Jimin se acurrucó contra la pared con las cejas arrugadas en un ceño desesperado y con la punta de sus dedos revoloteando por su cara y sus labios, en busca de limpiar las lágrimas fuera de su rostro así como acallar los sollozos que las frazadas no podían.
Era una de esas noches en que Yoonji no venía a dormir.
Y tal vez no le dolería tanto si ella no supiera lo que su mejor amiga estaba haciendo. Acostándose con cuerpos al azar y besando bocas bonitas que no eran la suya.
No podía comprender la satisfacción que la pelinegra encontraba en agregar personas nuevas en su larga lista de intimidad, cuando Jimin sólo quería ser amada por una sola persona en todo el planeta.
Por ella.
Pero Yoonji era lo suficientemente recatada para dejarla fuera de esos cuerpos y Jimin lo bastante temerosa como para intentar pasar la línea que la otra había trazado para ambas.
Esa misma tarde, Taehyung había corrido a su casa después de clases para decirle que Mina le había contado, que Momo dijo que la hermana de Seonghwa llevaba calentando la cama de la mayor tres noches seguidas.
Ahora entendía los rasguños en el cuello, la sonrisa misteriosa y el aire satisfecho que Yoonji había estado teniendo los últimos días, y hoy seguro que era la cuarta ocasión que se verían.
Sabía que se veía patética, llorando a gritos por su corazón roto, tan miserable que su familia se pasó con ella todo el día de hoy.
Jeongyeom, su hermana mayor, había entrado a su habitación cuando la escuchó llorar, mirándole con esos ojos compasivos y diciéndole con voz calma que no pretendía ser cruel con sus sentimientos pero que ella y Yoon no eran más que mejores amigas, estrechándola entre sus brazos al ser superada por el dolor de nuevo.
Las gemelas Yuri y Yijae, también entraron con galletas y sonrisas tristes, abrazándole en silencio. Su hermano Jaemin le besó la frente mientras le teñía el pelo de rosa y Seulgi le había trenzado el cabello después de que el tinte se secó junto a su llanto.
Seokjin le llamó cerca de las siete, y ella se había deshecho en sollozos porque se sentía tan confortada pero igualmente culpable por robarle el tiempo a todos, incluso a su hermano mayor. El mismo que se tomó un respiro de su ajetreada vida universitaria para decirle que la amaba y aconsejarle del tema.
Cerró los ojos, sintiéndose querida y desgraciada a partes iguales. Ahora era casi medianoche y Taehyung acababa de irse hace media hora cuando su madre había pasado por ella. Estuvieron comiendo chucherías, vieron una película romántica y su alma gemela le pintó las uñas con un esmalte azul oscuro cuando se echo a llorar una vez más.
También se habían puesto mascarillas y la castaña le aplicó hielo para reducir la hinchazón de su rostro. No había servido de nada al parecer, porque ya debía de verse horrible a este punto.
Estaba por bajar por un vaso de leche tibia o a lo mejor tomaría más chocolate caliente -ese que su mamá hizo para subirle los ánimos-, cuando el ruido en la ventana le estrujó el corazón. Era Yoonji.
El seguro se había descompuesto hace tiempo y era fácil abrirla tanto por dentro como por fuera. Seulgi dijo que lo repararía pero cuando la pelinegra comenzó a escabullirse por las noches desde que descubrió lo del cerrojo, Jimin se había negado a dejar que su hermana lo arreglara.
Se arrepentía de haber disuelto a la dulce rubia de ello.
Las bisagras crujieron y la alfombra sobre la moqueta silenció las pisadas en medio de la oscuridad. Ahogó la cara contra la almohada, su corazón siendo apuñalado y el pánico haciendo su cuerpo temblar.
Se cubrió en toda la valentía que pudo reunir para quedarse quieta mientras contenía la respiración, pero todo la abandonó cuando la cama se hundió y los delgados brazos fríos la envolvieron.
Las lágrimas volvían a deslizarse sobre ella y su corazón se estrelló con una fuerza enloquecedora contra sus costillas. Se retorció fuera del abrazó con el primer lamento atravesando sus labios. Entonces todo se derramó.
—Ya estoy aquí —le dijo ella.
Ese es el problema.
Pero Jimin fue incapaz de responder algo, con el llanto sumergiéndola con brusquedad y el dolor empujándola hasta el fondo. Los gritos se le agolpaban en un nudo y le temblaban las manos, las mismas que aferraban la camiseta de la otra joven en su cama con dedos de acero, esa que la sostenía y que justo ahora estaba cubriendo sus labios con los suyos, en el beso más amargo de la vida de Jimin, pero uno de los tantos que guardaba con adoración en su magullado corazón.
—Bebé —le susurro con el aliento cubriendo sus humedas pestañas. —Yo siempre voy a volver a ti.
Y esas palabras eran suficientes para robarle la respiración, porque cuando las luces se apagaban y nadie más podía oír, a puerta cerrada y con el sabor de otros cuerpos sobre ella, el corazón de Yoonji le pertenecía.
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In my bed [yoonmin]
FanfictionPorque sin importar qué, al final del día siempre es mi cama a la que vuelves. Y entonces, es cuando al menos puedo tenerte sólo un poco. 🌧 one-shot. 🌟 yoonmin fem! 🌧 angst, romance AU! 🌟 publicado;; 29 de Agosto 2020.