The Sirens [Zodiaco] [TS]

C H A P T E R T H I R T E E N

Sagitario

-¡Vamos, vamos, vamos! —miré a Gloria desde el sillón cruzada de brazos.

Estaba histérica viendo la televisión y sosteniendo un pedazo de papel. Se había hasta arrodillado en el suelo por lo nerviosa e inquieta que estaba.

Ustedes dirán, ¿Qué caracoles hacemos?. Tengan en mente que ni yo sabía que hacíamos. Ella había vuelto apresurada con ese papel y luego encendió la televisión por donde estaban por leer números —según había entendido yo—. Lo sé, algunas veces los humanos eran muy raros.

-¡POR FAVOR! —abrí los ojos por el semejante grito que había pegado desde el piso.

¿Debería de llamar a un doctor?.

-U-uhm... ¿Gl-Glor-

-¡No ahora, Sagi! ¡La tía Gloria está muy ocupada! —giré nuevamente mi cabeza hacia la TV esperando algún indicio de lo que estábamos haciendo.

Pasaron unos minutos y en la pantalla comenzaron a pasar miles de publicidades, pero ni con eso se quería despegar del aparato, estaba esperando a que el programa volviese o estaba entrando en un ataque de locura. Ambas opciones sonaban tentadoras.

-¡Ma! ¡Ma! —escuché la voz ronca de Piscis en la planta de arriba.

-¡En la sala! —vi por la ventana como la gente que pasaba estaba completamente agotada.

Y es que era normal, afuera el sol estaba que partía. Pobre de ellos, ni siquiera saldría a la esquina así. Eso, amigos míos, se llama masoquismo extremo.

El mismo presentador volvió luego del pequeño corte comercial, al mismo tiempo que Piscis entró a la sala. Me giré levemente para verlo, y no sabía que podía derretirme más rápido: el sol o él. Piscis Hudson era realmente guapo;poseía un cabello entre miel y rubio, una pila de rulos se levantaba en su cabeza dandondele un aire sumamente atractivo, luego teníamos esos hermosos ojos verdes claro que hacían contraste con su piel un tanto bronceada. También nos encontrábamos con sus labios carnosos rosados y su mandíbula marcada.

¿Es mi idea o el sol logró entrar a la casa?

Me giré nuevamente luego de admirarlo unos segundos, no quería parecer obvia ante su presencia y mucho menos que le cuente eso a su novia, la cual no me caía. No es que solo porque fuera novia de él, no me cayera. Ella era muy falsa y demasiado posesiva —por no decir una tóxica endemoniada—, así que no me quería imaginar el berrinche que haría si se enterase que vivían como 6 chicas bajo el mismo techo que su novio.

Y eso que ya me había tratado mal cuando me la encontré en la playa. Así que imagínense si se enteraba o le contaban, nos podríamos considerar peces muertos.

Solo esperaba no encontrarmela más, y menos si no estaba con Piscis. Después de todo  las monedas teníamos doble cara, y esta chica parecía una que daba giraba constantemente viendo como te trataría.

-Mamá —escuché a Piscis como por quinta vez hablándole a Gloria.

-¡Shhh! ¡Brian dará los resultados! —sonreí levemente por eso, aunque no entendía ni un caballito de mar.

Pude notar que Piscis estaba nervioso y ansioso, revisaba su reloj constantemente mientras sentía los pequeños repiqueteos de su pie contra el suelo. Definitivamente estaba apuradisimo y ese apuro tenía un nombre: Lissa Young.