Parte 5

144 17 0
                                    

- ¿Romina? - Pregunto sorprendida, en menos de una semana se sabía mi nombre, vaya.

-Perdón- Fue todo lo que pude decir, me fui de ahí y regresé con mis amigos.

- ¿Romí, ¿dónde estabas? - me pregunto Regina.

- Fui por una cerveza- Contesté aun un poco sorprendida.

- ¿Y la cerveza?

- ¿Cómo? - pregunte sin saber de qué estábamos hablando.

- Me dijiste que fuiste por una cerveza, pero no traes nada, ¿estás bien?

- ¿Eso dije? No no no, fui al baño- conteste para cambiar un poco la conversación.

- No lo sé, estas muy extraña, pero bueno, vamos a bailar.

- Vamos – creo que no quedo muy convencida de los que le dije, pero no preguntara mas sobre el tema.

Seguimos bailando un rato más, pero yo no podía sacarme de la mente que a la maestra le gustan las mujeres, ¿acaso podría tener una oportunidad con ella? No sé como es que iba a poder verla en las clases.

Llego la hora de irnos y rafa muy amablemente me llevo a mi casa, yo ya estaba un poco mareada para ese entonces, al llegar a mi casa, me estaba despidiendo de rafa, cuando intento darme un beso.

- ¿Qué haces? - Le pregunte retirándome

-Yo, lo siento romí, pensé que tú querías.

- ¿Qué te hizo pensar eso? Hagamos de cuenta que esto nunca paso, buenas noches rafa- Baje de su auto muy rápido y entre a mi casa.

Ya en mi habitación tenia muchas cosas que pensar, como en la maestra, quien diría que le gustan las mujeres, eso es muy interesante, podría tratar de conquistarla, pero no, es mi MAESTRA, y por otro lado rafa ¿Qué le pasa? Habíamos quedado en que solo somos amigos y el sabe que lo mío son las mujeres, aun así, tengo que hablar con él. De tanto estar penando me quede dormida hasta la mañana siguiente.

Baje a desayunar con mis papás con un poco de resaca, ellos ya estaban a punto de comenzar a desayunar.

-Buenos días, ¿iban a iniciar sin mí? – les pregunte un poco ofendida.

- Buenos días, hija, es que te miré tan cómoda durmiendo que no quise despertarte, aparte que tu cuarto olía un poco a muerto y no quise entrar- dijo mi papá riendo.

- Lo siento, se me pasaron un poco las copas anoche- le conteste un poco apenada.

-Solo ten cuidado hija- Me dijo mi mamá y así transcurrió tranquilo el desayuno.

Mi papá se fue a trabajar, ya que en estos momentos tenían mucho trabajo, mi mamá se quedo limpiando un poco la cocina, yo subí a darme un baño, pero antes de eso me llego una llamada de Daniela.

R: Hola, que milagro que me marcas.

D: De vez en cuando me gusta concederles ese milagro a las personas.

R: Entonces debo sentirme afortunada

D: Exacto amiga mía, pero bueno, te llamo para decirte que iré a la ciudad en un rato más, ¿te parece si vamos a comer?

R: Me encanta la idea, te veo en el café de siempre a las 3:00

D: Excelente, te veo por ahí, ¡besos!

La MaestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora