Capitulo 3

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Me desperté eran las 10:25 de la mañana, lo primero que hice fue bañarme cuando se me vinieron esas imágenes de anoche con Harry, el abrazándome lo que no recordaba era como había llegado hasta acá, que yo recuerde nunca subí las escaleras ni entre a mi habitación. Me vestí con ropa de verano y baje a desayunar allí estaban Carla y Harry conversando mientras tomaban té o café, me senté al lado de Harry ya que era el único asiento disponible que había.
-Buenos días –dije tratando de sonreír 
-Buenos días, espero que ya estés mejor –dijo Harry dándome una taza de té
-Digo lo mismo que Harry –dijo Carla riendo
-¿Dónde esta Caro? –Dije tomando de mi té
-Se fue a ver a su abuela, por lo que me dijo hoy era su cumpleaños – dijo Harry
-Ah, no lo sabia –dije tratando nuevamente de sonreír
-No entiendo porque lo haces –dijo Harry mirándome
-¿Qué cosa? –Dije confundida
-Sonreír forzadamente cuando lo único que quieres es llorar –dijo Harry mirándome fijamente a los ojos sin despegar la mirada de mí ni por un segundo.
No le conteste ni tampoco lo pensaba hacer, sabia que tenia razón y era increíble cuanto me conocía y también es increíble que no se de cuenta que por la razón que estoy así es por él. Carla estaba nerviosa lo noté cuando vi que movía su pierna siempre lo hace cuando esta nerviosa y es porque no le guste ver pelear a la gente y sabia que si yo contestaba se armaba una discusión tremenda ya que yo no estaba dispuesta a decirle a Harry la razón por la que estoy así.
-Harry –dijo Carla calmando el ambiente - ¿sabes cuando vuelve Caro? 
-Por la noche – contestó sin despegarme la mirada, esto ya me estaba hartando
-¿Qué tanto me ves? –Dije ya harta
-¿Y todavía lo preguntas? ¡Eres mi mejor amiga Karen!, y ni siquiera te tomas el tiempo en contarme que es lo que te tiene así. –dijo golpeando la taza contra la mesa, Carla se paró rápidamente y se fue sin decir nada
-Si supieras la razón por la que estoy así no me dirigirías la palabra nunca más en mi vida o no seriamos los amigos de antes – dije ya gritando, quería gritarle que lo amaba pero no podía
-¿Acaso me hiciste algo malo? – Dijo un poco calmado y a la vez preocupado
-No, fuiste tu el que me hiciste algo a mi; pero supongo que tu no tienes la culpa –me pare rápidamente y me fui de ahí mejor dicho de la casa
El día estaba de lo más caluroso y noté como el vecino estaba sentado en el banco de su casa, él me miró y me sonrío yo tímidamente le devolví la sonrisa y continué mi camino, quería ir al parque cerca de la casa ese es mi compañero de llanto.
Las hojas de los árboles se movían lentamente al ritmo del suave viento que me acompañaba, me senté debajo de un gran árbol el que siempre me acompañaba en mis malos momentos por lo menos hasta que llegue aquí. Las lagrimas caían nuevamente por mi mejillas tenia miedo y admito que metí la pata en decirle a Harry que el tenia la culpa de que yo este así, sabia que era verdad pero no debí decirlo conociéndolo se sentiría la peor persona por hacer sentir mal a alguien. Sentí pasos de tras de mi, me di vuelta y ahí estaba mirándome confundido y sentándose a mi lado. Él no despegaba la mirada del paisaje sin mirarme ni siquiera por un segundo, los dos estábamos hundidos en nuestros pensamientos que ninguno de los dos sabíamos de que se trataban el del otro, el miedo me apoderaba no quería perderlo por unas simples palabras que se me escaparon en el momento que no tendrían que salir. Noté como Harry suspiro y voltio la mirada hacia mi examinando poco a poco mi rostro con una sonrisa en el suyo.
-¿Qué es lo que me hiciste? –Pronunció de repente sin despegar la mirada de mí, voltee a verlo confundida el me miraba fijamente esperando mi respuesta, pero yo no sabia ni siquiera que había querido decir con eso.
-¿Cómo? –pregunté mirándolo de la misma manera que el lo hacia.
-Si, ¿Qué me hiciste? Llegaste en el momento menos esperado –dijo acariciando mi mejilla
-No entiendo Harry 
- Eres tan… dulce, tu voz se parece a la de un Ángel, tu mirada me inspira tanta confianza –suspiró- no se que me hiciste –dijo apartando la mirada de mi y mirando hacia el horizonte- Olvídalo, no… -volvió a suspirar- iré a ver si llegó Caro.
Dicho eso se paró y se fue no aparté la mirada de él hasta que se perdió en el camino. ¿Qué fue todo lo que dijo? ¿Le parecía dulce? ¿Le inspiraba confianza? Esas preguntas rondaban por mi cabeza pero había una que era la que mas me intrigaba ¿Por qué se puso así? Se fue sin decir más y se que lo de buscar a Caro fue una excusa para escaparse de mí ¿Qué le hice? ¿Hay alguna pregunta más? Pensé cansada de tantas preguntas, suspiré y me paré para volver a la casa de mi prima cuando ni bien entre los vi tan felices que por un momento la envidie. Pasé directo a la cocina y me prepare el almuerzo: una ensalada, fácil y rápido.
-¿La viste a Carla? –Preguntó mi prima entrando a la cocina de la nada 
-No, ayer dijo que iría a conocer la ciudad –dije mirándola
-Ah, oye ¿quieres ir a una fiesta? Es de difractes –dijo divertida
-¿Fiesta de disfraces?, suena divertido pero… -me interrumpió
-Se que no tienes uno yo tampoco mañana iremos a comprarlos –dijo emocionada
-Bueno –dije comiendo de mi ensalada

Te lloro en silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora