Éxito de taquilla

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En una lluviosa tarde de agosto, Gomatruda, la pelota encadenada, decidió ser libre. Todos en la casa celebraban alegremente el cumpleaños de Somormujo el hedonista. Gomatruda siempre soñó con bailar y pensó, cuanto me gustaría que me celebrasen por mi talento. Con suerte -pensó- quizás pueda llegar a ser una estrella internacional y así nunca más me apuntarán con el dedo del pie y seré una dama fuerte, realizada y empoderada. Gomatruda se puso bajo las órdenes de Jacquelin, el brócoli budista, quien extraoficialmente ofrecía clases de pastelería a los muñecos de nieve del desierto de los lemings desubicaos. Gomatruda entrenó hasta sus límites de redonda pelota y logró dar un espectacular show aquella noche con Leogivildo, la estrella del Teatro Bolshoi, la gran pluma de los bailarines voluminosos (pues era un pavo de Navidad). Salieron de fiesta para celebrar su triunfo pero Gomatruda, desafortunadamente, encontró su final bajo el indiferente neumático del velocipedo de un habitante del lejano país de trancalaperra. La trágica historia de Gomatruda fue inspiración del afamado cineasta Ignatius von Anusface, quien le consagró un filme... que fue un fracaso de crítica y un éxito de taquilla en Sumatra. Qué esparaban!!
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