-Oye niño rico, ¿Que te va a comprar hoy tu papi?.
Un niño se burló del Jonathan de unos 12 años.
-No molestes.
El corrió de la escuela, yendo con su madre. Como siempre lo molestaban a la salida del colegio.
-Te estaba molestando otra vez?.
Su madre le pregunto con cariño en su voz.
-Si, siempre son muy pesados.
-Tu tan solo no les hagas caso, ven vámonos Jonathan.
Los dos se subieron a la camioneta, era de un lindo color blanco, una de esas marcas de lujo. Usada solamente para retirar a un niño de la escuela.
Llegaron a la casa. Su madre preparo una comida llena de amor, los dos comieron muy felices.
A la tarde, su padre llego milagrosamente, viéndolo hacer las tareas.
-Debes esforzarte mas, tus notas están bajando...
-(De las pocas veces que me ves, ¿Y aun así lo primero que me preguntas es esto? Desgraciado...).
La irá hizo que agarrara con mas fuerza el lápiz, rompiendo la punta.
-Buenas tardes, padre.
-Por favor Jonathan, vi tus notas de la ultima vez, no te lo había podido decir, pero para tu gran intelecto, es algo deprimente.
-Dario, querido, no deberías presionarlo tanto.
-¡Elizabeth, por favor! ¡El niño puede hacer muchas mas cosas, yo a su edad solo tenia la nota mas alta, mientras que el se mantiene en un nivel muy regular!.
-¡Esas notas están bien!.
-¡Solo están bien para ti! ¡Pero no dejaré que mi hijo este en un nivel tan patético!.
Jonathan que escuchaba a sus padres discutir, una escena realmente a la que ya se había acostumbrado, de igual manera mantenía la miraba baja. Con impotencia e ira.
Solo se marchó, dejando a sus padres solos. Cerró la puerta con llave, y miro al techo de su habitación.
-¡Maldición!.
Dio un golpe a la pared lleno de rabia, y luego otro, y otro. Hasta que su puño se comenzó a ponerse rojo.
-¿Si cumplo con sus expectativas, el pasará mas tiempo conmigo?. ¿Que le preocupe eso significa que le importó?...
Por su mente venían los recuerdos de su niñez.
-Papá, ¿Hoy podremos jugar a la pelota?.
-Lo siento Jonathan. Pero estaré ocupado.
-Entiendo.
Siempre dejándolo de lado.
-Mamá, ¿Papá vendrá a comer hoy?.
-Lo siento hijo, tu padre esta ocupado.
-Como siempre.
Siempre estando desinteresado solo por su trabajo.
-¡Debes pasar mas tiempo con el!.
-¡No tengo tiempo para eso mujer! ¡Tengo mucho trabajo!.
-¡¿El trabajo es mas importante que tu hijo?!.
-¡Si yo no trabajo ese niño muere!.
Siempre discutiendo ellos dos. ¿Realmente se amaban?.
-Padre inútil.
Sentenció mientras se acostaba en su cama boca abajo, se quedo allí casi todo el día.
Solo fue a cenar, la mesa estaba callada. Como siempre.
-Jonathan, desde la próxima semana iras a una escuela de élite.
-Pero, yo soy muy feliz en mi escuela padre. Tengo muchos amigos hay.
-No es algo a discutir. Solo hay tendrás una buena educación.
El miro a la otra peli castaña, ella solo bajo la cabeza. La decisión del pelinegro era absoluta.
Jonathan se fue a dormir, al siguiente día, su madre lo despertó.
-Despierta ya hijo.
Ya estaba despierto, pero la ignoró. Ella noto eso.
-Se que tu padre a veces es muy estricto. Puede no demostrarlo, pero te quiere. Hace todo esto por tu bien.
-Gracias por estar conmigo mamá.
-Te quiero, mi niño.
-Yo también mamá...yo también.
Lo que importaba. Era que el calor y cariño lo despertaba cada día. Eso era lo importante, lo que lo hacía feliz.
Podrá no tener la atención de su padre, podrá vivir con los pesos de sus expectativas, incluso podrá escuchar a sus padres discutir siempre.
