"No Pretendo Que Me Quieras"

XII

Al día siguiente, Line despertó primero que su esposa, se removió un poco para no molestar su sueño, sabía exactamente lo que pasó en la noche, también entendía que si ella se miraba tonta ante Karla esta podría agarrar como su títere. Respecto a la pregunta que le había hecho de quien era la persona que le disparó no era solo una duda, Karla tenía sospecha que Daniel lo había hecho. Miró el reloj que estaba junto a la mesita de noche, eran las ocho y cuarto, mientras buscaba ropa se dio cuenta que hoy solo haría cosas en su despacho, optó por algo informal.

Desayunó con sus padres y hermanos, los cuales se irían a sus casas, era lo que le habían informado cuando empezó el desayuno, su hermano se encargaba de su empresa, mientras que su pequeña hermana volaría hasta Londres.

—Solo quiero desearles suerte a los dos, Santi estamos en contacto, pequeña échale muchas ganas a la escuela de modelaje. Los voy a extrañar. — Los abrazó a ambos, tenía quizás años que no se daban uno.

—Tambien te vamos a extrañar hermana— Santiago dijo mientras deshacía el caluroso abrazo.

—Cuando estén de vuelta tengo pensado unas vacaciones. —Aclaró Line.

—Estupendo, ¿A dónde iremos este año?. — Su pequeña hermana estaba alegre, siempre le parecía agradable estar en familia, viajando.

—Es sorpresa, así que si quieres ir, tendrás que esforzarte más en esa carrera que tanto amas. — Le dio un beso en la frente y la volvió a abrazar.

—Chicos, debemos irnos. —Informó su padre.

Los hermanos caminaron con su maletas hasta llegar al vehículo y ayudar al chófer, extrañaría a su familia.

—Esta es la parte más difícil del año. — Imploro su padre.

—Quisiera que estuvieran siempre aquí conmigo. En familia. — Dijo algo desanimada.

—Te aseguro que los días pasarán volando tranquila hija, además, tu estas formando tu propia familia, está Karla y tu hijo. — "Tu hijo" esas palabras no lograban encajar en su vida.

—Papá. —Adrián miró a su hija.

—Dime cariño. — La cojio de los hombros.

—Yo.....yo....tengo algo que decirte. —A penas logro decirle.

—Cariño debemos irnos. — Su madre la interrumpió.

—¿Podría ser en otra ocasión? Por ahora debemos irnos cariño mío, estoy en comunicación contigo, te amo. — Le dio un beso y se fue.

De regreso dentro de su casa, fue directo a su despacho, tenía tanto trabajo por terminar que perdió la noción del tiempo, escucho como la puerta se abría de golpe, revelando a una Karla totalmente confundida.

—Hola, te estuve buscando en el exterior de la casa. — Dijo como si fuera algo obvio.

—Buenas...... — Miró su reloj — Tardes, pues tal parece que no buscaste bien. —se puso de pie. — Karla, cuando una puerta está cerrada es por algo, todos debemos saber que se debe tocar antes de entrar, por lo visto eso no te lo enseñó tu padre, pero no por ser mi esposa te da el derecho de entrar como Pedro por su casa, el despacho es un lugar privado exclusivo para mi, nadie puede entrar sin que yo esté dentro. Debes comprender que soy una mujer de negocios y todo los papeles que hay aquí, son realmente importante.

—Me quedó claro, solo quería ver si ibas a almorzar conmigo en la terraza. — Sonrió falsamente y se fue.

Line por un momento se sintió mal, pero, ¿Podría confiar en su mujer?. Algo le decía que si, por otra parte, no quería que por confiar plenamente en su esposa algo saliera mal. Tardó un poco en reaccionar así que fue a la cocina y le pidió a su nana que llevaran su almuerzo a la terraza junto a su esposa. Al ver a su mujer dándole la espalda, solo se aproximó hasta quedar tras de ella, se agachó un poco y la abrazó.