CAPITULO-1

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-¡Papa, llegare tarde, no me esperes despierto!- Grita la chica desde el otro lado de la casa. Coge las llaves y abre la puerta esperando la respuesta de su padre.

-Esta bien... pero no mas tarde de las 2:00am- Dice su padre justo detrás suyo, la chica da un brinco, su padre tiene la manía de andar muy sigilosamente.

-¿Algun día vas a dejar de pegarme esos sustos?- Se queja ella un poco molesta. Mira el reloj y, al darse cuenta de que llega tarde,con prisas, le da dos besos a su padre, coge la chaqueta y sale del piso. Pero no va muy lejos, pues un humo negro y espeso sube por las escaleras. La chica queda paralizada al ver el humo, es igual al que se aparece en sus peores pesadillas. - ¿Pero que...- Le cuesta hablar, es como si le presionaran fuertemente en la garganta. Muestra una mueca de dolor y de asombro a la vez que oye a ese humo escalofriante pronunciar su nombre. "Kim" pronuncia una y otra vez.-¡Basta! ¡Para por favor! ¡Me...duele...!- grita desesperadamente Kim. El humo la envuelve completamente, se siente perdida, agobiada, dolorida... le da la sensación de que nunca saldrá de ahí, cierra los ojos y cae de rodillas al suelo, mientras se lleva las manos en la garganta intentando que esa dolorosa presión desaparezca.

-Exorcizamus te, omnis immundus spiritus, omnis satanica potestas, omnis incursio infernalis adversarii, omnis legio, omnis congregatio et secta diabolica...-Oye a su padre desde la puerta de casa haciendo que el humo despareciera desde el suelo - ¡Kim! ¡Corre, entra enseguida!- grita, desesperadamente coge a la pelirroja por el brazo y la hace entrar en casa ya que ella aun no reacciona.

-¿Que... que fue eso?- Dice Kim aturdida mientras se quita el pelo de la cara. A su padre le cuesta contestar, bien, no es que sea lo peor del mundo pero no le gusta hablar del tema y, ademas, no quiere involucrar a su hija en esto, y si se lo cuenta de alguna manera estará involucrada. Respira hondo y finalmente dice: 

-Un demonio.

Kiara abre los ojos como platos ¿un demonio?... ¿un demonio sin aspecto de demonio?, al menos en las películas no sale humo cuando aparecía un demonio.

-Un... d-demonio- consigue decir Kim finalmente. Su padre, dolido, cierra los ojos fuertemente, deseando que lo que acaba de pasar no hubiera pasado nunca. Mueve la cabeza afirmando las dudas de su hija- No, te has vuelto loco, ¿verdad?

-Cariño...yo... nunca quise decírtelo para no hacerte daño, pero creo que ya va siendo hora de que lo sepas.- le explica su padre, se le corta la voz ya que para el es duro esto.

- James Quinn, dime que esta pasando ahora mismo- le exige Kim a su padre perdiendo la paciencia.

- Yo, antes de que tu madre muriera... era cazador, pero no un cazador normal, era un cazador de monstruos. Aunque te parezca lo mas raro que has oído en tu vida, los monstruos existen, los demonios, los vampiros, los espíritus.... bien, supongo que... ya lo entiendes. ¿no?- finaliza James.

-¿Mama murió por...-intenta preguntar Kim con un susurro, su padre esta al punto del llanto así que se limita a mover la cabeza afirmando- y.. ¿que fue?- pregunta de nuevo Kim que ahora le resbalan dos lágrimas por las mejillas.

- Un... demonio- concluye James.

-Quiero cazar- dice despues de un largo e incomodo silencio Kim. James al oír eso se altera, no iba a dejar que le pasara lo mismo que a su mujer.

-De eso nada

-¡Quiero matar al maldito demonio que la mató!- grita, no soporta la idea de que cuando su madre murió su padre simplemente se rindió sin preocuparse ni de vengarla.

-Para vengar a tu madre ya están los Winchester, son fiables, también quieren  vengar a su madre - comenta su padre - y basta de decir tonterías y haz la maleta, nos vamos, aquí no estas a salvo.- dice mientras anda hacia su habitación a buscar el teléfono. Kim suspira, aun no entiende nada, se sienta en una silla y reflexiona, se siente débil y lar rodillas le empiezan a doler ya que se dio un buen golpe.

Cuando ya esta mas relajada, Kim se levanta y va hacia su habitación, coge su maleta y se sujeta su pelo en una cola. Decide coger poca ropa y mas cosas de higiene intima.

-¿Ya estas cariño?- pregunta su padre desde la puerta. Ya tiene su bolsa hecha, parece que se lleve la casa entera en esa bolsa tan grande.

-No, espera, no encuentro mis gafas-dice Kim desesperadamente, había buscado por toda la habitación y no las encontraba- ¡Mierda! En serio, ¿donde estan?

- Están en la cocina, y cuida es boquilla- le regaña su padre, ella pone los ojos en blanco y va hacia la cocina donde definitivamente, su padre tenia razón. - Y ahora, ¿nos vamos?

- Si, supongo.

Kim coge su maleta y las llaves, no sabe de que le van a servir si no va a volver, pero por si a caso. Los dos se dirigen hacia el viejo coche de James, un Chevrolet Impala del 64 de color granate. 

- Kim, ¿quieres ver algo?- dice su padre sonriendo, ella mueve la cabeza afirmando dudas y su padre abre el maletero. 

- ¿que tengo que ver?- Se extraña al no ver nada mas que un simple maletero. James amplia su sonrisa y quita una tabla de madera - ¡Dios mio! - grita, eran armas, su padre guardaba armas en el maletero - entonces... es cierto- dice Kim con asombro

-Desgraciadamente si - afirma con un suspiro. 

- Aun no me lo creo- dice asombrada, coge una de las pistolas, son de verdad, pesan bastante, respira hondo y cierra los ojos -bueno, ¿nos vamos ya, por favor?- deja la pistola y cuando su padre pone de nuevo la tabla de madera, Kim pone su maleta negra dentro y entra en el coche, su padre le copia la acción.-Genial... Adiós Columbus- dice apenada, dios, eso le dolía en el alma en serio, era donde se había criado, ella nació aquí, tiene sus amigos aquí, lo tiene TODO aquí.

- Y adiós Ohio- añade su padre. Kim lo mira con impresión, ¿van a salir del estado?... ni le pregunta, esta muy cansada de discutir con su padre, sera una noche muy larga, así que decide cerrar los ojos y dormirse.

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