Le dolía todo eso, por supuesto que si.
Pero mientras tuviera a su madre, todo estaba bien.
¿Cierto?.
Una noche, Jonathan escucho la charla que jamás debió escuchar.
-Elizabeth...no...¿Como pudo pasar esto?.
Por primera vez, su padre se escuchaba devastado.
-¿Como le decimos a Jonathan?.
-Será mejor no decirle que tengo cáncer.
El abrió los ojos en shock. No era posible. Eso no podía estar pasando.
¡¿Que clase de broma cruel era esa?!.
Fue hasta su cuarto y se encerró en el.
Sus lágrimas comenzaron a mojar la almohada, el se agarró la cabeza con fuerza.
-No puede estar pasando...mamá...no por favor.
El miedo, rabia, la impotencia se escuchaba en sus sollozos. Completamente solo, sin nadie que lo consolara.
A la mañana siguiente su madre lo despertó, pero ya no se sentía igual.
Simplemente se fue, decidiendo escapar de ese problema, pero en la escuela no había nada mejor.
Llegado el receso, el mismo de siempre fue a molestarlo.
-Damián, ¿Por que siempre estas molestándome?.
-¿Que por que? ¡Por que me molestas! Tu lo tienes todo, ropa de marca, comida de lujo, celulares ultimo momento. No te falta nada, ¡Es molesto que alguien como tu que no sabe lo que es que te falte algo, venga a esta escuela, haciéndose el bueno!.
-¿Que sabes tu?...
-Golpéalo…-escucho de pronto cerca de su oreja.
Las palabras fueron tan despacio que no lo escuchó.
-¿Que dices niño rico Jonathan?.
-¡Que tu no sabes nada!.
El le dio un golpe en la cara que lo hizo retroceder.
-¡¿Como vas a saber si me falta algo o no?! ¡¿Como sabes que por tener dinero no puedo estar triste?!.
Comenzó a golpearlo con más fuerza, sin detenerse, hasta que comenzaron a venir mas personas a alejarlos.
-¡Detente Jonathan!.
Pero todo lo que tenia en su mente mas la ira, no lo dejaron pensar.
Golpeaba a cualquiera que se pusiera delante suyo.
Hasta que los profesores comenzaron a intervenir.
Llamaron a su madre, y ella lo retiró. Su padre se enteró, llegando a la casa, comenzando su infierno.
-¡¿Como pudiste hacerle eso a tu compañero?! ¡¿Que clase de imagen de crees que das?!.
-¿Por que lastimaste a tu compañero hijo?.
El sólo comenzó a llorar...
-Lo se todo mamá...se lo de tu cáncer...
Ambos adultos abrieron los ojos.
-Hijo...
-Jonathan...
-Lo siento...siento haberlo lastimado ¿Vale? Pero es que...es que...
-Tranquilo...
Su madre lo abrazó con su calidez habitual, el se quebró en su hombro.
-Me tengo que ir.
Su padre, demostrando una vez más lo inútil que era, se marchó.
-Mamá, ¿Te podrás curar del cáncer?.
-Por supuesto hijo, en mano de Dios todo se puede.
-Sabes que jamás eh creído en Dios...pero es por ti. Le rezaré, creeré en el y le pediré que te sane cada día.
-Es un detalle bonito hijo.
Ella solo sonrió, dándole la determinación que necesitaba.
A la noche recibió otra noticia, de parte de su padre.
-Hable con un amigo, el te enseñara kickboxin, un buen ejercicio para canalizar tu ira.
-Entiendo.
El miro a su padre, que solo se mantuvo serio
-(Ni siquiera en un momento tan delicado...¿El no dirá nada?).
Al día siguiente fue a verlo, era un hombre de unos 25 en ese entonces, estaba con su hijo.
-Usted es el profesor Enrico no? Soy el hijo de Dario Rymer.
-Si me habló de lo sucedido, tranquilo chico. En el boxeo podrás desahogar todo. Primero me gustaría conocerte.
-Hola.
El niño habló con inocencia, Jonathan sonrió al verlo.
-Ven aquí, lo siento, mi hijo.
-No es problema.
-Bien, primero dime tu nombre chico.
-Jonathan Rymer, encantado profesor.
-Y tu ya conoces mi nombre, bien, creo que debemos iniciar.
Era bueno practicar, su profesor de boxeo era muy buena onda con el, y un buen amigo, un hombre responsable, y que siempre prestaba atención a su familia.
Le hubiera gustado que el fuera su padre.
Luego también entro a otra escuela, poco a poco se fue adaptando, y obtuvo un buen amigo.
Bruno, que fue el primero en acercarse a el, se hicieron amigos al instante.
Quizás por que comprendían sus situaciones. El abuelo de Bruno estaba enfermo, y la madre de Jonathan luchaba contra el cáncer, se entenderían con el tiempo.
También encontró a un buen profesor, Mylan.
Era todo un maestro ejemplar, explicaba bien su materia, tenia carisma, y era amigable.
Su nueva escuela estaba bien, aunque había algo raro, y es que algunas chicas solían retirarse sin decir palabras, le pareció raro al principio, pero con el tiempo le fue siendo normal.
Y ahora todo eso lo llevaba hay.
Jugando videojuegos en su casa con Bruno, mientras pensaba en sus problemas.
-(Mamá cada vez esta empeorando...mi padre siguen siendo igual de inútil que siempre, si esto continua así...mi madre, mi madre va a...).
-Volví a ganar.
El declaro, pero noto a su amigo pensativo.
-¿Esta todo bien Jonathan?.
-Por supuesto que lo esta.
El le sonrió.
-Te conozco bien amigo, te volveré a preguntar ¿Esta todo bien?.
-No entiendo por que tantas preguntas.
-¿Esta todo bien?.
-Bruno...
-¡¿Esta todo bien Jonathan?!.
-¡Por supuesto que no!.
Finalmente había liberado lo que tenia dentro.
-¡Claro que nada esta bien Bruno! ¡Absolutamente todo esta mal! ¡Mi madre esta muriendo! ¡Mi padre sigue tan a gusto, y jamás se preocupa por nadie! ¡Tengo el padre más inútil de todos! ¡Todos siempre dicen "Tiene dinero, no te falta nada"! ¡Pero me falta absolutamente todo! ¡Extraño que mi madre me despierte por las mañanas! ¡Deseo que mi padre venga a jugar y pasar tiempo conmigo! ¡Deseo no tener que estar cumpliendo sus expectativas todo el tiempo! ¡Todo el tiempo estoy triste! ¡Tengo miedo de lo que pasara con mi madre! ¡Estoy nervioso por lo que espera mi padre! ¡Me siento inútil por que ¡No tengo a nadie a quien contarle mis problemas! ¡Ni todo el dinero del mundo puede comprar la salud de mi madre! ¡El dinero que tengo no alcanza para poder comprar el tiempo de mi padre! Y no importa lo mucho que ría o sonría...yo siempre estoy triste.
Finalmente, lo que por años había guardado explotó en un llanto desgarrador. Bruno lo abrazó, intentando consolar a su amigo.
-Tu no estas solo amigo. Yo te apoyó, se que no soy nadie, pero estaré contigo sin importar que.
-Gracias Bruno. Gracias en verdad.
Se recuperó un poco. Poniéndose algo alegre por el hecho de saber que contaba con un amigo.
Pero es alegría fugaz, despareció tan rápido como inició.
Recibió un mensaje, un mensaje que desearía jamás haber leído.
Al verlo, su cuerpo se congeló por completo, y se arrodilló soltando el celular.
Bruno miro nervioso todo eso, no entendía nada, hasta que leyó el mensaje del hospital.
-Lo lamentamos. Su madre acaba de fallecer.
-Imposible...
Jonathan volvió a quebrarse, solo pidiendo ser consolado por su amigo.
Ese día, marcaba un cambió.
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Camino a la Demencia
Non-Fiction¿En donde puedes quedarte en el momento que lo pierdes todo? ¿Qué separa a ricos de pobres?. ¿Enserio crees que los millonarios siempre son felices? ¿Qué no les falta nada? ¿Qué todo es lo que aparenta? ¿Qué nadie además de ti posee problemas? Que t...