Capítulo 67: ¡Ahí viene el lobo!

3 0 0
                                    





Todas la personas en varios kilómetros a la redonda se petrificaron al sentir la monstruosa aura mágica emitida por Shen. Aldeanos, soldados que marchaban a paso firme rumbo al lugar de la conmoción, los magos de Fairy e incluso los dos reyes dragón que medían sus fuerzas suspendieron su batalla a orillas del río sólo de con percibirla.

Yao tembló de miedo a causa de la sed de sangre proveniente de Shen, retrocedió unos pasos, negó con la cabeza y recuperó el control de su cuerpo. Embistió a Shen y se dispuso a golpearlo con todas sus fuerzas. El fúrico dragón detuvo el golpe sin mucho esfuerzo y observó a un atemorizado Yao.

—¡I-imposible! ¿Cómo puedes usar magia tan rápido bajo mi hechizo? —preguntó el príncipe alterado.

—¡Imbécil! ¿Creíste que una magia de bajo nivel como esa podría vencer a la magia del primer rey de Xing? ¿A la raíz del Edén? ¡La magia que construyó los cimientos de Xing!

En su desesperación, Yao creó una explosión entre ambos sin medir consecuencias, Shen cubrió a Elizabeth rápidamente y recibió el ataque directamente. Yao tampoco pudo evitar el impacto y salió disparado en dirección contraria, atravesó la roca y casi cae de la montaña rumbo al río. Sólo sus veloces reflejos lo salvaron de la caída, al sujetarse de uno de los puentes colgantes tan fuerte como pudo, para luego regresar la mirada rumbo a la ciudad.

Shen salió por el hueco hecho en la pared, las sombras y el polvo levantado por la explosión le daban un aspecto siniestro y feroz. Sus ojos brillantes y sus afilados colmillos sólo aumentaban su intimidante apariencia, como una bestia salvaje acorralada y dispuesta a hacer lo que sea por sobrevivir. Caminó por el puente hacia donde Yao se encontraba, el chico subió a las tablas de madera y se preparó para seguir la batalla.

—¿Aún puedes continuar? —preguntó Shen muy arrogante —. Voy a reconocer tu determinación mocoso.

Yao se lanzó una vez más contra Shen y hubo un breve intercambio de golpes, el dragón detuvo el último ataque con facilidad y respondió con un impacto directo a la cabeza de su oponente. Yao se tambaleó, cayó de rodillas y tuvo que sujetarse de las cuerdas del puente para no caer, Shen lo golpeó una vez más en el estómago y el chico voló hasta el otro extremo del puente prácticamente inconsciente.

Shen sonrió burlonamente y avanzó confiadamente y lleno de tranquilidad. Súbitamente, el ambiente se volvió gélido en un instante, el agua del río bajo el puente se volvió hielo y un crujido alertó a Shen, quién dirigió su atención abajo. El hielo se partió en dos y del abismo helado salió un enorme dragón azul celeste, con una vaga apariencia de escualo, muy alargada con aletas en lugar de extremidades, dos cuernos sobre su cabeza y unos tentáculos justo detrás de ellos, saliendo desde su nuca y casi tan largos como las alas escamosas ubicadas en su espalda a los costados de una aleta dorsal.

La gran bestia embistió a Shen desde el aire y aunque este apenas tuvo tiempo de evitar los tentáculos, rápidamente fue atrapado por el hocico de la bestia. Cuando esas grandes fauces se cerraron, la bestia plegó sus alas y entró al hielo otra vez. Shen salió ileso del congelado río lleno de grietas y observó abajo, el hielo se derritió bajo sus pies y cayó al agua.

—Es inútil, soy invencible bajo el agua —rugió la bestia.

—«Ya lo veremos» —se dijo Shen conservando la calma.

Shen estaba varios metros bajo el agua, sus movimientos era limitados mientras que los de su oponente estaban en su mejor momento. La dragona rodeó a Shen un par de veces, como un tiburón acechando a su próxima presa. Cambió de dirección hacia Shen, pero este no se inmutó y espero paciente el momento adecuado para atacar.

Fairy Tail: ValhallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora