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La divinidad cristalina y pura de una belleza firmemente encantadora siendo descatable no sólo el hermoso físico que poseía sino también cada aspecto glamuroso que le caracterizaba. La esencia de la primavera. Esos rasgos tan finos, los mechones de su suave cabellera en tono rubio, su piel toda blanca así como la nieve, los delgados labios de un color rosa no tan voluminosos dejaban a la vista su genuina sonrisa, la amabilidad y bondad ante cada una de sus pequeñas situaciones; son puntos claves que a muchos Dioses les encantó, dejando así una marca llena de amor en cada uno de sus corazones.

Sin embargo entre todas las propuestas de amor que recibía, tenía considerablemente que rechazar cada una sin excepción alguna. No era algo que su ser pudiera pronunciar de manera sólida y con eficacia, por ello su madre tuvo la dicha de ser la identidad segura de cada acción al alejar a su preciada bendición de cada Dios o humano que se le acercase.

Llevándole consigo lejos del Olimpo. Lejos de su padre y de cada pretendiente. Evitando que tuviera, por lo más mínimo que fuera, un contacto con los demás Dioses.

TaeYeon, Diosa de la agricultura, madre de DoYoung entidad divina recargada a lo más propio de la naturaleza, haciendo florecer cada rincón de lo establecido. Teniendo a su lado esa tan innata representación de la primavera. Sonriendo con elegancia ante los ensimismados aromas que desprendían cada una de las flores envueltas alrededor del jardín, dejando que sus blanquecinas y delicadas manos acariciaran con serenidad a cada unos de sus pétalos correspondiente.

Hacer flocer la naturaleza era parte primordial de su ser, dejando que aquella favorables acciones tuvieran un tan buen afecto en lo que tanto amor tenía.

Vivía tan lleno de felicidad junto a su madre, quien siempre mantuvo su protección y cuidado requerido apesar de haberle alejado de muchas cosas, más con la ayuda de las ninfas DoYoung se encaminó hacia un mundo con toda la pureza que en su ser habitaba.

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Estar en medio de todo ese mundo oscuro y temerario, aunque había vívido por mucho tiempo bajo esa tierra donde su trabajo iba solamente dedicado a cuanto muertos se destaque, resultaba un tanto rígido para sí mismo. JaeHyun, el Dios del inframundo, ese tan caótico y peculiar fue uno de los determinados sobrenombres o concepto piadoso para identificarlo.

Entre la variedad de contextos en referencia a los aspectos de él, había sido catalogado en ese tiempo como unos de los Dioses más temidos por la sociedad. Viviendo completamente solo bajo el submundo sin nadie o persona alguna que le acompañara en su oscura vida.

Teniendo solo a sí mismo como única compañía entre las frías paredes que lo acogían.


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me gustaría aclarar que alteraré unas partes de la historia en si pero irá por el mismo camino y, claro espero les guste uwu

Change Of Stations ; jaedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora