01. Blood Ties

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( teen wolf  | temporada cinco, capítulo once | ❛the last chimera 

SEGUNDO ACTO | capítulo uno

Lazos de Sangre

Me envolví el cuerpo con una toalla y alcé la vista para enfrentarme a mi reflejo. 

El espejo del baño estaba todo empañado debido al vapor del agua caliente que salía de la ducha, por lo que tuve que pasar la mano sobre éste para finalmente verme. Tenía las ojeras más oscuras que alguna vez haya visto, mi cabello estaba todo enmarañado y mojado, y mi cuerpo se sentía pesado. Estaba abatida. 

Había pasado cerca de una hora desde que desperté toda sucia sobre mi cama, pero los recuerdos de la noche anterior jamás hicieron aparición. Aún estaba desconcertada. ¿Por qué mis prendas estaban embadurnadas de sangre? Quería responder aquella pregunta más que a nada en el mundo, pero se me hacía muy complicado teniendo en cuenta que, al parecer, haberme convertido la noche anterior me había provocado una enorme jaqueca y una desconcertante amnesia. No obstante, lo que más miedo me daba de la situación, era que cada vez que perdía el control y mis ojos de mujer lobo reemplazaban los humanos, un color azul eléctrico decoraba mi iris.

Tal y como le pasaba a Malia.

Suspirando, debido a mi deprimente y alarmante estado, me coloqué las pantuflas y recogí la ropa que había dejado tirada en el suelo. 

Mi primer instinto había sido tirarla a la basura para eliminar cualquier tipo de evidencia y así evitar charlar con mi hermano, pero una vez que pude calmarme y entrar en razón, decidí no hacerlo y en todo caso, planeé utilizarlas como ventaja. 

—Maya, te hice un omelet con un exprimido de naranja para que desayunes. —expresó Ariana adentrándose a mi habitación mientras yo salía del baño y me dirigía al mismo lugar que ella. —Tienes que tener todas las baterías cargadas para cuando vayas a visitar a tu padre. 

Escuchar sus palabras, me dieron ganas de llorar. 

Noah Stilinski no era mi verdadero padre, jamás lo había sido y toda mi vida fue una mentira. Resultaba gracioso, bueno, no tanto, pensar que lo único real en mi vida había sido mi condición de Ahereen, pero claro, ahora ni siquiera tenía eso.

Culpa mía, a decir verdad.

—Gracias, Ari, pero no tengo demasiada hambre...

Mi amiga pelirroja suspiró y se acercó a mi mientras yo colocaba la ropa sucia dentro del armario para esconderla hasta que el momento correcto llegara. 

El tono con el que me dirigí a la Banshee fue un tanto vago y lastimero, pero era la verdad. Después de la noche que había tenido más aquella mañana llena de información que no deseaba volver a repasar, el estómago se me había cerrado.

No sólo había descubierto que mis ojos brillaban de un color azul cada vez que me convertía, sino que también mi hermano estaba al tanto de mi situación. La mordedura de Scott había hecho más que salvarme de la muerte. Y para hacer las cosas peor, quien se lo había confesado había sido el chico que al parecer me gustaba, y su mayor enemigo; Theo Raeken. 

—Vamos, Maya, al menos come un pedacito. —intentó convencerme, acariciando mis hombros desnudos pues lo único que me cubría era la toalla. —Te hará bien alimentar tu estómago, hazme caso.

Chasqueé la lengua. 

—Tus omelets son deliciosos, pero tengo el aparato digestivo todo revolucionado. —confesé, sonriéndole de lado mientras buscaba qué ponerme ese día. —Con esto de los sentidos amplificados, he olido la sangre de mi ropa por más de dos horas. Si mastico algo de esa comida o siquiera bebo de ese exprimido, me temo que devolveré todo lo que no he comido en días.

✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐃𝐄𝐂𝐄𝐏𝐓𝐈𝐎𝐍, teen wolf²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora