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Soy Samara y soy la esposa del Diablo, ¿Como llegué hasta este lugar? Les contaré.
Solía ser un Ángel, era el ángel más bello y sensual de todos en el reino de los cielos, mis alas eran tan grandes y hermosas, también era una guerrera pero solo unas cuantas veces fui a la tierra y la última vez me mandaron a la tierra lo arruine.
Empecemos por el principio.
El reino de los cielos, donde todo es felicidad. Mi vida era una rutina constante y divertida, veía a los humanos desde arriba, era mi pasatiempo favorito, no podían volar, se frustraban por todo pero era impresionante ver que la mayoría no se rendía.
Los humanos son muy interesantes.
Mi hermano Uriel es un Arcángel de Dios, el encargado de las tierras y de los templos de Dios, a veces es enviado a la tierra para ayudar a los humanos poseídos o los perdidos en el mundo de alcohol y drogas.
Ha enfrentado a algunos demonios cara a cara, es el guerrero más fuerte que tiene Dios.
Antes fue elegido como ángel caído, pero no se llegó a nada.
Y para que no me malinterpreten, antes los ángeles caídos eran los soldados de Dios que cayeron a la Tierra luchando contra los demonios de Satán. Estos seres nacían como seres humanos y morían como tales, volviendo a renacer con el mismo aspecto en otra vida. No podían permanecer junto a mujeres debido a su conexión con Dios, por lo que les era imposible tener hijos. En el Apocalipsis los ángeles caídos recuperarian sus alas y pelearian para defender a los humanos de los demonios.
Pero luego cambió, un ángel caído es un ángel expulsado del cielo por desobediencia o rebelión a Dios.
Yo siempre estaba a lado de él, nos queremos mucho.
—Samara, cargame —me dice Santiago, él es uno de los niños que cuido.
Murió en un incendio y le agarré mucho cariño cuando recién llegó, él se robó mi corazón con su sonrisa, con sus grandes cachetotes y sus ojos verdes, cuando recién llegó aquí estaba tan asustado con sus ojos llorosos y rojos, él me da mucha felicidad, a veces le cargo y paseo con él mostrándole las maravillas del paraíso.
Cargo a Santiago con mis brazos y vamos volando por encima de los árboles. Desciendo justo frente a un río y lo bajo, Santiago comienza a correr hacia la cascada y comienza a reir mientras da vueltas de felicidad.
Es impresionante cuántos niños están aquí, no deberían, algunos murieron por violacion, otros por intoxicaciones, cosas horribles.
Me hacía amiga de los niños, mi don con estos niños es hacerles olvidar el sufrimiento y el dolor que ellos sentían al llegar aquí, curaba sus tristezas y las heridas de su alma y así ellos se sentían mejor y se sienten seguros a mi lado.
—Samara, ¿Dónde está tu hermano? — me pregunta Santiago acercándose a mí.
—No lo sé, no lo he visto hoy, pero ¿me acompañas a buscarlo? —extendí mi mano para que vuelva a mis brazos. Santiago sonríe ampliamente y asiente con la cabeza.
Vamos volando hacia el centro, donde se encuentra El Gran Palacio Celestial, los árboles son frondosos y verdes, siempre están por todos lados. Mi hermano si no está practicando, está ayudando en misiones. De repente todos comienzan a huir, nubes oscuras cubren los cielos, rayos enormes salían de estas, los guerreros y arcangeles habían sacado sus espadas listos para atacar ¿Qué estaba pasando?
—Santiago, será mejor que te deje en un lugar seguro —volví a cogerlo en mis brazos y volé.
Cuando lo dejé en un lugar seguro, regresé a aquel lugar.
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La esposa de Satanás *COMPLETA*
RomanceSamara, un ángel guerrera sin duda muy hermosa y con una sensualidad fascinante, una guerrera fuerte, encargada también de darles paz y alegría a los niños que llegaban allí; pero cuando el mismo Diablo entra al paraíso a robar a su hermano Uriel, S...