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Salgo del baño y veo a Elián sentado en la cama, nota mi presencia y conecta su mirada con la mía, me tenso de inmediato y sin saber que hacer le digo.
—Hola.
Sus ojos negros han vuelto a aparecer, sus labios se curvan en una sonrisa confiada y me mira de arriba hacia abajo.
—Te has puesto mi ropa —me dice—, aunque mi camisa te va grande, no tanto como para cubrir todo.
Siento mis mejillas arder, tomo la camisa y la bajo un poco. Gruño a mis adentros por dejar la manta dentro del baño.
—N-no tengo más ropa... —es lo único que sale por mis labios.
Se levanta de la cama acercándose a mí, mi piel se eriza cuando lo veo pasar por mi lado e irse al baño, me quedo allí parada, sin saber que hacer o donde ir. Elián sale minutos después con algo en sus manos, se coloca enfrente de mí y me sonríe.
—Ponte esto —me ordena.
Me tiende las prendas que tiene en la mano y sin pensarlo dos veces, las tomo, me dirijo hacia el baño y veo que es lo que me ha dado. Me ha dado una tanga negra, frunzo el ceño y no tengo más remedio que colocarmela, me ha entregado un vestido rojo largo, me lo coloco sin ninguna dificultad y noto como tiene una abertura por la parte izquierda.
Salgo del baño y veo a Elian ya vestido, tiene puesto una camisa blanca con los dos primeros botones sueltos, unos pantalones negros al igual que sus zapatos.
Se acerca a mí y toma mi cintura, me tenso de inmediato y trato de alejarme.
—No —digo firmemente.
Elian frunce el ceño para luego sonreír.
—Nena —se acerca a mi nuevamente mientras yo retrocedo, me acorrala contra la pared y siento mi corazón acelerarse—. Me encanta como te pones nerviosa cuando me acerco.
—Alejate.
—¿Recuerdas lo que hicimos? —me pregunta—Tu piel con la mía, gritabas mi nombre, te sentí tan jodidamente apretada.
Su mano me se cuela por la abertura del vestido tocando mi piel desnuda, sube tocando la tanga que me he puesto. Mis nervios salen a flote pero aquel cosquilleo comienza a surgir.
—P-por favor Elian —pido.
—Pensé que no te pondrías la tanga que te di y saldrias a pedir otras —suelta una risa y aparto la mirada—. Te arrancaría ahora mismo este vestido solo para mirar como te queda esa tanga negra.
Cierro mis ojos esperando que no lo haga, no quiero repetir lo que pasó. Escucho como golpean la puerta con urgencia, Elián frunce el ceño y mira la puerta.
—¡Larguense! —exclama.
—Mi señor, es urgente —le escucho decir a un demonio.
Elian me mira y gruñe alejándose de mí, suelto un suspiro y me relajo, si lo tenía cerca de mí unos segundos más, iba a perder la cabeza. Camina hacia la puerta y la abre, se nota lo furioso que está.
—¿Qué quieres? —le pregunta al demonio, me acerco a ellos y comienzo a escuchar.
—Lamento por la interrupción mi señor, pero ha pasado algo —frunzo el ceño ante su comentario—, y tiene que ver con ella.
El demonio me mira y vuelve a mirar a Elian para luego agachar su mirada, mi corazón se acelera y volteo a ver a Elian.
—Espera en mi despacho, nos vemos en dos minutos —sin esperar un segundo más cierra la puerta y se gira para mirarme—. Quédate aquí —me ordena.
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La esposa de Satanás *COMPLETA*
Lãng mạnSamara, un ángel guerrera sin duda muy hermosa y con una sensualidad fascinante, una guerrera fuerte, encargada también de darles paz y alegría a los niños que llegaban allí; pero cuando el mismo Diablo entra al paraíso a robar a su hermano Uriel, S...