Stranger
La noche se asentaba sobre Medford como un sudario, y Ethan Blackwood, atrapado en una casa ajena, contemplaba desde la ventana la forma en que el caos devoraba el mundo que conocía. En el cielo, un agujero negro pulsaba lentamente, como si algo monstruoso se retorciera dentro de él, luchando por liberarse. Desde niño, Ethan había tenido una imaginación demasiado activa, pero incluso él sabía que aquello no era un sueño.
Ethan jugueteó con el borde de la cortina mientras reflexionaba sobre su situación. Los viernes solía cenar con sus padres en el patio trasero, alrededor de una fogata improvisada, imaginando millones de escenarios fantásticos. Pero esta noche, en lugar de la cálida compañía familiar, estaba rodeado de extraños que juraban haber visto a una criatura mutilar a un oficial de policía.
Suspiró, dándose la vuelta para enfrentar a los demás.
—Si todo este cuento de monstruos es cierto —dijo con una sonrisa socarrona—, ¿Dónde está ese milagroso hermano menor que aparece justo cuando el mundo se está cayendo a pedazos?
En ese instante, los pasos de Lazaí Marcus Browns resonaron en la casa. La señorita Lisa Marie Browns, acurrucada en el sofá, levantó la cabeza. Sus ojos se iluminaron al reconocer a Lazaí, y sin pensarlo dos veces, corrió hacia él y lo abrazó como si fuese su última ancla en la realidad.
—Aquí estoy —le susurró Lazaí, acariciando su cabello con delicadeza—. ¿Ves? Ya se fue.
Lisa lo miró con ojos llenos de lágrimas, pero negó con la cabeza, apartándose.
—No. Él volverá —dijo, con un temblor en la voz—. Porque no se ha ido.
El oficial Owen, sentado cerca de Lisa, frunció el ceño y apoyó una mano en su hombro.
—¿Esa criatura vendrá por usted?
Lisa lo miró fijamente, como si sus palabras hubieran confirmado sus peores temores.
—Sí, los Cartier vendrán por mí.
Ethan, que observaba la escena con los brazos cruzados, arqueó una ceja.
—¿Cartier? ¿Los mismos que hacen relojes y joyas? Porque si vamos a morir, me gustaría que al menos algo de esto valiera la pena.
Lazaí lanzó una mirada severa a Ethan antes de intervenir.
—Esas criaturas son una leyenda —dijo con firmeza, aunque su voz temblaba ligeramente—. Mi padre decía que no pertenecen a nuestro mundo.
Lisa lo fulminó con la mirada.
—Tú lo viste, Lazaí. Que no lo quieras creer ya es otra cosa.
Lazaí se quedó en silencio, bajando la mirada como si buscara las palabras adecuadas. Finalmente, se rascó la nuca y miró a Ethan con algo de curiosidad. Dio un paso hacia él y levantó la mano en un gesto amistoso.
—Lazaí Marcus Browns. Es un placer conocerlo. ¿Ya nos conocemos?
Ethan estrechó su mano con una sonrisa torcida.
—No lo creo. Nunca podría olvidar un rostro tan bonito.
La respuesta desconcertó a Lazaí, quien retrocedió unos pasos con una risita incómoda antes de desaparecer tras la puerta. Ethan lo siguió con la mirada, sus ojos afilados como cuchillas. Luego, volvió a la ventana y abrió la cortina, ignorando las protestas de los demás.
Afuera, las criaturas emergían de las sombras. Eran desgarbadas y de extremidades demasiado largas, con siluetas ondulantes como sombras líquidas. En sus manos, enormes hachas dentadas reflejaban la luz parpadeante de los faroles. Ethan soltó un silbido bajo.
—Bueno, bueno. Parece que alguien trajo a toda la familia.
Lisa se levantó lentamente, su rostro pálido como una hoja. Las luces de la calle parpadeaban mientras las criaturas avanzaban, sus ojos brillando con un hambre voraz. Ethan bajó la cortina con calma y se giró hacia los demás.
—Voy a tomar una copa. Alguien quiere algo antes de que todo esto termine de irse al infierno, ¿o solo yo lo estoy viendo venir?
Lisa lo miró, horrorizada.
—¿Cómo puedes bromear en un momento como este?
Ethan sonrió con frialdad.
—Porque si no lo hago, terminaré como tú: llorando y temblando. Y, sinceramente, no me queda tiempo para eso.
Los demás se quedaron en silencio, el peso de la situación cayendo sobre ellos como una losa. Mientras tanto, afuera, las criaturas alzaban sus hachas hacia el cielo, y Ethan sabía que lo peor aún estaba por venir.
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The Dove Society: Los Mutantes Del Nuevo Mundo © ✓
Ficțiune științifico-fantasticăEl miedo es una emoción natural que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas ¿Cierto?. Es esa sensación que todos podemos sentir en situaciones adversas, como una alarma que se enciende en nuestro cuerpo cuando notamos que algo podría...