Capítulo 14: La encontré

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Narra Derek

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Narra Derek

Estaba caminando por las desiertas calles de Rossville, el vecindario fantasma. No había mucho que ver realmente, solo había venido un par de veces a meterme en las casas y fumar hierba.
Todo esto de Ashley me traía loco, no dejaba de verla donde quiera que fuera, suplicándome que la ayude.

Prendí un cigarro y me ajusté bien la chaqueta, empecé a caminar por las sombras de las viviendas, a paso ligero.

—. Eres una mentirosa —seguido de un portazo

Me paralicé al escuchar una simple frase, esa voz era extrañamente familiar. Había estado pasando por la última casa y había escuchado algo.
¿Había una chica ahí, no? O solo era un vago hablando por teléfono. Caminé de espaldas hasta la acera de enfrente, miré hacia arriba, pero nada, solo era una ventana vacía, no pude ver mucho.
Podría entrar y ver si había alguien pero eso me ponía en riesgo, por otro lado podría ayudar a alguien, si es que había gente ahí.
No, solo me senté en las escaleras de la casa detrás mío y seguí fumando.
Después de cinco minutos salió un chico con capucha, miró hacia donde me encontraba pero no pudo ver nada, estaba en la oscuridad. Pero yo si pude ver algo. Era Michael. Él siempre me había dado un mal presentimiento. Para empezar, ¿que mierda hacía él a la una a. m. en Rossville? Seguramente lo mismo que yo, fumar, pero no tenía nada en las manos.

Apagué el cigarro en el piso y me quedé viéndolo, caminar a quien sabe donde.
Pasaron diez minutos, quince, y no volvía. Lo pensé mil veces pero iba a entrar a esa casa.
La puerta estaba cerrada pero la forcé y se pudo abrir, busqué en el primer piso pero no había mucho. Hasta que subí. En el segundo cuarto de la izquierda había una silla que impedía la entrada a la habitación, la quité y la abrí despacio.

—. ¿Derek...?

—. ¿Pero qué...? ¿Ashley?

Corrió para abrazarme fuertemente

—. Tenemos que irnos, si él viene ya no hay nada que hacer —decía entrecortada —vamos, vamos —me jaló del brazo

—. ¿Michael te hizo esto? ¿Él te trajo aquí? —se notaba demasiado que estaba asustado

—. Tenemos que irnos, Derek, por favor

—. ¿Ashley, que está pasando? —dije frenándola

Sentí un como un brazo pasó por mi cintura y me apuñaló tres veces abajo de las costillas. Ashley se puso las manos en la boca y las lágrimas empezaron a brotar una y mil veces.

—. Ya, ya pasó. No debiste venir —era Michael susurrándome en el oído.

Enamorado PerturbadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora