CAPÍTULO I

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TaeHyung, un chico alto de tez canela, pelo negro, labios ligeramente gruesos, sonrisa cuadrada pero traviesa, ojos rasgados y aspecto delicado, andaba tranquilamente por la calle hasta llegar a un parque. De pronto, alguien tiró de él y lo empujó detrás de un matorral, lejos de las miradas indiscretas.

- Veo que recibiste mi mensaje- dijo TaeHyung, mirando a su mejor amigo, Kolet.
- Irai me dijo que no viniera, pero... cuando la urgencia llama- dijo, mirando a su entrepierna.
- ¿Te pongo así de duro?- preguntó TaeHyung, masajeando el miembro del chico mientras le besaba.
- Mmm... incluso más... ¿has traído lubricante?
- No...
- ¿Y cómo voy a follarte? Eres demasiado estrecho...
- ¿Qué te hacía pensar que me ibas a follar? Sólo quiero una mamada, ¡chúpamela!

Si no fuera por cómo se lo dijo y porque ya era más que adicto al sabor del esperma del chico, le hubiera pegado y se hubiera largado. Pero no, no lo haría. Se quitó su abrigo y dejó que TaeHyung se sentara encima para que estuviera cómodo, luego se situó entre sus piernas, liberó su miembro y lo chupó con ansia. TaeHyung se encendió un cigarro, dio una calada y cerró los ojos mientras sentía en su miembro la felación que su amigo Kolet le hacía, no es que sintiera que fuera algo del otro mundo, pero le hacía el apaño. En cuanto a Kolet, sabía que TaeHyung le utilizaba para tener sexo pero le daba igual, algún día se daría cuenta de todo lo que estaba haciendo por él, de todo lo que arriesgaba en su vida para tener aquellos momentos, recapacitaría y empezarían una relación.

- Mmm... ah... joder, chupa ahí...- gimió TaeHyung.

Kolet se emocionó ante aquel gemido y comenzó a acariciar las ingles del chico, masajeando sus testículos y metiendo sus manos por debajo de la camiseta para acariciar sus pezones.

- Más fuerte, Kolet...

Amaba cuando decía su nombre, aunque fuera para una orden, le daba igual... simplemente obedeció y las piernas de TaeHyung dieron un leve temblor y al momento el chico estalló en la boca de Kolet.

- Ah... no ha estado mal...- dijo, volviendo a fumar y colocándose el pantalón- deberíamos volver, nos pueden pillar- Kolet asintió, fue a besarle pero TaeHyung se giró, se estaba sacudiendo el pantalón- esta tarde podríamos ir al cine con Irai, ¿tú que crees?
- Le encantará.
- Bien, pues, luego os escribo.

TaeHyung le besó y se giró a su colegio con paso seguro, no obstante, cuando llegó a la zona de la verja por la que siempre saltaba, bufó. Allí estaba la subdirectora Jannali.

- Por la puerta principal, señor Sahani- dijo la mujer, furiosa.

La subdirectora Jannali lo siguió desde dentro del recinto hasta la puerta principal, cuando el chico la cruzó, lo llevó hasta la directora Meera.

Decir que la directora estaba furiosa era quedarse corto.

- No puedes hacer lo que te dé la gana, este es mi colegio y en mi colegio mando yo.
- Me iré de su colegio, pues.

Jannali, que estaba detrás de TaeHyung, miró a la directora.

- ¿Dónde has estado y que has estado haciendo, TaeHyung?
- He estado en el parque de aquí atrás- dijo señalándolo distraídamente con el pulgar- disfrutando de un buen cigarro y una gran mamada por parte de...
- ¡Basta!- dijo la directora Meera- todos creen que tienes remedio, pero yo no. No te quiero en este colegio y...
- Directora Meera, espere un poco- pidió la subdirectora Jannali- se lo prometimos a sus padres...
- Él no tiene remedio- dijo la directora- es un bala perdida.

La subdirectora miró a TaeHyung y, por primera vez, TaeHyung miró a la subdirectora, ¿era producto de su imaginación o ella creía que él no era un bala perdida?

- Que lo vea la psicóloga- imploró Jannali.

La directora Meera se quedó en silencio, valorando.

- Te expulsaré en tres horas- escupió.

TaeHyung pasó esas tres horas en el despacho conociendo todos los significados de la expresión "ser ignorado". Finalmente, cuando dieron las cuatro de la tarde, sus padres llegaron. Parecían muy disgustados.

- ¡Te voy a matar!- explotó el señor Sahani.
- Bueno, el último cigarro ya me lo he fumado, así que si quieres hacerlo ya...

El señor Sahani le dio tal bofetada a TaeHyung que el chico cayó sobre la silla de la cual acababa de levantarse.

- ¡TaeHyung! ¡Hijo!- dijo la señora Sahani, tomándole la mano a su hijo y observándole- ¿estás bien?
- ¡NO LE CONSIENTAS!
- ¡NO PEGUES A NUESTRO HIJO!
- ¡ÉL NO...!
- ¡BASTA!

Todos se quedaron en silencio, no había sido TaeHyung quien había hablado, tampoco la directora o la subdirectora. Había allí una sexta persona, tan bajita que pasaba inadvertida. Era pelirroja, tenía el pelo rojo recogido en un moño, gruesas gafas de pasta, pantalón y chaqueta a juego y jersey cuello alto.

- Soy Eerin Khya, psicóloga del instituto- dijo- llevo tratando a TaeHyung desde hace un tiempo... voy a hablar con él, luego con ustedes dos, luego con los tres y luego con la directora Meera. ¿Entendido?

Todos asintieron y la mujer le tendió la mano a TaeHyung, el chico se fue con ella.

- Jannali, ¿podrías traer hielo?
- No hace falta- dijo TaeHyung.

No obstante, la subdirectora ya estaba allí con un poco de hielo. TaeHyung lo cogió y entraron en la sala.

- Bueno, ordenemos ideas- dijo la psicóloga Khya. A TaeHyung le gustaba mucho ella, le solía regañar, pero jamás le había gritado y mucho menos puesto una mano encima- bien, en tus últimas sesiones hablamos de tus notas... que no son para tirar cohetes y hablamos de tu manía constante de huir del colegio, manía que he oído que se ha acrecentado. Pero de lo que no hablamos es de tu hábito de fumar... cuéntame.

TaeHyung simplemente habló, con ella era fácil, sentía que a ella le importaba. 

- Mis notas siguen igual, sí, unas las apruebo, otras las suspendo, luego las recupero... lo que importa es que no repito...
- Ley del mínimo esfuerzo en cuanto a las notas... eso te pasará factura TaeHyung. Continúa.
- Estar en clase con los demás alumnos y profesores no me gusta, ya lo sabes, por eso me voy.
- En la vida te vas a encontrar siempre situaciones que no te gusten pero no puedes huir de ellas. Además, por lo que se, normalmente te vas para tener sexo, no para hacer nada constructivo.
- ¿Qué puede ser más constructivo que tener sexo?
- Quedarte en el colegio labrando tu futuro.
- Paso.
- TaeHyung, tus compañeros no te acosan, ni te pegan, ni se meten contigo... tus profesores tampoco... el problema es que tú no quieres interactuar con ellos y no me dices por qué.
- ¡Míralos a todos!- explotó- ¡Son perfectos y felices! ¡Yo sólo soy el chico adoptado! ¡El chino, como me llaman a mis espaldas!
- ¿Les has dado oportunidad...?
- No quiero la lástima de nadie- dijo con tono duro.

La psicóloga no quiso avanzar, sabía que el tema de la adopción era un tema escabroso para él y que nunca lo había superado, es más, en una ocasión llegó a confesarle que odiaba a sus padres adoptivos y que quería ir a Corea del Sur para buscar a sus padres biológicos. Obviamente, Khya sólo tomó esto como un berrinche de niño pequeño, de adolescente, una etapa, pero después de lo que acababa de ver...

- ¿Cuándo empezaste a fumar?
- Hace cosa de dos semanas... pero sólo lo hago después del sexo... o durante... se siente bastante bien...
- TaeHyung no puedo obligarte a que dejes de acostarte con mil hombres, aunque espero que tomes mil precauciones, pero sí puedo y voy a obligarte a que dejes de fumar.
- Pero si sólo es uno después de...
- ¡Déjalo!

TaeHyung bufó y simplemente le dio la razón como los tontos.

- Tu padre.
- ¡ÉL NO ES MI PADRE!- rugió, enfadado.

Khya se quedó helada ante aquel arranque, TaeHyung nunca había hablado así, realmente era muy cariñoso.

- TaeHyung, cuéntame que te pasa con él...

El chico la miró, realmente estaba preocupada por él.

- No le gusta que yo sea así... entiendo que esté enfadado porque me salto clases, pero desde que se enteró que soy homosexual...- su mandíbula se encajó y ya no habló. La psicóloga le dio su espacio y su tiempo para que pudiera continuar- la noche que lo confesé... la hora de la cena... mamá me dijo que no importaba... se la veía tensa, lo notaba, me pidió tiempo para asimilarlo, ella me dijo que me quería, pero él estaba callado. Esa noche discutieron muy alto, me despertaron... él le dijo que todo era culpa de ella y que yo no soy hijo suyo. Por ser homosexual me dejó de considerar hijo suyo...

Mientras contaba aquella historia, TaeHyung no derramó una sola lágrima, pero apenas podía hablar por tener la mandíbula encajada.

- ¿Cuándo pasó todo esto?- preguntó Khya.
- Hace dos años y medio.

La psicóloga removió sus papeles hasta dar con lo que buscaba: TaeHyung había comenzado a faltar a clase y bajar sus notas hace dos años y medio. Aquello no era una etapa de rebeldía, aquello se debía al comportamiento del señor Sahani con TaeHyung en casa.

- Bien, TaeHyung, sal y quédate afuera, ahora saldré a llamar a tus padres.

TaeHyung se levantó, sacudió la cabeza y se tomó unos instantes antes de salir con gesto altanero. Aquel gesto no se le pasó por alto a la psicóloga que lo apuntó.

Finalmente, salió y llamó al señor y la señora Sahani.

- ¿Qué pasa con TaeHyung?
- ¿Tiene solución?- preguntó el señor Sahani.

La psicóloga se tomó su tiempo antes de contestar.

- El problema de TaeHyung no viene del colegio- resolvió- podrán sacarlo de aquí y llevarlo a mil colegios más pero seguirá igual.
- Pero... pero... mi niño...
- El problema de TaeHyung es familiar- dijo, con calma- los problemas que acarrea en la familia desde hace dos años y medio los vuelca aquí. No acepta su adopción y se siente frustrado en su hogar y eso le impide socializar, lo que hace que se escape. En cuanto a las relaciones... bueno, está en la edad y si a eso le sumamos su intento de molestarlos y llamar la atención...
- ¿Molestarnos? ¿Por qué querría molestarnos?- preguntó la señora Sahani- nosotros no somos malos con él... ¡adoro a mi hijo!
- Mocoso desagradecido...
- ¡Retíralo!- amenazó la señora Sahani.
- ¡No vuelvan a pelearse!- advirtió Khya- háblenme de la adopción de TaeHyung, cuantos años tenía, en qué condiciones se dio, conocieron a los padres del chico... todo lo que se les ocurra...
- Mi mujer se acuerda muy bien del padre de TaeHyung- escupió el señor Sahani con asco.

Khya se quedó confundida y lágrimas comenzaron a caer por el rostro de la señora Sahani.

- TaeHyung no es adoptado- reveló- a los dos años de casarme con Daku, entramos en una gran depresión matrimonial y tomamos caminos separados, hablamos de divorcio y demás... Me salió un trabajo en Corea y me fui, ahí conocí a un hombre, no era nada serio, sólo tomábamos algo después del trabajo pero la cosa fue a mayores y me quedé embarazada, tras quedarme embarazada, mi contrato cumplió y yo no podía quedarme en Corea con el padre de TaeHyung porque mi visado me lo impedía, así que volví a Australia... estaba embarazada, sin trabajo, sola y Daku apareció. Me dijo que quería volver conmigo, no le dije que estaba embarazada de otro hombre...
- No, pasé nueve meses pensando que TaeHyung era mío... luego resultó que tenía un hijo bastardo.
- ¡No te atrevas a llamar bastardo a mi hijo!
- ¡Lo fue cuando nació y lo sigue siendo! ¡Y si no fuera por mí, el bastardo de tu hijo y tú estaríais en la calle!

Aquello fue más de lo que la señora Sahani pudo soportar, se giró y pegó tan fuerte a su marido como sus fuerzas se lo permitieron.

- Ni siquiera sé porque os acogí... le pusiste el nombre de su abuelo... al menos pensé que podría enseñarle cosas... pescar, cazar, jugar al baloncesto... ¡pero resulta que es gay!
- ¿Y por eso no le va a gustar pescar, cazar y jugar al baloncesto?- se escandalizó la señora Sahani.
- ¿Qué sienten hacia TaeHyung?- preguntó Khya, tratando de redirigir la conversación.
- ¡Es mi hijo! ¡Haría todo por él!
- No es mi hijo, apenas le crie...
- ¿Cómo puedes decir eso? Él de pequeño te adoraba...
- Es cuestión de tiempo que TaeHyung ate cabos- se adelantó Khya, que ya no quería más discusiones en su despacho- el origen de todos los problemas de TaeHyung son ustedes, sobre todo usted- añadió, mirando al señor Sahani- además, TaeHyung les ha oído discutir, le ha oído decir que todo era culpa de ella y que él no es hijo suyo- la señora Sahani se tapó la boca- él piensa que lo dijo porque le defraudó como hijo ante el hecho de ser homosexual. El caso es... que el vínculo que TaeHyung tenía con usted como padre e hijo, porque aunque usted no lo considere su hijo él si lo considera su padre, se ha ido debilitando en estos últimos dos años y parece que ninguno de los dos parece dispuesto a hacer nada por recuperarlo pero, ¿Qué harán en referencia a TaeHyung? Tienen que pensar en él, en darle lo mejor, en darle estabilidad emocional en el hogar.

Ambos asintieron, sabían que era lo mejor para TaeHyung y para ellos mismos, pero decirlo en voz alta era demasiado complicado.

Cuando salieron, entraron la directora y la subdirectora.

- ¿Qué opinas, Khya?- preguntó Meera.
- Sé que quieres expulsarle, pero no debes- dijo, contundente- el problema de ese chico es mucho más profundo.

Le contó todo acerca de TaeHyung y sus padres.
- ¿En serio crees que ese hombre va a mirar por TaeHyung? ¡Ya has visto como le pegó!
- ¡Precisamente por eso no le puedes expulsar!- dijo Khya- quizás sea lo único que él tiene.
- Un mes, Khya, le doy un mes de prueba... espero que no te decepcione.

Salieron y vieron a la familia esperando.

- He cambiado de parecer- dijo la directora Meera- tienes un mes para demostrarnos que te puedes comportar.

La señora Sahani se lanzó a los brazos de la directora.

- ¡Gracias! ¡Muchas gracias!
- Deberíamos irnos a casa- dijo el señor Sahani.

El camino de vuelta a casa se hizo tortuosamente silencioso, no había amenazas, ni golpes, ni castigos. Nada.

- Sube a tu cuarto, Tae- pidió su madre.

Sin rechistar, subió a su cuarto y se tiró en la cama.

- Yo me rindo, Narel, es tu hijo, no el mío- dijo el señor Sahani con dureza- le he dado a TaeHyung una infancia feliz y una buena preadolescencia, no quiero cargarme su futuro. Por un motivo que no logro a entender, él y yo ya no funcionamos como padre e hijo y ya escuchaste a la psicóloga: lo mejor para TaeHyung. Quedaros la casa, yo me iré al estudio- suspiró- en cuanto a nosotros, sabías que tarde o temprano esto nos pasaría, quisimos divorciarnos y no lo hicimos por TaeHyung, ¡por un niño feliz! Pero ahora no lo es... ahora tiene un problema y yo no soy de ayuda, tendrá preguntas y a quien necesitará es a ti- volvió a suspirar- no opino que sea un bastardo, estaba enfadado, esta casa era, es y será de TaeHyung, la compré para él, si yo pensara que es un bastardo, no le hubiera comprado una casa, ¿no? Quiero un régimen de visitas, no obligado, cuando él quiera, cuando esté mejor, cuando ya no se sienta enfadado y tendrá su pensión.
- Sí, TaeHyung va a tener muchas cosas menos un padre.
- Tiene a su madre, una madre que lo llevo dentro nueve meses, una madre que lo adora. Siento bajarme del barco, Narel, pero TaeHyung necesita estar sólo en el barco con su madre. Y tú lo sabes.

Narel asintió y fue a la habitación de TaeHyung, se tumbó al lado de él.

- ¿Qué has escuchado?
- Nada que me sorprenda... siempre he pensado que, por la forma en la que me mirabas, me regañabas, me abrazabas, había algo más... pero luego pensaba que sólo quería ser como los demás...- suspiró y miró al fin a su madre- ¿eres tú mi madre biológica?
- Sí, cariño.
- Por eso él decía...
- Ya le has oído...
- Sí- suspiró- quédate, quiero tu compañía pero... hablemos mañana de esto...

Se quedaron en silencio mientras escuchaban como el señor Sahani hacía las maletas y, finalmente, con un ruido sordo, la puerta principal se cerró y la casa quedó en completo silencio.

- Tú y yo, cariño- dijo su madre- todo va a estar bien.

La Terapia de TaeHyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora