Capítulo 21: Ligeramente intimidada.

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Me permito tomarle la mano por un momento, está tibia y suave. Me encanta la idea de que él la acaricie con los pulgares; y en un segundo, es así.

Entrelazo nuestros dedos un poco nerviosa, pero mis inseguridades se ahuyentan cuando él me da una cálida sonrisa que las logra alejar por completo. Estoy segura ahora que él es lo que quiero.

Le doy un vistazo rápido al lugar. No, no hay ningún Paparazzi acechándonos, lo que es bueno en cierta forma. Si no fuera así, estoy segura que no podría desenvolverme bien con su compañía.

Sobre el otro asunto, Harry lo ha tomado bien o eso es al menos lo que me está haciendo creer. Sé que le ha dolido enterarse de lo de George; y más aún cuando la última vez que nos vimos casi le aseguré que todo lazo con él se había terminado, pero sentí que tenía que decírselo. Era más como una obligación informárselo.

Luce curiosamente feliz, tal vez porque es la primera vez que salimos juntos a las calles y no en algún lugar oculto, y eso, en alguna forma me reconforta y me hace sentir menos culpable.

—¿Crees que debamos sentarnos? —pregunto.

El sol me choca directo en el rostro, cegándome por unos momentos.

Él asiente y me guía hacia el borde de un árbol. Es curioso que en un parque no haya banquetas, creo que todos las tienen pero paradójicamente este no; así que tenemos que conformarnos con un gras muy bien cuidado.

No estoy lejos del Hilton, tal vez unos quince minutos caminando. No me quise alejar mucho si es que me reconocían así que elegí un lugar cercano; y aunque ahora mismo lleve lentes oscuros aún no me confío. Harry por su parte, luce más guapo de lo que recordaba. Lleva un suéter plomo junto a unos jeans negros y un beanie azul. Todo un muñequito por aquí.

Es un poco loco como están sucediendo las cosas pero no puedo culparlo a él, a mi e incluso a Gwen. Todo sucede porque así lo quiere el destino, no puedo nadar contra la corriente. Es una de las cosas que he aprendido con esfuerzo hasta ahora.

Me recuesto en su hombro sintiéndome protegida y absolutamente devastada por haberlo abandonado en estos últimos cuatro días. No sé cómo fue posible que le hiciera eso, cada vez que lo recuerdo siento un golpe fuerte en el corazón. Hice mal.

Él pasa su brazo por mi cuello atrayéndome más, está un poco caliente aquí pero no me importa. Ahora mismo es bueno tenerlo de esta manera y es irrelevante que esté quemando como nunca. Londres siempre ha sido templado y es un poco extraño que el sol haya salido con tanta fuerza el día de hoy. Quizás el clima está de mi lado.

—¿No estás molesto? —inquiero, girándome un tercio para observarlo.

Frunce el entrecejo pensando.

—No, no lo estoy.

—¿Estás seguro? No hay problema en que lo estés, lo comprendería.

—No estoy molesto. No voy a negar que no me duele, pero te apoyo en lo que decidas; y si es necesario que sigas con eso, está bien.

Tomo su rostro entre mis manos sonriendo y le doy un beso. Él es un gran chico, un muy buen muchacho. Si alguien es capaz de soportar el anonimato a sabiendas de que tienes una relación con alguien más, aunque sea falsa, es porque realmente te quiere; y él lo hace.

—Te extrañé —murmuro, mirando sus ojazos verdes brillar. Él sonríe y se acerca nuevamente cauteloso hacia mí.

Me acaricia la mejilla con su nariz y no puedo contener una risita, es demasiado lindo.

—¿No te volverás a alejar así de nuevo, verdad?

Mi corazón se hincha con esas palabras.

—No lo haré.

Fairytale. |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora