Capítulo único

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Cuando Claudio estaba estudiando medicina decidió buscar un hobby con el cual distraerse del estrés que su carrera le producía, así que un día se sentó frente a su computadora en busca de algo que le llamara la atención y pudiera llevar acabo.

Busco en diferentes páginas y videos pero nada le convencía lo suficiente, cansado apago su computadora y decidió ir a prepararse algo de comer y ver algo en la televisión de su departamento, era su día libre y aprovecharía para no hace nada.

Con su comida en un plato se sentó en su sillón para empezar a buscar algo que ver, entre cambio de canales uno le llamo la atención, se podía ver a una chica siendo maquillada por un chico que parecía un poco mayor, al parecer era un comercial de cosméticos.

No sabe decir que fue lo que le llamo la atención de aquél comercial pero se quedó observándolo fijamente hasta que terminó, escucho atentamente las instrucciones que el chico decía y su mirada siguió las suaves pinceladas que hacía en el párpado de la chica con una pequeña brocha café.

El maquillaje no era muy extravagante, era bastante natural y hacia resaltar las facciones de la joven modelo, en algún punto se pregunto cómo se sentiría tener esa habilidad de crear arte en el rostro y conseguir una armonía con los colores.

Casi por impulso tomó su celular y busco una buena marca de cosméticos que se ajustará a su presupuesto, después de una búsqueda intensiva encontró varias cosas que le agradaron, compro lo que creyó que sería suficiente para empezar.

Días después su pedido llegó, lastimosamente por su estudio no pudo ni siquiera probar lo que había comprado, tenía que esperar a tener otro día libre o hacer un esfuerzo entre sus horas de sueño.

Varias veces lo habían atrapado observando a alguna compañera, sus amigos lo molestaban diciendo entre burlas que se consiguiera una novia si tanto necesitaba, ¿Cómo les explicaba que no observaba a la chica en si? Que en realidad lo que le llamaba la atención era el maquillaje que traía ese día.

Un día después de estudiar para un examen importante que tendría el día siguiente tomó lo que ya hace mucho había comprado y decidió probar un poco, solo vería un tutorial e intentaría imitarlo, tendría previsto acabar rápido y así dormir lo suficiente.

No durmió nada esa noche.

Cuando empezó a maquillar su rostro llegó un punto que ya no paro, probó diferentes cosas y en ocasiones se reía cuando se veía en el espejo y veía lo que había hecho, no se veía nada estético pero se divertía. Las horas pasaron y el seguía jugando con los colores y aprendiendo con videos diferentes técnicas.

Estaba desmaquillándose cuando observó la hora en su celular y noto que le quedaban dos horas para que iniciara su horario escolar, sorprendido se dio cuenta que se había divertido tanto jugando con el maquillaje que no se ha la dale cuenta del tiempo transcurrido.

Guardo todo en el cajón de su baño para luego darse una ducha rápida, quería repasar un poco los temas que había estudiado la tarde anterior antes de entrar a clases y necesitaba apurarse.

Con el tiempo se graduó de la escuela de medicina con honores así que le mandaron a su servicio al hospital de la ciudad de los santos donde se quedó a vivir definitivamente.

Su gusto por el maquillaje se había mantenido  y ya no le incomodaba que sus compañeros lo supieran, habían ocasiones dónde hasta sus compañeras doctoras y enfermeras le pedían de favor que las maquillara para una cita o algún evento que tuvieran, el encantado aceptaba.

Con el tiempo había descubierto que disfrutaba más maquillar a otros que así mismo, lo seguía haciendo pero con poca frecuencia, a veces lo hacía para darle un toque al tatuaje que tenía en el rostro.

Las parejas que había tenido no siempre aceptaron su gusto, o al menos las novias que alguna vez tuvo, ya que llegaban a creer que el era gay y no importaba cuando lo negara, nunca le creían.

Después de una fiesta confirmo las sospechas de sus antiguas parejas. Su primer novio fue maravilloso pero por cosas de la vida tuvieron que terminar y separar sus caminos, nunca se volvieron a encontrar.

Había tenido más parejas pero nunca había querido a ninguna como al primero que lo enamoró, hasta que en un día de trabajo encontró a su musa.

Ni siquiera paso por su cabeza que después de un accidente donde el tendría que participar como parte del equipo médico el encontraría al amor de su vida, pero si fue.

El fue el encargado de curarlo y operarlo por las múltiples heridas se tenía, cuando despertó el estaba a su lado verificando que todo estuviera en orden, lo primero que pensó Claudio es que su paciente tenía unos ojos muy hermosos.

Entablaron una conversación muy amena dónde el respondía el coqueto de su paciente con pequeñas risas o distraía la plática al estado del de cresta

Cuando estuvo recuperado lo envío a casa a descansar, no creyó volver a verlo y se equivocó, se apareció varias veces por el hospital, o herido o acompañando a un amigo suyo que necesitaba atención médica.

Con el tiempo se conocieron más y decidieron darse una oportunidad, con los dos de acuerdo planearon su primera cita, sobra decir que fue un rotundo éxito. 6 citas después empezaron una relación y poco después se mudaron juntos, muy apresurado pensaba él mejor amigo de el de cresta.

Y talvez tenía razón pero no les importaba.

Mientras vivían juntos descubrieron lo que mutuamente amaban hacer, Claudio descubrió que Horacio se veía hermoso con cualquier tipo o estilo de maquillaje que tuviera en el rostro y Horacio descubrió que Claudio era el mejor maquillista que alguna vez había conocido.

Se complementaban de manera única, jugando con los diferentes colores de las paletas de maquillaje, o riendo cuando el delineador salió o muy chueco o muy ancho.

Los dos se tenían que despertar temprano por sus trabajos, el como médico y Horacio como policía, se despertaban antes para que Claudio pudiera maquillarlo y les sobrará el suficiente tiempo para hacer las diferentes actividades que se hacen en la mañana.

Horacio se sentaba frente al tocador que compartían y Claudio a su lado hacia su magia con las brochas como decía Horacio, empezaba con los ojos para evitar desastres con la base, el quería que su novio se viera más hermoso de lo que ya era y las sombras con mucho pigmento no lo iban a evitar.

Había ocasiones dónde lo maquillada demasiado extravagante y duda si le gustaría pero luego escuchaba a su novio casi gritar de la emoción al mirarse en el espejo y las dudas desaparecían, a veces se olvidaba que extravagancia era el segundo nombre de su hermoso novio.

El armario que compartían era muy gracioso si lo abrías, la mitad estaba lleno de ropa oscura y la otra mitad era un explosión de color, desde chaquetas, bufandas, pantalones, camisas y uno se otro vestido, pero esos solo eran para la intimidad de ellos.

Les gustaba jugar que hacían pasarelas aunque Claudio fuera totalmente opacado por lo fantástico que se veía Horacio con todo lo que se ponía.

Recuerda la fiesta de cumpleaños de su cuñado (como el le decía) Gustabo se fue organizada por el novio de este. El se había encargado del maquillaje de su novio, se había esforzado o para que fuera una combinación perfecta con la ropa que su novio había decidido llevar.

Horacio recuerda las miradas se recibió ese día, todas de admiración y sorpresa, el había destacado más que el mismo cumpleañero y eso al organizador de todo no le había hecho mucha gracia, pero después de unas palabras de Gustabo había aceptado que Horacio siempre destacaba de todos.

Juntos disfrutaban de lo que amaban y se apoyaban entre ellos, las risas nunca faltaban en ese departamento que compartían, Horacio era su modelo y el se encargaría de hacerlo resaltar más de lo que ya lo hacía.

Después de todo el amaba maquillar a Horacio.

Carolcons
27/06/30

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