Un delgado hilo de sangre causado por el arma lanzada escurrió por el brazo de Shen. Increíblemente la fuerza de Yao lo hacía retroceder, había pasado mucho tiempo desde que alguien logró algo así.
—¡Finalmente te encontré... primo! —dijo el príncipe con el rostro complacido.
—¿Tu aquí? —preguntó Shen incrédulo —. ¡Imposible!
Elizabeth quedó petrificada, el joven que recién apareció era increíblemente fuerte para ser tan joven, lo suficiente como para compararse a Shen. Y más que eso, lo que más le intrigaba a la pelirosa era el vago parecido que guardaba el chico con Shen.
—Por fin te tengo entre mi manos bastardo traidor —dijo el príncipe muy contento.
—«¿Cuándo se volvió tan fuerte?» —pensó Shen.
Las hojas se separaron y en un segundo se abrió una distancia de varios metros entre ambos oponentes. En el momento que reconocieron al príncipe, las personas a su alrededor empezaron a correr despavoridas y el lugar quedó vacío en un santiamén. En un puesto cercano, Natsu observó estoico con las manos llenas de comida y un pescado en la boca como la multitud se alejaba. Tragó su morisco y dirigió su mirada a dónde estaba Elizabeth, inclinó su cabeza al no comprender que ocurría.
Shen giró la espada en su mano derecha, listo para atacar o defender según fuera necesario. Yao mantenía su dao(espada curva) enfundada, sin la más mínima intención hostil. Observó de pies a cabeza a Shen antes de siquiera dirigirle la palabra, su ropa era diferente, mas humilde a lo que estaba acostumbrado a ver en él, su cabello también era más largo, suficiente para esconde su rostro y pasar desapercibido, pero lo que más molestó al príncipe fue la espada en su mano derecha, no una espada jian como solía ser, si no una espada occidental, larga y pesada.
—¿Qué pasó contigo Shen-Lee? Pareces tan diferente —dijo en tono muy familiar.
—Esa es mi línea —respondió el dragón —. La última vez que te vi eras un niño llorón.
—Bueno, han pasado muchas cosas estos últimos meses. ¿Qué me dices de ti? ¿Desde cuándo al gran Jiao-Tu utiliza una asquerosa arma occidental?
—Creo que tienes razón, han sido unos largos meses —respondió Shen muy condescendiente —. ¿Qué te trae por aquí pequeño Yao?
—¡Tu sabes! Algunos negocios, amigos que ver, personas que matar, lo normal.
—Ya veo, me alegro por ti Yao.
Antes que Elizabeth pudiera parpadear, ambas armas chocaron nuevamente y arrojaron chispazos al rosarse una contra otra, la pelirosa apenas podía creer que ese chico de unos diez u once años pudiera cruzar espadas con Shen con tanta facilidad.
—Veo que tu fuerza aumento, pero tú tamaño no —se burló Shen.
—Bueno, sólo los bastardos crecen rápido.
—No quiero hacer esto Yao —advirtió Shen visiblemente molesto.
—¡Yo si! —respondió el chico.
Los ojos del príncipe cambiaron como los de Shen, pasaron de un color negro opaco a un brillante violeta en el momento que empuñó su dao con más firmeza. Shen adoptó postura de combate, una daga se formó en su mano libre y colocó ambas armas en posición defensiva.
—¡Voy a matarte Shen! ¡Aquí y ahora! —bramó el príncipe.
—No lo creo —gritó Natsu —. ¡PUÑO DE HIERRO DEL DRAGÓN DE FUEGO!
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Fairy Tail: Valhalla
FanfictionEl amanecer de una nueva era trae consigo grandes aventuras y poderosos aliados. Más allá de los límites del continente héroes legendarios, reinos de fantasía y criaturas de pesadilla aguardan por el gremio más problemático de todos.