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Mis manos se mueven al ritmo de la música lenta, mi cabello recogido y mi vestido corto me da la libertad que necesito para poder ejecutar mis movimientos con agilidad. Mis saltos son altos, mis vueltas en piso son perfectas, la delicadeza con la que suelto mis movimientos son primorosos.
La música me acompaña en cada uno de mis movimientos, las lágrimas comienzan a salir sin razón alguna. Un aliento se escapa de mis labios como si hubiera pedido a gritos salir, arqueo mi espalda sentándome en el suelo mientras mantengo cerrados mis ojos dejando que todo en mi ser fluya.
"Don't stop loving me (loving me)
Don't stop loving me (loving me)
Just start loving me (loving me)"
No dejo de bailar, no dejo de fluir, no dejo de ser yo misma. No he visto a Elian después de la respuesta que le dí, mi preocupación no se disipa pero la hago aun lado para no desconcentrarme. La música se va terminando y con ella, termino yo.
Acabo de pie mientras lentamente abro mis ojos, aquella mirada que me intenta intimidar se hace presente. Fijo mi mirada en una de las sillas que se encuentra a lado de la puerta encontrándome con él, nuestras miradas se encuentran conectandose, parece estar calmado y no puedo evitar fruncir el ceño ante su presencia.
—¿Qué hace aquí? —le pregunto.
Se levanta de su asiento y comienza a caminar hacia mí. No doy ni un paso hacia atrás demostrándole que no le temo.
—He venido personalmente para enterarme de tu decisión —su voz gruesa hace que mi piel se erice. Sus ojos me repasan de arriba hacia abajo como si estuviera calificandome.
—La sabrás en la reunión —le digo y él frunce el ceño. Me estoy dando cuenta que Pleics quiere las cosas a su manera y no como se deben hacer.
Mi pecho sube y baja debido al cansancio, una ligera capa de sudor me cubre y mi cabello recogido en una cola me da algo de frescura.
—Eres débil —masculla—, muy muy débil —mi ceño se frunce y me cruzo de brazos por debajo de mi pecho.
—¿Qué es lo que quiere?
—Demostrarle a todos lo débil que eres —sus labios se curvan en una sonrisa—, comprobar que caes ante cualquier tentación como si fueras una simple humana.
Y sin esperarlo, sus labios atrapan los míos dejándome totalmente helada. Tardo unos segundos en reaccionar, mis manos se posicionan en su pecho y con toda la fuerza que tengo lo empujo lejos de mí. Me acerco a él una vez más y estampo mi mano en su mejilla.
—¡¿Qué te sucede?! —pregunto con asco, limpio mi boca con mi mano y sus labios se curvan en una sonrisa perversa.
—Te advertí que no me golpearas o lo ibas a lamentar —sus manos se transforman en un puño y mi piel se eriza.
—Aléjate de mí.
Se acerca a mí una vez más con intención de golpearme, cierro mis ojos y ladeo mi cabeza preparándome para el impacto. Sin embargo su mano no llega a tocarme, mis ojos se abren lentamente observando que sucede.
—Samara vete de aquí.
Mi corazón se acelera al verlo a lado de Pleics, sosteniendo su muñeca con fuerza, Pleics concentra su mirada en él y al igual que yo, Pleics está impresionado.
—Elian —musito.
—Ella me ha besado —le dice Pleics tan tranquilo, mis ojos se agrandan ante tremenda mentira e intento hablar, sin embargo él continúa—. La he tentado y ha caído, es débil y te lo dije.
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La esposa de Satanás *COMPLETA*
RomanceSamara, un ángel guerrera sin duda muy hermosa y con una sensualidad fascinante, una guerrera fuerte, encargada también de darles paz y alegría a los niños que llegaban allí; pero cuando el mismo Diablo entra al paraíso a robar a su hermano Uriel, S...