Entre mis manos estaba la yukata de Gin, su olor estaba impregnado y me hacía recordar cada momento junto a él. Mi pecho dolía, me costaba creer que mi deseo de al fin tocar a la persona que amaba, se cumpliera segundos antes de su muerte y más que nada como una despedida. ¿Realmente ese era el final? No lo volvería ver, como sabré si donde quiera que esté el me recordará.
-¿Por qué no me di cuenta antes de tus sentimientos Gin? ¿Por qué, te vas por ayudar a alguien más? Te esforzaste tanto en no ayudarme, en no coger mi mano al levantarme, y por sacar a luz esa bondad tuya, ahora no estás junto a mí.
Me puse de pie y tomé la máscara que me obsequió, el primer y último regalo que alcanzó a darme, además de su hermosa compañía durante todos mis veranos desde que nos conocimos.
Caminé entre el bosque y las palabras de los youkai me traían un poco de paz. Sus agradecimientos me permitieron saber que pude conseguir su deseo más anhelado, y eso me tranquilizó.
Recuerdo haber llegado a casa fingiendo una sonrisa ante mi abuelo, pero no pude ocultar el dolor que sentía y el no tardó en percatarse. No me levanté de mi cama hasta que finalizó el verano y volví a la escuela.
***
-Takegawa te he notado triste desde que volvimos de las vacaciones ¿Ocurre algo?
-No te preocupes ___________, estoy bien. Solamente extraño a un amigo que tengo hace años, él está...- Mis ojos se llenaron de lágrimas y no pude decir ninguna palabra más, mis manos temblaban y mis piernas no respondían. Habían pasado 4 meses desde que abracé por última vez a Gin, pero mi dolor era como si fuera ese mismo día. Repentinamente los brazos de _____ me rodearon. - ¿Qué haces?
-No quiero verte triste Hotaru, digo Takegawa. -Noté que ___ se sonrojó, pero no le tomé importancia.
-Tranquilo, no te preocupes llegaremos tarde a clases. –En ese momento, mi corazón se pausó un minuto, por un momento sentí el olor de Gin junto a la briza que sacudió mi cabello, miré hacia todos lados esperando a que apareciera, pero solo quedo como eso, un deseo.
Finalizó el día, recogí mis cosas y caminé hacia mi casa. Llegando tomé un baño y entre a mi habitación, cerrando la puerta para que nadie me interrumpiera. Me arrodillé frente al altar que le había hecho a Gin, su máscara estaba sobre una mesa junto a mariposas blancas que realicé de papel. Me recordaban a las que siempre revoloteaban junto a él y le sacaban una sonrisa. Finalmente comencé mi oración hacia el Dios de la montaña, como todos los días a la misma hora.
-Dios de la montaña, espero estés cuidando de Gin ahora. Vengo a pedirte lo mismo de todos los días. Permíteme compartir una vida junto a él, sé que sus padres lo abandonaron, pero yo no pienso hacerlo. Devuélvele su vida humana, por favor te lo ruego.
***
Pasó los días y las intenciones de _____ cada vez era más claras. El último día de clases se me declaró bajo el cerezo de la escuela y lamentablemente no pude corresponderle, mi corazón le pertenecía a Gin. No obstante, él nunca se rindió y sus detalles cada vez me sorprendieron más. Llegó el verano y decidí no ir donde el abuelo, mi corazón aún dolía y no podía recordar lo sucedido.
Pasaron los años y me encontraba cursando mi último año de colegiatura, ______ me invitó al festival de otoño. Acepté, después de todo éramos amigos. Comimos, y jugamos varias cosas, recuerdo que fue un rato bastante agradable hasta que bajo los fuegos artificiales me besó.
-Lo siento no quise incomodarte.
-No pasa nada, agradezco todo lo que has hecho por mí, pero sabes que no puedo corresponderte.
-Tu corazón pertenece a alguien más ya lo sé. Se nota mucho en tu mirada que lo extrañas.
-La verdad no sabes cuánto.
-Tranquila, te llevaré a casa. Gracias por aceptar venir conmigo.
Llegué a mi casa, y unas ganas de ver a Gin me invadieron radicalmente. Comencé a llorar y un calor cálido me recubrió completamente, su olor nuevamente se hizo presente, pero él no estaba allí y me decidí. Al día siguiente fui a comprar boletos para ir donde el abuelo, hice mis cosas y fui segura de lo que buscaba.
Antes de llegar a casa de mi abuelo me desvié, caminé hacía la entrada del bosque. Me hubiera gustado que él estuviera ahí, esperándome como cada verano. Pero no era así.
Me adentré al bosque y ahí estaban los mismos youkai que recordaba.
-Hotaru, que grande estás ¿Qué haces aquí? Hace mucho que no venías.
-No podía, la verdad me cuesta mucho estar de pie aquí sin él.
-Nosotros también lo extrañamos Hotaru, más de lo que tú piensas. Después de todo, nosotros lo vimos crecer.
-Les agradezco todo lo que hicieron por él.
-Y nosotros ti Hotaru.
Seguí adentrándome por el bosque, hasta aquella orilla donde el esto por ultima ves. Mis lágrimas no pude retenerlas y caían una tras otras por mis mejillas.
-DIOS DE LA MONTAÑA, SOY TAKEGAWA HOTARU Y HE VENIDO HASTA AQUÍ PARA DARTE MI PLEGARIA QUE TE HE DADO POR AÑOS. DEVUELVEME A GIN.
Permítelo vivir, junto a mi...-Dejé caer el peso de mi cuerpo y rompí en llanto sobre el pasto, estaba destrozada, cada segundo sin él era un sufrimiento.
-GIN DONDE QUIERAS QUE ESTÉS, TE AMO ¿ME OISTE? CADA SEGUNDO JUNTO A TI FUERON LOS MEJORES, TE AMO, SIEMPRE QUISE SOSTENER TU MANO, ABRAZARTE. Pero te has ido, y no puedo olvidarte. Dios por favor, concédeme este deseo.
Los días pasaron y después de la visita de mi abuelo, volví a casa. Las plegarias a Dios de la montaña eran menos frecuentes y mis ganas de seguir estudiando también. Caminaba en silencio por la nieve de camino al colegio, me preguntaba si Gin estaría usando mi bufanda, sonreí, me hubiera gustado verla con ella alguna vez.
Mientras recordaba nuevamente esa calidez me invadió, y su olor se hizo presente. Deseaba voltear, pero no, sabía que no estaría y eso me dolía, por eso seguí mi camino, pero repentinamente.
-HOTARU!
-Esa voz...-Me volteé, su sonrisa. -¿Gin?- Extendió sus brazos, como aquella vez. Dejé caer mi bolso y entre lágrimas corrí a ellos.
-Hotaru, te extrañé.
-Gin, ¿cómo es posible?
-El Dios de la montaña te escuchó. Aparecí entre las plantas del bosque y vine por ti. Soy un humano gracias a ti.
-Gin...
-Hotaru, te amo. - Lo que tanto había deseado, se había vuelto realidad.
-Gin, yo también te amo.
ESTÁS LEYENDO
Final alternativo para Gin y Hotaru
Romance¿Alguna ves han visto alguna serie o libro que no los haya dejado contento con el final? Escribí a modo personal el final que me hubiera gustado que le dieran a estos personajes que tanto les tomé cariño. Espero les guste.