a poco y fui a bañarme luego me puse un short, una polera manga corta y unas converse. Por lo que noté el día estaba normal no hacia frío pero tampoco demasiado calor. Baje a desayunar y ahí estaban Caro y Harry.
-Aquí tienes el desayuno – dijo Caro entregándome una taza de Café- ¿Cómo dormiste?
-Muy bien – sonreí
-Que raro que te hayas levantado última, siempre eres la primera –dijo Harry riendo
-Si, pero estaba cansada – dije sentándome y tomando un sorbo de café-
-Hoy iremos al cine con Harry ¿quieres venir? –Dijo Caro invitándome
-La verdad prefiero ir a otro lugar, iré a recorrer la ciudad e ir un rato al centro comercial.
-Bueno, si así lo quieres –dijo comiendo una galleta- iré a bañarme luego los veo –yéndose para arriba
-Apuesto que es la tercera vez que se baña – dijo Harry bromeando
-Tu y tus bromas – reí
-Al menos conseguí que te rieras – dijo mirándome fijamente a los ojos
Esa mirada que tanto me mataba en estos momentos me miraban con una ternura terrible, quería abrazarlo, besarlo y gritarle cuanto lo amo pero supongo que eso lo tendré que dejar para mis sueños. Decidí dejar de pensar todo esto y contestarle.
-¿Por qué no lo arias? –Dije devolviéndole la mirado que tanto amaba
-Porque no estas bien Karen, y ya se que no le dirás, pero no me gusta ver a mi mejor amiga en este estado – dijo con tanta sinceridad.
¿Mejor amiga? ¿Era solo una mejor amiga para él?, no entiendo que es lo que me sorprende si siempre fui eso para él, su mejor amiga…
El ambiente era incomodo Carla y yo estábamos tratando de mirar hacia otra dirección Harry y Caro como siempre se estaban besando. ¿Acaso soy tan débil? Me levante casi corriendo y me fui hacia el patio noté como Carla me siguió pero le hice señas tratando de decirle que quería estar sola y por lo visto me entendió ya que segundos después se encontraba arriba en su habitación. Me saque mis zapatillas y me senté al borde de la gran piscina, el agua estaba tibia perfecta para la gran noche.
Sin darme cuenta una lagrima calló por mis mejillas y el dolor crecía poco a poco y esto me demostraba que era hora de volver a casa o al menos era lo que yo mas deseaba, salir de aquí lo más rápido posible y volver a casa con mis padres; aunque ellos estén de viaje es lo mejor que puedo hacer. Cada día que pasa es un día más que me acostumbro a llorar, cada lágrima que derramaba me pedía a gritos que lo olvidara pero hasta ella sabia que era imposible ¿Cómo olvidarlo? Si cada día que pasa esta más hermoso que nunca.
Noté como las puertas que daban al patio se abrieron, sentí pasos lentos detrás de mí y unos segundos después se encontraba sentada a mi lado. Era él que me miraba tratando de buscar una respuesta de mis lágrimas, sentí como su mano recorría mi mejilla limpiándomelas, en ese momento sentí como una bola de fuego recorría todo mi cuerpo logrando que agache mi cabeza y él se confundiera aun más. El silencio era ocupado por mis grandes sollozos mientras él me abrasaba, otra vez volví a sentir ese olor dulce pero a la vez varonil, ese perfume que hacia que me fuera al infinito y no regresar jamás. Eso es lo que quería hacer ahora, dejar de sufrir y volver a casa dejando por fin a mi prima y a Harry felices de una vez por todas sin que yo moleste. Sentí como me susurro al oído unas palabras que tenían respuesta y esa respuesta era él.
-¿Por qué lloras? No me gusta verte así –Me susurro al oído acariciando mi espalda
-Abrázame fuerte Harry –dije entre lagrimas que poco a poco iban aumentando, necesitaba tenerlo cerca aunque sea por unos segundos; necesitaba sentir su perfume cerca mío, lo necesito a él.
Él me obedeció al instante apretándome más a su cuerpo, el rose de su piel hacia que me estremeciera lentamente y valla aterrizando en el planeta donde él y yo solo existíamos mis sueños. Mi corazón latía fuertemente y tenia miedo a que el lo sintiera; las lagrimas seguían cayendo por mis mejillas y el no dejaba de abrazarme nunca me había sentido tan bien en mi vida y a la vez mal. Quería detener el tiempo, en estos momentos lo único que deseaba era quedarme así con él para toda mi vida.