CORAJE

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CAPITULO 8:
CORAJE

Desde que Sam se hizo oficialmente novio de Quinn Fabray, Blaine se vio inmerso en algo que bien podría considerarse algún tipo de acoso. Al parecer el hecho de que su amigo tuviera novia lo ponía a él en la obligación de hacer lo mismo, lo cual en el fondo le parecía casi divertido, pues estaba convencido de que su sexualidad era evidente pero a las porristas no les parecía importar en lo más mínimo.

De cualquier modo, aún sin estar seguro de cómo se había involucrado en eso, se encontró un viernes sentado en Breadstix en una "cita" no con una porrista, sino con dos: Santana López y Brittany Pierce, sintiéndose el doble de inseguro en esa salida para nada convencional.

Pero para su propia sorpresa la velada había sido realmente agradable. Las chicas eran polos opuestos entre ellas. Brittany era tierna y gentil, muy ingenua y sencilla, mientras que Santana era compleja y astuta, además de tener fama de ser irascible e insolente, sin embargo cuando se juntaban el resultado era la mezcla perfecta de dulzura y maldad. Por lo que disfruto la noche entre comentarios adorablemente extraños y mordazmente divertidos por igual.

La idea de las chicas (más de Santana que de Brittany) era conseguir una cena gratis a cambio de que el chico disfrutará en vivo de una escena lésbica (como habían hecho ya varias veces), pero para su asombro terminaron disfrutando la compañía del otro quien fácilmente se involucró en su dinámica y si es posible la mejoro.

Santana lo tenía que reconocer, las chicas de Glee estaban en lo cierto Blaine Anderson era como pocos, no la juzgaba por sus filosas observaciones ni a Brittany por sus constantes locuras, incluso, como les mostró, conservaba en su cartera el autógrafo que la rubia le había dado, y eso para la latina era tan importante como para la misma Brittany.

Al finalizar la velada los tres acordaron repetir la salida, y como Blaine no había mostrado especial interés por ninguna en particular, parecía haber conseguido no una sino dos novias que se colgaban de su brazo a cualquier oportunidad, ya fuera por separado o al mismo tiempo, generalmente para contar algún chisme, criticar a alguien o acompañarse a clase.

Obviamente no tenían ninguna relación del tipo romántica, y los tres lo sabían, después de la primera cena ninguno había intentado avanzar más allá de la amistad, pero eso no resultaba claro para el resto de los alumnos, y en parte Blaine lo agradecía porque le quitaba presión, disminuía el acoso de las chicas y debía admitirlo, hacia más divertidos sus fines de semana, en los que acostumbraban pasar el rato juntos.

Nuevamente McKinley sorprendía gratamente al que parecía ser su alumno favorito.

K & B & K & B & K & B & K & B & K & B & B

Las cosas para Kurt en cambio iban de mal en peor, el hostigamiento que sufría por parte de Karofsky había aumentado exageradamente y cada día le parecía más difícil asistir a la escuela. Los insultos habían dado paso a agresiones físicas reales que implicaban lesiones cada vez mayores a la de por sí delicada piel del afectado, quien aferraba su estabilidad mental a pensar que cuando fuera adulto su paso por la escuela quedaría en un amargo recuerdo y tendría un brillante futuro lejos de Ohio.

Sin embargo, en las últimas semanas eso ya no era suficiente. Completamente lastimado tanto física como mentalmente había estado dejando salir sus sentimientos en pequeños arranques de furia que incluso su profesor de coro había notado.

Ese día, después de un ataque de Karofsky, el Sr. Schue lo había enfrentado en su oficina acusándolo de ser agresivo y aislarse, y no es que estuviera equivocado pero le molestaba a sobremanera que fingiera estar preocupado por él cuando obviamente no le interesaba la homofobia que reinaba en McKinley, por lo que aún frustrado por la plática mantenida, se dirigió a su casillero.

Destino y voluntadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora