El escenario de esta historia es una humilde casucha de latas y viejos maderos, todo empieza cuando nace Juana, una hermosa niña rodeada de pobreza, carencia de alimentos y todo lo que se necesita para sobrevivir, Juana es la hija de una típica pareja de alcohólicos recicladores, quienes jamás planearon traer un hijo al mundo, debido a los excesos, descuidos y falta de control por parte de la pareja, Juana crecía en un mundo al que odiaba desde muy pequeña, pasaron los años y la niña se volvía cada vez más bella y con tan solo 8 años fue vendida por sus padres a un hombre obeso, sudorosos y mal oliente, Don Clemente fue el primero quien irrumpió en la inocencia de Juana, perpetuando su tierna pureza, sin importarle que podía ser su hija, hizo caso omiso ante las súplicas de la pequeña, bajando el sucio pantalón que tenía puesto y dando rienda suelta a su asquerosa pasión enferma.
Esto se hizo una cruel costumbre por parte de sus progenitores, vender el tierno cuerpo la niña a cambio de botellas de licor.
Al cumplir 15 años, Juana, harta del abuso constante de sus padres quienes vendían a su propia hija por alimento para su vicio, dándose cuenta de la crueldad de la que era víctima, llorando tristemente el día de su cumpleaños decidió ponerle fin a esta tortura, mientras sus padres yacían en los miserables catres, húmedos y sucios, Juana de manera malévola tenía otros planes para su vida, en la que sus padres no estaban incluidos, fue así como regó todo el alcohol que había en el lugar y echó fuego mientras se alejaba sonriente teniendo la certeza de que solo quedarían cenizas y latas retorcidas después que el fuego se consuma.
Juana no sabía dónde iría, pues jamás había conocido otro lugar que no sea el nauseabundo cuarto en el que fue tan abusada e infeliz.Caminaba con rumbo incierto, mientras caía la lluvia que refrescaba su alma y sus pensamientos sobre lo que haría ahora. Un camión se cruzó en su camino y al ver a la muchacha sola, le ofreció un aventón, Juana aceptó la ayuda que le brindó el amable sujeto y subió al viejo camión, entre el diálogo que mantuvieron ambos, el chófer del camión interrumpió con una atrevida pregunta: ¿Cuánto cobras por dar placer? Irónicamente Juana había hecho esto toda su vida, pero jamás había cobrado por aquello, estaba acostumbrada solo a cerrar los ojos, no hablar y a no sentir, así lo hizo y por primera vez sacó provecho de su cuerpo, del cual siempre habían abusado pero nunca recibió algo a cambio para ella, recibió el dinero suficiente para pasar la noche en un cuarto caliente y seco.
Juana se había convertido en una atractiva jovencita que acompañada de maquillaje, reflejaba a una hermosa mujer desde el primer cabello hasta la planta de sus pies, se admiraba en el espejo, veía sus labios y saboreaba lo que podía conseguir a cambio de un momento en el que debía cerrar los ojos, pensaba en la vida que estaba por vivir, fue así como empezó su vida de meretriz, una meretriz que escogía a sus clientes, a los poderosos y adinerados, a los que le den mucho y no a quien solo le de una botella de licor.
Al cumplir la mayoría de edad, siendo ya una mujer hecha y derecha, Juana, por primera vez, festejaría su mayoría de edad y todo lo que había logrado en tan solo tres años de su vida, es en esta fiesta donde conoce a Andrés, un joven alto y guapo, Juana jamás había sentido atracción por ningún hombre, solo los veía como material de trabajo, con Andrés fue distinto, sintió un flechazo de esos que mueven el piso, las paredes, los muebles y todo a sus paso, este episodio solo marcaba un vil juego del destino de Juana, un destino que ya estaba marcado, la hermosa mujer tomó la iniciativa y entabló una conversación con el hombre, el hombre que cambiaría su vida por completo, pasaban los días y los jóvenes frecuentaban salidas y viajes que Juana costeaba, Andrés no sentía atracción por la muchacha, sino por lo que ella le ofrecía, fue por esta razón que Andrés le propuso vivir juntos, Juana pensó automáticamente en una familia, la que jamás había tenido, hijos, un perro, un jardin, mientras que Andrés solo pensaba en que ella trabaje el doble o hasta el triple para costear sus gustos, Juana lo daba todo por él, pero él no daba nada por ella, Juana empezó a ser golpeada y extorsionada como mercancía, la historias de abuso se volvía a repetir, ya no con sus padres, sino con su pareja, poco a poco su belleza se apagaba debido a los constantes puños que se estrellaban en sus mejillas, sus contorneadas piernas se marcaban ante las patadas que recibía, Juana aún ciega de amor, justificaba cada acto que le propiciaba Andrés, pero la gota que derramó el vaso fue el momento en que Juana queda embarazada.
Embarazada e ilusionada le da la noticia al amor de su vida, Andrés se enfureció tanto porque ya no tendría la fábrica de dinero a la que estaba acostumbrado que le golpeó y pateó insistentemente su vientre, lo que provocó que perdiera a la criatura y quedara estéril. Juana abrió los ojos dolorosa y cruelmente, cuando estubo recuperada del todo, volvió a casa pero con un nuevo macabro plan en su cabeza, terminar con la vida de quién la había vuelto una mujer vacía, días después Juana preparó un exquisito desayuno para Andrés, un desayuno con ingredientes especial "veneno" y mientras contemplaba a Andrés comer le dijo:
¿Está rico tu desayuno envenenado?
Lo que despertó el miedo y a la vez la furia de Andrés quien lanzó un manotazo a Juana mientras empuñaba el tenedor, marcando la poca belleza que quedaba de la joven, Andrés agonizaba mientras extrañamente Juana agrandaba su herida haciendola sangrar, con el objetivo de poner fin a su existencia, mientras se iba lentamente su vida con cada gota de sangre, se iban también los recuerdos de la niñez que nunca disfrutó, las dolorosas caricias que recibía, cuando aún era una niña, en la mercancía sexual que se convirtió con tan solo ocho años, en la asesina que mató a sus propios padres cuando cumplió quince, en la vacía y desfigurada mujer en que se había convertido, Juana murió en un lago de sangre y así, su destino llegó a su fin. Juana nunca pudo ser feliz, a pesar de la gran belleza que poseía, belleza que fue su triste condena.
ESTÁS LEYENDO
Inocencia Arrebatada
Short StoryEsta es la historia de Juana, quien fue vendida por sus propios padres desde los ocho años.