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Dream era un grupo que cursaba el último año de preparatoria, los siete se habían conocido desde temprana edad debido a la cercanía de sus madres, lo que en cierto modo los obligó a convivir sin disputas de por medio.

A medida que fueron creciendo se dieron cuenta que, aunque sus personalidades eran diferentes siempre había algo que los atraía, ya fuera la carismática y contagiosa sonrisa de Zhong Chenle o en dado caso Renjun; que entraba con sus bonitas y hermosas palabras que te abrazaban en los días difíciles y te hacían creer que todo estaría bien, que había esperanza aún si era difícil. Pero también estaba Lee Mark, un lindo canadiense de ojos marrones que junto con Jeno defendía a capa y espada a sus amigos; recibiendo claramente varias palizas debido a la boca suelta de Donghyuck. Este último era un torbellino andante que nadie podía parar, iba por los pasillos alardeando, llamando la atención por su bonita cara, con su torneado cuerpo y con mechones de colores perfectamente tintados.
Mark podía jurar que si la perfección existiera se vería como Lee Donghyuck.

Después del torbellino humano se encontraba Na Jaemin, un hermoso chico que pensaba más con el corazón que con la cabeza, él a diferencia de los demás era tan pacifico que en ocasiones su existencia pasaba inadvertida; era tierno sin ser empalagoso, sensible y gustaba de tardes tranquilas en casa de alguno de sus amigos.
Lee Jeno el apuesto pelinegro que irradiaba superioridad y masculinidad por donde se le viera, tan diferente pero muy cercano a Park Jisung, estos dos podían pasarse la vida entera viéndose al espejo preguntándose porqué cada día se veían mejor que el anterior.

Así estaba formado Dream, siete chicos que se complementaban y hacían que la palabra "desastre" se viera muy pequeña.

Mejores amigos de la infancia con un futuro brillante y con los bolsillos llenos de sueños y metas por cumplir.

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— Donghyuck, ¿sabes? Puedo cargar el mundo.— el de cabello de colores volteó a verlo casi incrédulo mientras sus amigos solo chocaron su mano con sus frentes en una clara señal de lo que estaba por pasar.

— Pero eso es imposible.— contestó con una sonrisa ladina, algo confundido por lo que estaba diciendo, si bien no era algo que Mark dijera habitualmente pero nunca terminaba de sorprenderlo.

Mark se limitó a responder y fue a su lado tomándolo por la cintura, tiró de él suavemente hasta que pudo cargarlo y estabilizarlo antes de que cayera.

— Tú eres mi mundo.

— ¡DIOS MÍO! DÍGANME QUE NO DIJO TAL COSA— gritó Jisung tapándose los ojos y haciendo sonidos de vomito. — ¡LO HIZO... ÉL LO HIZO! ¿QUIÉN LE ENSEÑÓ ESO?— le siguió Chenle con su típica risa escandalosa mientras se agarraba del cuello de su hermoso novio Jaemin cuidando de no caerse debido a que estaba sobre sus piernas.

Por otra parte Jeno se encontraba detrás de Mark riéndose bajito al mismo tiempo que el pelinegro le robaba suaves besitos en los labios al castaño y soñado Renjun.

Mark terminó por sentirse un idiota y soltó rápidamente a Donghyuck, pero el de tez más tostada no deshizo el agarre sino que le dedicó un beso en la mejilla para terminar separándose y perdiéndose entre la multitud de la cafetería tomado de la mano de Johny.

— Markossss el capo Lee, creo a Johny no le gustó que le dijeras aquello a su novio.— soltó Jisung con un poco de burla en sus palabras.

— Fue culpa de Jaemin, él me dijo que lo hiciera.— el nombrado salió del transe en el que se encontraba con Chenle y le propinó una mirada para nada agradable y que a simple vista denotaba molestia. — Deberías agradecer que te estaba ayudando, no tengo la culpa que por tus cosas no le dijiste lo que sentías y ahora alguien como Johny se te adelantó.