Parte 134

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Mientras ambos intentan recuperar el aliento con sus frentes recargadas la una en la otra, tú te das cuenta de tres cosas.

Uno: La realidad siempre supera la ficción.

Dos: ¡Ah! ¡Tienes novio!

Tres: Eres gay

Y, sorprendente o no, eso no te molesta.

Miras los ojos felices de Alfred y lo reafirmas.

No, está más que bien. 

La vida de adolescente de Arthur Kirkland. HetaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora