One Shots antes del juego DRV3

Saihara Shuichi y Tu - 01 (Lemon)

Muchos te miraron de manera extraña por pasar el rato con el "asqueroso local" de la escuela, aunque había pasado mucho tiempo desde que te importaba lo que la mayoría de ellos pensaban de ti. Aún así, Shuichi no era tan malo como los rumores harían creer, de hecho, él era un poco lindo a su manera.

Claro, olía bastante mal y probablemente corría al baño para salir de cada pausa para el almuerzo, pero se sonrojaba tanto cuando lo mirabas durante demasiado tiempo y parecía tan ansioso por estar cerca de ti. ¡Sin mencionar que casi podrías mantener una conversación normal si el tema fuera sobre Danganronpa! Fue como ustedes dos comenzaron a hablar en primer lugar. Tomó un llavero Monokuma atado a su mochila de donde quiera que fuera, y cuando le preguntaste al respecto, hizo una tangente tan entusiasta que no pudiste evitar escucharlo.

Ver el programa juntos se convirtió en algo bastante normal entre ustedes dos. Parecía casi listo para vomitar cuando preguntó si ver el programa juntos la primera vez, pero brillo cuando reaccionaste positivamente. No te importó Danganronpa. Aunque lo disfrutaste más por el placer que hizo verlo con Shuichi, enumerando continuamente todas sus teorías con una sonrisa nerviosa. No parecía que tuviera muchas personas para conversar sobre ello en persona. Eso no fue demasiado extraño.

Entonces, fue difícil para ti no notar la ausencia de sus divagaciones habituales. Ustedes dos estaban sentados simplemente en el suelo, con los ojos pegados a la pantalla del portátil un poco frente a ustedes. Sus padres se habían ido la mayoría de las veces, lo que hacía que fuera más fácil ir a su casa. Si bien trataste de concentrarte en el episodio, podías sentirlo mirando y escucharlo cambiar de posición.

Un suspiro pasó por tus labios y extendiste la mano para pausar el video, tu mirada se dirigió a Shuichi. Inmediatamente reaccionó bajando un poco su sombrero, ocultando la mayoría de sus ojos y escupiendo algo que sonó vagamente como una disculpa. "¿Algo anda mal? Si hay algo que hice ..."

"¡No, n-no!" Te interrumpió y sus rasgos se sonrojaron. "No es ... Si yo lo digo, tú ... yo solo ..." Te volviste bastante buena para entender lo que Shuichi realmente quería decir a través de estas oraciones inacabadas. Sin embargo, te había costado un poco de paciencia.

"No voy a enojarme", dijiste, enviándole una sonrisa. "Está bien. No voy a juzgar". Habías escuchado a Shuichi decir algunas cosas menos que apropiadas en este punto, aunque no dirigido a ti. Incluso más sudor brillaba en su piel de lo habitual y se negó a mirarte a los ojos.

"Yo ..." Reunió valor por un momento. "¡Quiero que me golpees!" Shuichi retrocedió ante su propio estallido y se congeló. Eso no fue lo último que esperabas. Tenías una ligera sospecha de que poseía algunas tendencias masoquistas por la forma en que actuaba, pero queriendo que tú ...

"¿Q-qué?" Fue lo único que salió de tu boca. A pesar de su forma ligeramente temblorosa, Shuichi parecía haber encontrado una explosión temporal de confianza. Se inclinó hacia ti, con los ojos demasiado abiertos y respirando demasiado rápido. No te alejaste, con el calor corriendo hacia tu cara.

"Si vas a odiarme, al menos quería decirte ... Creo que eres tan hermosa y ... Y no puedo dejar de pensar en ti. Has sido tan amable conmigo, así que ... Así que pensé que tal vez ... Tal vez tú también..." Él dejó escapar un suspiro tembloroso, una sonrisa se extendió en sus labios. "Siempre eres tú, sabes. Estás..." Shuichi parecía estar a punto de perder coherencia, con el comienzo de una línea de baba en la esquina de su boca.

"B-bueno, nunca dije que no". Las palabras te dejaron antes de que tuvieras la oportunidad de detenerlas y no creías que realmente quisieras hacerlo. Era una situación extraña, sí, pero siempre lo encontrabas entrañable. Incluso si estaba tan desquiciado, con las pupilas dilatadas y muy duro simplemente por estar cerca de ti, no podrías evitarlo. Shuichi era tan bonita . Mariposas nerviosas estallaron en tu estómago al pensar en lo que podrías hacerle.